Matar zarigüeyas es un problema de cultura ambiental en Yucatán: Animalista

Ya no es tan común ver a las zarigüeyas en las calles como antiguamente debido al crecimiento del poblado, por lo que se van alejando de la ciudad, asegura la directora de Salud Animal de Sinanché
lunes, 7 de marzo de 2022 · 11:16

Angelica Nahuat, directora de Salud Animal de la comunidad de Sinanché y también animalista y protectora de animales, comentó que en la localidad no existe ningún grupo o asociación que se dedique al cuidado o preservación de las zarigüeyas, aunque existen esfuerzos para que la consciencia con respecto al cuidado animal abarque a estos marsupiales, así como ocurre con perros y gatos.

Hasta el momento, Angelica afirmó que no han tenido reporte de atropellamiento o de maltrato animal contra esta especie en el poblado, sin embargo, han propuesto tomar acciones a la Secretaría de Salud del Estado de Yucatán (SSY), buscando como objetivo crear consciencia sobre el valor de estos animales en el ecosistema, pues estas se alimentan de otros animales que suelen ser considerados como plagas, como es el caso de roedores y serpientes, así como de algunos insectos, entre ellos las cucarachas, babosas y garrapatas.

 “Nosotros estamos tratando de buscar abarcar más, no solo perros y gatos, las zarigüeyas son otro animal que queremos proteger, al igual que los murciélagos, pues queremos dar a conocer sobre su importancia y preservación dentro de la comunidad”.

Las zarigüeyas, son animales mamíferos y omnívoros las cuales tienen un promedio de vida de entre seis y siete años. Una sola zarigüeya puede tener hasta 25 crías a la vez y cuando nacen tienen apenas el tamaño de una abeja, aunque solo la mitad de la camada alcanzara a ingresar al marsupio (bolsa) de su madre, donde se desarrollaran en los siguientes dos meses, para finalmente vivir un mes más sobre la espalda de su madre.

En el interior del Estado también se les conoce como “zorros”, aunque se traten de dos especies diferentes, pues los zorros son animales caninos, lo que los emparenta con los perros, los lobos, los coyotes y los chacales, en tanto que las zarigüeyas se relacionan con los canguros, koalas y walabíes, especies que también llevan a sus crías en bolsas.

De acuerdo con los pobladores, cada vez es menos común ver a estos animales, esto, a causa de la actividad humana, pues con el crecimiento del poblado y la deforestación de los montes para la construcción de empresas, domicilios y hectáreas destinadas al cultivo, las zarigüeyas han perdido poco a poco su hábitat natural.

Estebana Huch Vera, vecina, afirma que la mayoría de los avistamientos suelen ser vistas durante la noche, al ser animales de actividad nocturna, momento en el que aprovechan para salir en la búsqueda de sus alimentos. La pobladora agregó que dentro de la localidad siempre ha existido el tabú de que estas especies suelen depredar pollitos y gallinas, por lo que los productores siempre los han eliminado a base de trampas, así como también por el olor que suelen emanar durante la temporada de lluvias en la región.

“Aquí ya no es común ver a las zarigüeyas andar por las calles como antiguamente se veía tanto de día como de noche, pero, así como fue creciendo el poblado estas se fueron alejando, ya que no tenían más hábitat en donde vivir para reproducirse”.

Esteban, alegó que en los tramos carreteros es donde suelen ser atropellados al momento de querer pasarse al otro extremo de los montes, ya que al salir de forma repentina los conductores no logran percatarse y frenar a tiempo, lo que por consecuencia implica que estas son atropelladas, y en muchas ocasiones se trata de hembras en periodo de gestación.

Por otro lado, Jaime David, poblador, dijo que esta especie que es considerada como uno de los marsupiales más antiguos del planeta, únicamente se pueden encontrar durante los atardeceres en las parcelas en donde los agricultores tienen sus mecates en cosecha, puesto que los “tlacuaches” como también son conocidos, suelen alimentarse de cultivos de sandía, melón y pepino maduro.

A raíz de esto, algunos parceleros emplean veneno para acabar con estos animales con la finalidad de que no afecten las plantaciones y no debiliten la producción. “Muchas veces en las parcelas que están alejadas del pueblo es donde los atacan más. Yo no considero que sean plaga porque ya no hay, son muy pocos y deberían de enseñarnos sobre ellos para protegerlos”, comentó.

No obstante, agregó que la mayoría de las veces, son los mismos grupos de adolescentes que los cazan con tirahule, como suelen hacer con las iguanas, otra de las especies más antiguas en el planeta. “Muchas veces los muchachos que salen en pandillas, son los que los atacan de noche, a mí me molesta porque no les están haciendo nada. A esas personas les falta más la cultura de cuidado ambiental”, aseveró.

Francisco Uh Chalé, afirmó que, dentro de la comunidad, las casas que se encuentran en abandono y la maleza son lugares en donde las zarigüeyas suelen habitar, pues es ahí donde buscan sus alimentos.

Uh Chalé, compartió que tuvo la experiencia de que uno de estos animales se comió 10 pollitos que tenía en su traspatio, pues su hogar se encuentra cerca del monte. “Yo sé que ellos comen frutas, pero si no encuentran su alimentación, lógicamente tiene que comer lo primero que busquen, y las gallinas son indefensas, por eso las atacan”, precisó.

Hasta el momento, los pobladores afirman que no hay alguna persona que se dedique a domesticar alguno como suelen hacer con los perros y gatos, ya que se cree que son transmisores de rabia, aunque actualmente se sabe que estas no pueden infectarse de dicha enfermedad porque su temperatura corporal impide que el virus se desarrolle.

Los entrevistados exhortaron a las personas si ven alguno, a protegerlos para que las próximas generaciones puedan conocer esta especie físicamente y no únicamente a través de fotografías.

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CC