Encierro por COVID-19 aumenta casos de niños con problemas de lenguaje

De acuerdo con profesoras de prescolar, el confinamiento del COVID-19, causa retraso en el aprendizaje de los niños debido a la falta de interacción o por falta de estimulación de los padres repitiendo
sábado, 5 de febrero de 2022 · 14:04

La falta de socialización derivada del confinamiento a causa de la pandemia de COVID-19 está aumentando los casos de niños con problemas de lenguaje, debido a la falta de estimulación temprana de parte de los padres, aseguran profesoras de educación preescolar.

Abigail Cachón y Aurora Sánchez advierten que este problema retrasa el aprendizaje y desempeño académico, además de que inhibe su participación en clases.

Los más pequeños dejaron de convivir con otros niños, una práctica que es necesaria e importante para la edad, pues estar rodeados de personas de su tamaño les permite expresarse, convivir y estimularse de forma temprana.

Abigaíl Cachón explicó que el deterioro del lenguaje en los niños se advierte en que no se da a entender, no se comunica con otros (trastorno expresivo), no capta el mensaje (trastorno receptivo); se les dificulta formar correctamente palabras o emitir sonidos específicos; las oraciones no fluyen fácilmente, hay tartamudeo o balbuceo.

Al volver a las aulas, las educadoras se percataron de que algunos niños volvieron con este problema, por lo que han requerido atención especial; los han ayudado con ejercicios orales como praxias linguales y labiales, soplando, repitiendo sonidos, moviendo la lengua y boca.

Aurora Sánchez explicó que algunas dificultades del lenguaje empiezan antes de los cuatro años de edad y son ocasionadas por lesión cerebral, problemas del desarrollo, trastornos del espectro autista, pérdida de audición y dificultades de aprendizaje, pero la mayoría es por falta de estimulación de los padres sobre todo durante el confinamiento.

Además de la dificultad de entender lo que otras personas han dicho, también se nota en problemas para seguir instrucciones, para organizar sus pensamientos, para juntar las palabras en oraciones; sus construcciones son simples y cortas y con palabras desordenadas. No hallan los vocablos correctos y, con frecuencia, usan muletillas -sonidos sin razón-; tienen escaso vocabulario y dejan palabras por fuera de las oraciones.

Aclararon que ellas, como educadoras, sólo pueden “diagnosticar” los problemas, pero es responsabilidad de los padres llevarlos a un especialista ya que existen tratamientos como la logopedia y la terapia del lenguaje, que les ayudará a mejorar; en caso de hacer caso omiso al problema, pueden causarle al niño más problemas con la interacción social y la capacidad de funcionar de forma independiente como adulto.

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CC