'Virgen de la Cabeza', la tétrica historia contada por pobladores de Umán

El Sacristán vio la cabeza de la virgen en pozo y le pareció una descaro que se hallan desecho de ella, decidió llevársela a su casa
miércoles, 2 de febrero de 2022 · 13:03

A lo largo del estado existen una infinidad de historias, cuentos y leyendas que han pasado de generación en generación, historias que nos han contado los abuelos o conocidos, estas se han convertido en leyendas a lo largo de los años y siguen vigentes, algunas han causado asombro incluso terror.

Con la llegada de los españoles sus costumbres se fueron mezclando con las mayas y así surgieron los conventos franciscanos que cuentan en su interior imágenes cristianas que se fueron esparciendo en todos templos de los municipios. 

Umán no fue la excepción, pues se construyó el monasterio de la Parroquia de San Francisco de Asís, en donde nació la historia de la "Virgen de la Cabeza". 

Se dice que en los años de 1926 a 1929, en el país se desató la Guerra Cristera, Guerra de los Cristeros o Cristiada, que fue un conflicto armado entre el gobierno del grupo laico, presbíteros y religiosos católicos que se oponían a la llamada Ley de Calles, que proponía limitar el culto católico en México.

En esa época se ordenó quemar pinturas e imágenes religiosas en todo el estado por órden de Salvador Alvarado quien fuera gobernador y comandante militar de Yucatán.

Umán 

 El municipio que se encuentra a treinta minutos Mérida, en donde llegó un ejército de soldados a destruir y quemar los recintos religiosos; en especial la Parroquia de San Francisco de Asís. Ahí se encontraban diversas figuras e imágenes de Cristo y otros santos traídos de la vieja España. Entre ellos se encontraba la imagen de la Virgen de la Asunción, situada en el nicho principal. 

Ante el rumor de la destrucción de la parroquia, los pobladores le pedían y se encomendaban a la Virgen para que esta situación pasara y no afectara a la población.

En los días más agobiantes por la llegada de los soldados, la Virgen escuchó sus plegarias y de repente hubo un cambio bastante inusual, pues los soldados que pasaban frente a la puerta principal de la iglesia, y mostraban repudio hacia las imágenes y la gente, caían enfermos, en accidente o, a pocos días morían.

Este hecho se notaba de manera frecuente, a tal grado que ya no solo fueron los soldados, sino también caía en desgracia todo aquel que mostrara indiferencia a la hora de caminar por la entrada principal de la parroquia y no se persignase.

La gente pidió al párroco que interviniera en el caso, pues no solo los soldados habían sido afectados, lo que era bueno hasta cierto punto, sino que todo poblador que le faltase el respeto a la iglesia. El párroco comentó que en esos días había corrido el rumor de que pobladores habían visto caminar y escuchar hablar a una mujer dentro de la Iglesia por las noches, la cual portaba un largo vestido. Pero el no creía en los rumores, pues bien podían haber confundido a la aparición con la visión del sacristán que cuidaba la iglesia.

La historia tomó un cambio radical cuando el sacristán, asustado, comentó que había visto a una mujer con las mismas características que habían comentado los pobladores, aparecerse frente al nicho de la Virgen de la Asunción. La gente atribuyó a la virgen dicha aparición. Entonces el Juez, junto con el párroco y el comandante en jefe del ejército, se reunieron a puerta cerrada para bajar la imagen de la virgen y de una vez por todas destruirla para acabar con el terror que infundía entre los pobladores.

Con un filo le cortaron la cabeza a la altura del busto, entonces se dieron cuenta de que la imagen estaba hecha de molde real, tenía como base el esqueleto de un ser humano y dentro había un corazón que parecía aún latir. Sumamente aterrorizado, el párroco, envolvió el corazón en un pañuelo blanco y lo colocó en un caja de madera con ventana de cristal; decidió que debía quedar cerrada bajo llave.

Al día siguiente el párroco mando a tirar la cabeza de la virgen en el pozo de la noria que se encontraba en la parte trasera de la parroquia. Con eso daban por terminada la maldición que atormentaba a soldados y a pobladores.

El Sacristán, que pasaba por ahí, vio la cabeza de la virgen en la boca del pozo de la noria; le pareció una descaro que se hayan desecho de ella de esa forma. Desconociendo todo lo que había ocurrido la noche anterior, decidió llevársela a su casa. Ya en su hogar le improvisó un pequeño altar para realizarse rezos y encomendarse a ella.

El corazón de la virgen se encuentra en el santuario a lado de su cabeza, los pobladores aseguran que desde que fue colocado ahi nunca se ha abierto la caja de madera solamente se logra ver el pañuelo.  

Es así como se olvidó la abrumadora situación y en cambio se empezaron a realizar gremios y novenas en su honor como una virgen milagrosa.

Hoy en día la imagen se encuentra en la Colonia Santiago de este municipio, en resguardo de la familia Cocom.

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CA