Mujer apicultora de Tizimín, 20 años de proteger a la abeja melipona

Paola Valladares Romero, única mujer en Tizimín que se dedica al rescate de la abeja melipona en su propio terreno, lugar donde tiene su área de crianza, ya que no representa peligro para los vecinos, y son de gran ayuda para la polinización de los árboles frutales y hortalizas.

Valladares Romero indicó que desde hace 20 años que se dedica a la crianza y rescate de estas abejas, desde que terminó su carrera como Médico Veterinario Zootecnista empezó a estudiar su Maestría en Apicultura en la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), “empecé con las abejas, después de la maestría hay una materia que me gustó, se llamaba meliponicultura, y gracias al Doctor Rosales Acerito, quien inculcó en mí el amor por las abejas meliponas en ese momento, fue cuando empecé con esta aventura”, sostuvo.

“Es una actividad más liviana para las mujeres, pues en la Apis mellifera se tienen que cargar las cajas y pesan; sin embargo, estas no tanto. Como puede observar (refiriéndose al corresponsal, frente a las cajas de abejas) uno lo puede tener en su terreno, estoy en la región donde aún hay árboles, las abejas son buenas polinizando frutales como el aguacate, cítricos, achiote, los vecinos tienen mangos y otros árboles frutales, nos beneficiamos”, indicó.

En ese sentido, compartió que la actividad también representa un beneficio para la especie, pues la abeja melipona es una especie endémica, y son raras obtenerlas en el mercado y su cuidado es un tanto diferente, ya que con la apis mellifera “haces una división donde 15 días ya tienes producto, aquí no, por el contrario, se puede llevar hasta 42 días para que se reproduzca la reina, sino la sabe atender se pierde”, dijo.

“Mi intensión con el meliponario es aumentar estas meliponas abejas, y tengo una trigona, la melipona beecheii es el ideal para la miel, pues al año me da un promedio de un litro por cajón; puedes sacar hasta más de dos cosechas al año, pero lo ideal son dos, debo cosechar en noviembre, pero yo no cosecho hasta febrero cuando vea que hay floración en el campo, es cuando hago divisiones, este año realicé cinco divisiones”, aludió.

De igual forma, compartió que la miel la comercializa entre sus amigos debido al valor nutricional y medicinal de esta miel, además, Paola Valladares indicó que manufactura jabones, cremas, shampoos, entre otros productos.

“El sabor de la miel es suave, pero eso depende enteramente de la floración, cada floración tiene un buen aroma; estas abejas son selectivas en las floraciones, la miel no tiene la densidad de la miel de la abeja apis, es dulce, pero no es empalagosa es un poco más ácida”, alegó.

Actualmente, la apicultora cuenta con 15 cajones, siendo que su meta es aumentar aun más su producción, diciendo que cuando estas superan una cantidad considerable deberá moverlas a un sitio más amplio.

La apicultora resaltó la importancia de cuidarlas, “el trabajo no es mucho, solo hay que estar pendientes que no le entren plagas, que es una mosquita parásita que se da mucho en la época de lluvias, esta mosca pone sus huevos en el polen y se reproducen, acaban con un colmena entera si se descuida, también cuando hago divisiones ya no las puedo manipular cuando quiera, más bien de manera periódica, es importante la observación y ver que la guardiana esté en la entrada y veo que haya un buen tráfico de abejas, cuando la guardiana no está, es que algo está sucediendo”, dijo.

Al igual reveló que se aprovecha el polen que está bien cotizada, “se aprovecha la cera como para hacer velas, ahora está también sacando el valor agregado del propóleo”.

Paola tiene su meliponario en la colonia La Nueva Esperanza y ella es la pionera de la crianza de abejas en este municipio que junto con la Asociación Ganadera Local Especializada en Apicultura de Valladolid (Aglea) pretenden inculcar este oficio entre los demás apicultores para rescatar este tipo de abejas.

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CC