Producción de tomate en Sinanché, afectada por la plaga de 'trips'

Antes que este insecto afecte a la producción de tomates, las aves devoraron varas de frijol, por lo que han recurrido a la compra de plaguicidas, que atrasaría hasta mes y medio la cosecha
lunes, 7 de febrero de 2022 · 11:17

Wilberth González, productor de tomates en Sinanché, informó que actualmente los agricultores están siendo afectados por el trips, un pequeño insecto que perjudica el crecimiento del tomate, y que, además de representar un peligro para la producción de la temporada, ya ha lesionado de manera económica a quienes tienen que comprar plaguicidas para combatir este mal en las cosechas.

Ante la plaga del trips, los trabajadores del campo se han visto a la necesidad de recurrir a los plaguicidas combatir al insecto antes de que éste se expanda al resto de su plantío o al de sus compañeros.

El entrevistado dijo que, incluso antes del insecto, las aves silvestres estuvieron devorando las pequeñas varas del frijol maya, pero el problema actual en las milpas está relacionado al trips, lo que complica los tiempos de cosecha que han sido pronosticados para dentro de mes y medio.

Wilberth mencionó que, en su caso, cuenta con cinco mecates de plantación de hortaliza, lo que le supone un gasto importante de capital, pues el líquido que utiliza tiene un valor de 800 pesos el medio litro. “Desde diciembre que planté los tomates las plagas han estado presentes, ha sido bastante difícil el controlarlo porque está barriendo parejo con los campesinos y el líquido es bastante caro por la cantidad que tiene”, dijo.

Estos insectos se han encargado de deformar las hojas de los pequeños árboles de hortaliza, causando un retraso en el desarrollo, Wilberth afirma que, si no se controla a tiempo, el trips podría acabar con la plantación ocasionando pérdidas a todo lo que ha invertido desde hace dos meses.

Mencionó que desde hace cinco años no se había visto en la necesidad de volver a cultivar tomates precisamente por esta dificultad, y ahora que retomó la actividad no se imaginó que de nueva cuenta volvería a suceder; sin embargo, resaltó que sus compañeros agricultores, ubicados a unos cuantos mecates de su milpa, también han sido afectados por el mismo insecto.

“Nosotros no nos salvamos de las plagas y constantemente nos estamos afectando, pues en todo proceso durante el desarrollo de la plantación hay problemas. Muchas veces, se le invierte más en mantenerlo sano que en las ganancias que deja después de cultivar”, afirmó.

El sábado por la mañana, González informó que aplicó por segunda vez el plaguicida a la plantación para que eliminar las bacterias y los pequeños bichos que se esconden por debajo de las hojas, pues al ser el trips un insecto bastante pequeño, de forma aplanada y alargada, suelen esparcirse de forma rápida entre las hojas y el tallo de la planta.

“No solamente un líquido se tiene que utilizar para controlar esta plaga, se tienen que llevar otros para que el sembrado pueda levantarse, desarrollar y colgar bien el fruto”, explicó. Actualmente, el campesino asegura que ha invertido aproximadamente 8 mil pesos en mantenimiento y plaguicidas en todo su plantel, ya que, teme que el problema se extienda a sus otros cultivos.

En esta ocasión, el productor decidió apostar al tomate criollo, pues esta variedad suele resistir a los determinados factores que lo afectan, pero si no se tiene un mantenimiento adecuado de la limpieza en todo su alrededor, suele ser afectado por gusanos o por la mosquita blanca, que también es otro de los peligros presentes en los cultivos.

En cuanto al trips, el campesino menciona que todas sus variedades aguijonean la parte superior de la planta y su veneno comienza a secarla. Posteriormente, las células afectadas se llenan de aire y adquieren un color gris, perjudicando el crecimiento de la planta, y, además, son responsables de la transmisión de diferentes virus. Los perjuicios y síntomas también pueden diferir de acuerdo a la especie de la cual se trate, así como al tipo de cultivo que se esté realizando. El daño causado puede llevar a grandes pérdidas y los resultados de esta plaga pueden salirse de control con facilidad.

El campesino cree que, debido al cambio ambiental que se vive actualmente y a la explotación de la tierra que se lleva a cabo en los diferentes terrenos de la comunidad, las diferentes plagas y bacterias han proliferado en los diferentes sembradíos de la localidad. Hace unos meses atrás, Wilberth informó que esta plaga acabó completamente con la plantación de su espelón, dejando las hojas de color negro como las varas del frijol, generándole significativas pérdidas.

A raíz de esta mala experiencia, teme de nueva cuenta perder el sembradío del tomate criollo que tiene sembrado desde el mes de diciembre. Hasta el momento, el entrevistado dijo que posiblemente se pueda retrasar la producción si logra controlar rápidamente esta plaga, pero de lo contrario podría no haber cultivo en esta temporada.

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CC