Sinanché: Mantienen vivo el uso de las jícaras, fruto del árbol sagrado de los mayas

Las jícaras eran utilizadas por los antepasados en vez de los artículos de plástico, también como medicina tradicional al tener propiedades antibacterianas y antiinflamatorias
sábado, 12 de febrero de 2022 · 13:08

Irene Carvajal Campos, de 78 años de edad, es una mujer que se ha dedicado desde hace más de 30 años a mantener viva la tradición de uso del conocido árbol sagrado de los mayas, un árbol de jícaras cuya especie es la Crescentia. Ella resaltó su utilidad, así como sus beneficios como un producto herbolario que ayuda a combatir la tos, tuberculosis y asma.

La entrevistada dijo que son muy contadas las personas que tienen uno en sus patios y alegó que este árbol brinda la posibilidad de crear este tipo de utensilios naturales, los cuales necesitan de un proceso de lavado que no es complicado.

“Yo por mi edad no puedo hacerlo, no puedo estar tanto tiempo en la candela para verificar el sancochado, tengo que pagarle a alguien para que pueda limpiarlo y sacarle las jícaras”, dijo. 

Hace muchos años cuando había en grandes cantidades esta planta en los traspatios de las viviendas, los pobladores la usaban como recipiente antes que llegaran los artículos de plástico, pues utilizarlos en su mayoría en los altares representa una importancia significativa para la cultura maya.

Explicó que el procedimiento de lavado es con cal y abundante fuego, posteriormente se raspa el centro y se comienza a lavar para dejarlo reposar durante todo un día, para que pueda ser utilizado después.

Las jícaras se comienzan a producir a partir aproximadamente en el cuarto o quinto año, y llegan a pesar un máximo de 10 kilogramos y se demora de 5-7 meses en caer. Irene dijo, que lograba cosechar hasta 50 jícaras de distintos tamaños, las mandaba a arreglar para que las tenga para su propia utilidad o comercializarlas como recipientes. 

La pobladora agregó que, en ocasiones, se ha utilizado el fruto como medicina tradicional, pues sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias ayudan alivianando enfermedades respiratorias como: tos, tuberculosis y asma, ingiriendo como un jarabe.

Ella suele venderlas para el mes de noviembre, pues las personas la comienzan a solicitar para poder colocar sus ofrendas en sus altares. “Para el Hanal Pixán se vende mucho, la mayoría de la gente ya no tiene jícaras, son muy pocas las que las conservan y por lo mismo no las prestan porque tarda hasta que puedan conseguir otras”, aseguró. 

Durante estos días, la ciudadana precisó que comenzará a buscar a alguien que la ayude a cosechar los frutos antes que comiencen a caer todos y no logre sacar recipientes para poder almacenarlos y comercializarlos para tener entradas económicas. 

Síguenos en Google News y recibe la mejor información

CC