Ruido de la termoeléctrica de Iberdrola dispararía los nervios entre pobladores de Kanasín: MIA

A pesar de reconocer en el Manifiesto de Impacto Ambiental los daños a la salud de las personas, Iberdrola seguía con la intención de construir una termoeléctrica en Kanasín
jueves, 19 de mayo de 2022 · 08:22

El hecho de que una planta de energía térmica sea instalada en el municipio de Kanasín representaría hasta un impacto a la salud de los habitantes de forma inmediata. El funcionamiento de la Central de Ciclo Combinado Mérida, que tenía planeada Iberdrola para instalar en Yucatán, afectaría hasta los nervios de los pobladores de las comunidades vecinas.

¿Cómo la instalación de una planta eléctrica podría dañar la salud de los habitantes de las comunidades yucatecas vecinas? La contaminación auditiva podría ser la explicación.

Entre las fuentes de estridencia en las plantas termoeléctricas se encuentran las turbinas, las calderas, los transformadores, los motores, los precipitadores electroestáticos, los filtros, los pulverizadores de carbón y las torres de refrigeración. Sin contar el proceso de construcción; Iberdrola reconoce que su llegada a la comunidad representaría un cambio en la rutina de los vecinos a su instalación.

Dentro de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), en la parte final del informe, reconoce varios hechos ambientales, sociales y económicos que sucederán de llegar.

Los efectos fisiológicos de ruido por generación y distribución de energía afectarían el descanso de animales y pobladores por la vibración.

“El ruido se produce por la vibración de los equipos y por el choque de corrientes de aire o gases con alguna obstrucción, entre otros. Las emisiones de ruido tienen efecto adverso sobre los seres humanos. El ruido se destaca como uno de los factores más estresantes que existen y se han obtenido evidencias sobre la aparición de ciertos trastornos característicos, como hipertensión, enfermedades coronarias y cambios bioquímicos”, dice el informe.

La Manifestación de Impacto Ambiental considera estos problemas de salud de los yucatecos como de “impacto moderado”. Además, la empresa dice que entre los efectos fisiológicos se encuentran “el aumento de la actividad muscular, que disminuye con la continuación o repetición del estímulo, la variación en el ritmo respiratorio, cambios en el ritmo cardíaco, reducción del diámetro de los vasos sanguíneos (vasoconstricción) en las regiones periféricas, sobre todo en la piel”.

Aunque por la experiencia en otros lugares donde se encuentran plantas de este tipo se sabe que el problema es permanente, la MIA de la empresa Iberdrola Energía Monterrey, S.A. de C.V., no especifica de qué manera apoyaría a la comunidad por los incrementos en problemas de salud.

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Ruido afectará conducta en yucatecos

En otro apartado la compañía española dice que habría afectaciones en la conducta “por la generación de ruido durante las actividades de todas las etapas del proyecto. El ruido se considera indeseable cuando ocasiona molestia. Por lo tanto, las actividades inherentes al proyecto generarán ruido, mismo que puede afectar la conducta, como alimentación, reproducción y socialización”.

“Las actividades que generan ruido en las etapas de preparación del sitio, construcción y abandono se deben en su mayoría a la utilización de maquinaria y equipo pesado, mientras que, en la etapa de operación, están asociadas a la maquinaria y equipos de generación de energía eléctrica. La afectación en la conducta sólo se suscitará mientras se realicen las actividades que producen ruido”, agregan.

Sin embargo, aseguran que este escenario, aunque negativo será “temporal (…) acumulativo, frecuente, reversible, medio y puntual”. No mencionan cómo lo harán o cómo lo remediarán.

Habrá pérdida del paisaje, de flora y fauna

Entre líneas, Iberdrola reconoce que uno de sus efectos negativos “permanentes” será el daño al paisaje yucateco. Como se ha mencionado, la planta quiso ser construida en la Unidad de Gestión Ambiental Hunucmá-Tekit-Izamal y a un lado del Área Natural Anillo de Cenotes, uno de los puntos hídricos más importantes del Estado.

“Las actividades realizadas durante la etapa de construcción provocarán una alteración física y visual del predio al presentarse una modificación en el paisaje, esto debido a las edificaciones propuestas. Al concluir las etapas que generan este impacto, la alteración permanecerá y de forma natural no será posible regenerarla”, mencionan.

El impacto será “severo (…) negativo, directo, permanente, sinérgico, acumulativo, frecuente, irreversible” pero, a su parecer, de magnitud “media” y no podrá ser mitigado de ninguna manera.

No sólo habrá impactos al paisaje y a la salud de los pobladores durante la instalación del vallado, construcción de instalaciones, despalme y limpieza de áreas, ellos dan por hecho que habrá un daño al hábitat de las especies de animales y arruinarían especies locales.

“Las actividades del proyecto afectarán el hábitat disponible para las diversas especies, ya que supone condiciones poco favorables o de constante perturbación por la presencia humana. La zona donde se llevará a cabo el proyecto actualmente presenta un grado de alteración, una vez que las actividades que propician la perturbación deje de operar, el ecosistema tiene la capacidad de asimilarlo y regenerarse”.

Para concluir, el tema del ruido permanente sería un problema para todos los seres vivos. La vida animal huiría del sitio por la vibración y los constantes gases emanados de la planta.

“Los efectos del ruido sobre la fauna están asociados con la variación en los patrones de apareamiento y migración de especies sensibles, lo que a su vez puede propiciar cambios importantes en la población animal y su diversidad”, agrega el informe.

Aunque la empresa tiene el derecho de volverlo a intentar, la Subdirección de Gestión para la Protección Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) negó el permiso a Iberdrola mediante el documento SGPA/DGIRA/DG-01463-22 con fecha del cuatro de marzo pasado del que diario POR ESTO! tiene una copia.

Este no ha sido el único revés a la española, el 16 de mayo pasado la Comisión Reguladora de Energía (CRE) decidió no otorgarle un nuevo permiso a la empresa energética para instalar una planta en San Juan del Río, Querétaro, de nombre Iberdrola Cogeneración Bajío.

Y, finalmente, los inversionistas españoles han intentado modificar cuatro permisos existentes ante el órgano energético mexicano. Solicitudes que han sido rechazadas.

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JG