Pescadores auguran más tragedias por la 'fiebre del pulpo' en Progreso

Hasta el último reporte, se registran cinco pescadores muertos y el mismo número de embarcaciones en naufragio
martes, 8 de noviembre de 2022 · 10:57

La macabra lista de cinco muertes y la quinteta de naufragios que ha dejado la 'fiebre del pulpo', según los archivos de esta corresponsalía, podría ser aún más extensa, pues en un sondeo, patrones de barco y jóvenes marineros de la flota mayor confirmaron que los accidentes son constantes, debido a la poca precaución que se utiliza al zarpar y a los estupefacientes que suelen llevar consigo algunos buques pulperos en Progreso.

Efrén Sena Martín, de 28 años de edad, comenzó en esta actividad cuando era aún menor de edad, pero resaltó que ha mantenido responsabilidad, a diferencia de muchas embarcaciones en las que suelen incluso tomar cerveza en medio de sus labores, arriesgándose a caer al mar.

“Estoy seguro de que hay varios más que no aparecen o que han tenido accidentes. Yo, gracias a Dios, trato de hacer las cosas bien para llegar sano a tierra. Supongo que lo que ocasiona que la gente se tire es el delirio o la ansiedad por tomar sustancias nocivas”, dijo.

Parte de lo que sí puntualiza este hombre de mar con 11 años en el circuito es que los 20 días que se permanecen en el mar son complicados para el aspecto mental, aparte de que en las respectivas trayectorias de los pescadores suelen ver sucesos que los marcan de por vida.

“Me acuerdo de un amigo que quería embarcarse, a pesar de la negativa de su papá que era el patrón, al final lo llevaron sin saber que sería un viaje sin retorno. El chavo se cayó desde la cubierta por su falta de equilibrio, lo más triste es que él no sabía nadar y su papá tampoco, por lo que frente a sus ojos vio cómo se hundía su hijo sin poder hacer nada”, relató Sena Martín.

“El pescador de ahora no tiene responsabilidad”

En un sondeo hecho específicamente con pescadores retirados o que han adoptado el mando de patrones, los reclamos suelen ser los mismos, pues nuevamente culpan a los pescadores de esta última temporada de molusco a quienes se les atribuye el uso de drogas de alto peligro como el “cristal”.

Por otra parte, los relatos de los veteranos dejan helado a cualquiera. Como ejemplo, se tiene a Hugo Manuel Alvarado Méndez, actual titular de la cooperativa “Esfuerzos Pesqueros”, quien sobrevivió a siete naufragios, siendo el último hace solo tres años cuando dio por finalizada su carrera como hombre de mar.

“Recién habíamos zarpado del navío “Ballena” y se empezó a hundir por fallos en la estructura a las cinco de la mañana. Nunca se me va a olvidar, sobre todo recuerdo la desesperación de mis otros dos compañeros que casi lloraban presagiando un final negativo para nosotros; como si fuera un milagro llegó un barco de nombre “Indomable” y nos salvó”, relató el sexagenario.

Los restos de ese buque fueron encontrados en la costa de Telchac, sin embargo, fue el momento traumatizante lo que hizo que el entrevistado decidiera dar un paso al costado y ahora comenzar a aconsejar a las nuevas generaciones, las cuales, a su parecer, no tienen una formación al 100 por ciento como pescadores.

“Los pescadores de ahora, o al menos la mayoría, carecen de responsabilidad. Se necesita tener otra visión al zarpar al mar, lastimosamente varios muchachos han abandonado los buenos hábitos mientras trabajan y por eso hay tantas desgracias”, añadió.

El mismo pensamiento comparte Anastasio Sierra Fernández, de 62 años de edad, mejor conocido en el sector pesquero como Bethoven, quien tampoco logró escaparse de los accidentes en el agua y se cayó un par de veces, siendo el percance que más recuerda el que sufrió a sus 30 años de edad.

“Estaba en cubierta y me caí, era de noche, pero por lo menos había gente platicando. Yo hice uso de la veteranía que ya contaba en ese tiempo para conservar la calma, deshacerme de mi ropa para que no pese mi cuerpo y me mantuve gritando hasta que me escucharon para tirarme una boya, fue horrible, se me eriza la piel cada vez que lo rememoro”, puntualizó.

Parte de lo que se pide, es, nuevamente, el no embarque de menores de edad y hasta pescadores que carecen de la habilidad para nadar, pues con un buen conocimiento de la navegación con el cuerpo sobre el mar, Sierra Fernández indica que se puede permanecer flotando hasta 20 horas esperando el auxilio.

Este medio, fue el que utilizó Julio C. M. A., de 37 años, durante la madrugada de este domingo cuando se lanzó al mar por una razón extraña y para sobrevivir se fue nadando desnudo hasta la orilla de la playa del puerto en medio de la oscuridad y temperaturas heladas.

Embarcaciones malditas

En las tragedias, también los barcos se ven involucrados, uno de los últimos casos correspondió al “Lady Godiva”, el cual explotó en un astillero de la zona industrial de Chelem, que le costó la vida a José Solís Niño Pixo y que permaneció en mal estado hasta que el pasado siete de agosto que se procedió a sacarlo del agua con grúa.

Poco se ha sabido de este navío, cuyo último patrón fue Luis Felipe Bacelis Vampiro, por lo que se supone que fue dado de baja de cualquier actividad por el percance sufrido, ya que la cábala dicta que solo se podrá reutilizar una embarcación así, si esta es reconstruida eliminando su fachada original.

“Es lo que se dice, nosotros preferimos seguir esas creencias a tener que sufrir más situaciones dolorosas. Un barco que tuvo algún hecho que haya afectado a su tripulación o que haya costado una vida, no puede volver a salir, quedan malditos”, puntualizó Anastasio Sierra Fernández.

Para hablar del barco maldito más famoso de Progreso, habría que recordar con luto al “Águila Dorada”, que, como se sabe, zarpó en pleno Día de la Marina del año 1995 para hundirse, lo cual les costó la vida a 23 personas que hasta hoy día son recordadas en estos aniversarios con ofrendas florales echadas al mar.

Según dicta la historia, posterior al fatal incidente, cuyo patrón era Benito May, se destruyó el buque para construir otra estructura con el nombre de “Cuauhtemoc 10”, aunque ningún marinero se atrevía a tomar su timón por el penoso pasado.

“Un amigo se aventuró a tomar ese barco, aunque mucha gente le decía que no lo hiciera, y efectivamente, justo cuando salieron por huachinango los alcanzó una onda tropical y los tiró. Nunca más se supo de los dos tripulantes que iban en él y solo se escucharon noticias de que el barco recaló hasta en Coatzacoalcos, pero ya nadie quería saber de ello”, finalizó el entrevistado.

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CC