Ejidatarios de El Cuyo frenan la venta de terrenos a los 'gringos'

El líder de los comuneros afirmó que los terrenos en El Cuyo se cotizan en dólares, alcanzando el millón de pesos en lotes de 10 por 20 metros
viernes, 22 de abril de 2022 · 09:38

Ejidatarios ponen un freno a la venta de terrenos a extranjeros en el puerto de El Cuyo, en una asamblea celebrada ayer en la comisaría ejidal.

Andrés Poot, líder de los comuneros, pidió a los 50 ejidatarios que conforman el padrón, abstenerse de comercializar sus lotes que se les otorga, ya que no hay más tierras para que el puerto siga creciendo.

Por otra parte, la comisaria municipal Neydy Yolanda Puc Gil ha estado sensibilizando a los pobladores a no deshacerse de sus propiedades y que busquen invertir para que puedan generar riqueza y que ésta se quede en la comisaría y continúen siendo de los pobladores y no de la gente extranjera; también lamentó que personas de otros municipios que contaban con lotes fueron los primeros que vendieron.

La autoridad comentó que lamentablemente la superficie con la que cuenta El Cuyo para el desarrollo urbano se ha agotado, por lo que aconsejó a los que conforman el ejido no vender sus tierras y fomentar el turismo ecológico en sus lotes, a fin de que la tierra no continúe pasando a manos extranjeras.

De acuerdo con un rápido balance efectuado por la comisaria, señaló que hay más de 200 extranjeros con residencia en el puerto, con nacionalidades: española, italiana, estadounidense y canadiense que compraron propiedades en el lugar.

Explicó que las tierras alcanzaron valores muy elevados y que actualmente se están cotizando en dólares; por ejemplo, los lotes de 10 por 20 metros pueden costar entre un millón 700 mil pesos hasta los 2 millones, y de 20 por 25 metros se cotizan hasta en 4 millones 600 mil pesos. En zonas privilegiadas, cuyo precio resulta atractivo para mucha gente, prefieren vender y cambiarse de residencia; asimismo, dijo que un alto porcentaje de tizimileños con propiedades en el puerto las han vendido a gente extranjera.

Respecto a esta situación de El Cuyo, Hugo Rodríguez Núñez, docente de la asignatura Patrimonio Turístico del Instituto Tecnológico Nacional de México Campus Tizimín (TecNM), reveló que hace siete años compartió la triste realidad que ahora están viviendo los pueblos originarios de esta región, la cual hoy cobra vigencia, dijo que los pueblos originarios tienen todo el derecho a decidir por su tierra y el futuro de sus habitantes.

“Ojalá hoy ilustre un poco lo que empieza a suceder en el puerto de El Cuyo, Tizimín, Yucatán”, señaló.

Rodríguez Núñez argumentó en una ponencia que es de mucho interés para la región Litoral Oriente de Yucatán y necesaria la Ley de Costas para la sostenibilidad del desarrollo turístico en la Península de Yucatán, que señaló el doctor Luis Capurro Filograsso, quien citó que hay recursos naturales de alto valor y tienen que determinarse los intereses que hay que defender.

Capurro Filograsso, investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav Mérida) afirmó que en toda la Península de Yucatán se necesita una ley que defina los intereses que el pueblo tiene en esta región, ya que actualmente sólo se tienen marcos legales aislados y que obedecen a intereses turísticos de otros, afirmó el decano investigador del Cinvestav-IPN en Mérida.

El científico oceanógrafo, experto en recursos marinos y costeros, expuso ayer en la Unidad Mérida del Cinvestav-IPN, que la Península es una zona “súper marítima”. Esto quiere decir que hay recursos naturales de alto valor y se tienen que determinar los intereses que hay que defender, por eso es necesario un marco legal. “¿Qué quiere decir una Península súper marítima? Que tenemos que determinar los intereses en el mar y qué vamos a defender, qué uso de suelo le vamos a dar a esa zona y que le permita a nuestros hijos, nietos y nuestros descendientes seguir aprovechándolos.

“Yucatán podría ser la capital del mundo turístico, porque hay muchos atractivos, pero sin una Ley de Costas pueden venir a adueñarse de la tierra y los paisajes quienes tienen intereses y no son los del pueblo”, dijo en su ponencia.

Para lograr una verdadera Ley de Costas es necesario tener la voz, no sólo de los investigadores, expertos, sino también del pueblo, para que los diputados tengan los elementos de lo que realmente quiere la población.

“Qué sentido tiene tener una Ley de Costas si no sabemos nosotros los intereses que se tienen en el mar, sobre todo del pueblo. Florida, en Estados Unidos, pasó por estas experiencias y se dio cuenta, no tiene sentido hacer cualquier cosa, hay que tomar en cuenta a la población”, dijo.

Recordó que en Yucatán se acabó la época del henequén y la gente del campo migró a las costas, donde hay sobrexplotación pesquera y hasta ilegal, pero no hay un estudio completo que diagnostique la problemática y la riqueza en la costa, hay esfuerzos aislados y una Ley de Costas puede unificar. Destacó que tratan de plantear una propuesta de solución científica y social en la costa a través de una Ley de Costas que impulse el desarrollo turístico a largo plazo en los mares y costas, para que los diputados tomen acción y emitan una Ley con sentido.

“Hay que acercarnos al pueblo, al habitante común e interesar a las autoridades para que lo analicen, no se trata de explotar el recurso, sino de manejar, y para ello hay que concientizar”, dijo. “Debemos analizar qué se hace bien y qué se hace mal, porque la costa en materia turística es fuente de ingresos, tenemos un marco legal, pero no una Ley de Costas, es en estos foros donde se analiza si es necesaria”.

Lamentablemente, la gente poco a poco es desplazada, se vuelven obreros y peones en sus propias tierras, lamentablemente las autoridades locales no se han preocupado por empoderar a los pueblos y apoyarlos para que sean los protagonistas de su propio desarrollo, no los han concientizado, capacitado, apoyado con recursos económicos para emprender y por eso cuando les ofrecen dinero por sus tierras y propiedades no dudan en vender.

De esa forma sólo van a ser desplazados paulatinamente hacia otros lugares al incrementarse el costo de la vida en sitios de su origen y si se quedan estarán destinados a ser empleados de los grandes capitales toda su vida, tal como ocurrió en toda la Riviera Maya, finalizó el profesional.

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CC