Muere última partera tradicional de Umán; trajo al mundo a más de mil 500 niños

De acuerdo con la familia, Rosita, como era conocida en el poblado, tuvo 16 hijos, de estos tres murieron al no llegar su tiempo
miércoles, 8 de septiembre de 2021 · 15:11

UMÁN, Yucatán.- Fallece última partera tradicional de Umán, quien a sus 80 años y más de 55 como trabajadora en ayudar a las mujeres de la comunidad a dar a la luz trajo al mundo a más de mil 500 niños. La mujer era consultada por doctores y enfermeras debido a su basto conocimiento, aseguró en entrevistas que se le habían hecho en múltiples ocasiones.

 Rosa María Mis Rodríguez, veterana partera tradicional de Umán, quien falleció por causas naturales y fue velada en casa de uno de sus hijos para posteriormente ser sepultada en el cementerio municipal, trabajó durante más de cinco décadas y durante ese tiempo recibió a más de mil 500 infantes, aunque tuvo algunas complicaciones con bebes prematuros o en difíciles posiciones, la mujer recalcaba orgullosamente que nunca se le murió un sólo bebé durante algún parto.

De acuerdo con la familia, Rosita, como era conocida cariñosamente en el poblado, tuvo 16 hijos, de estos tres murieron al no llegar su tiempo y uno más falleció por negligencia médica, sin embargo, en entrevistas hechas por medios locales, aseguró que eso le daba fuerzas para ayudar a las madres, sobre todo primerizas para traer a sus hijos sanos y salvos.

“Era la mejor en lo que hacía, nadie puede negar lo maravilloso que era ver cómo trabajaba, me tocó asistirla en una ocasión hace más de 40 años, cuando en una casa, casi sin luz, una de mis amistades se cayó y ahí mismo tuvo a su bebé, fue estupendo verla trabajar”, dijo Faustina Dzul.

La ahora occisa trabajó en Umán y sus comisarias, sin embargo, también era solicitada en otros municipios de Yucatán, incluido Mérida, por lo que es recordada por varias personas como una gran comadrona.

Atendía partos difíciles

“Ella trajo a mi hija al mundo hace 28 años, y no se me olvidará lo mucho que tengo que agradecerle, porque mi hija venía de cabeza y enredada en el cordón umbilical y recuerdo que tuvo que sobarme varias veces para poder acomodarla, y gracias a ella mi bebé pudo nacer bien y no asfixiada como habían dicho los médicos, ella fue mi última esperanza y jamás lo voy a olvidar”, dijo Azucena Mex.

Asimismo, doctores de clínicas particulares la buscaban para pedirle consejos y ayuda en casos complicados, donde el infante venía atravesado o tenía enredado el cordón, por lo cual mediante sobadas acomodaba al neonato, para después poder nacer sin complicaciones graves.

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aarl