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En memoria de todas las mujeres que fallecieron a causa de abortos clandestinos, colectivas feministas colocaron el estandarte de la Marea Verde en el asta bandera, que está en la Plaza Grande, en Mérida, esto en demanda de que esta práctica se realice de manera legal, segura y gratuita en el Estado.
Ayer, en punto de las 19 horas, mujeres de todas las edades se dieron cita en el parque de la Madre, en el Centro Histórico de Mérida, para participar en la marcha del Día de Acción Global por un Aborto Seguro. Las asistentes llegaron vestidas de negro, cubrebocas o pasamontañas, quienes entonaron cantos en contra de la violencia y de la criminalización por decidir la interrupción del embarazo legal.
En el lugar, las manifestantes se encontraron con el monumento a la Madre había sido resguardado por agentes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), esto con el objetivo de evitar que la escultura fuera resultara pintada, como ocurrió en marchas anteriores. Sin embargo, esto no impidió que las manifestantes dejaran sus marcas en el suelo.
Después, el contingente de aproximadamente 200 mujeres avanzó en sentido contrario sobre la calle 60, dirigiéndose a la Plaza Grande. Durante la caminata gritaban: “señor, señora, no sea indiferente se matan a las mujeres en la cara de la gente”, “Mérida no es blanca es feminicida” o “aborto sí, suicidio no, es mi cuerpo yo decido”.
Cuando llegaron al sitio, realizaron pintas en el suelo, mientras que en el asta de bandera colocaron su estandarte, en forma de triángulo y de color verde, con la leyenda “aborto seguro, legal y gratuito”.
Lo anterior, fue en recuerdo de todas las mujeres que han perdido la vida por realizar la interrupción del embarazo de manera clandestina. Además, en el piso del centro de la plaza, estamparon con pintura roja las huellas de sus manos.
Roció “N” expresó que participó en la marcha, para “exigir la aplicación correcta de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer”, pues en Yucatán solo se accede a esta medida por cinco causales, y no por su derecho.
Como medida de prevención, Roció “N” mencionó que la educación sexual integral puede ser una solución, pues con ésta se podrían erradicar los abusos sexuales y las violaciones.
“Sobre todo promover la comunicación con respeto entre la sociedad, que a su vez permita conocer y reconocer su propia sexualidad y el cómo vivirla con responsabilidad”, sugirió.
Por otra parte, otra de las manifestantes señaló, desde su propia experiencia, la falta de capacitación al personal que presta atención en los servicios de Salud Pública.
La joven, quien prefirió mantener el anonimato, recordó cuando vivió en carne propia el cansado camino para acceder al aborto en Mérida, por lo que se tuvo que ir a la Ciudad de México, donde la interrupción del embarazo fue despenalizada en el año 2007.
Sin embargo, indicó que también allá tuvo una desagradable interacción con personal médico, ya que sentía las miradas de prejuicio, además de que los trabajadores de salud trataron de influir en su decisión.
Por esa razón dijo que marchó con ímpetu, pidiendo no solo la legalización del aborto, también exigiendo la capacitación de los empleados de los hospitales, para que su trato sea más humano hacia todas las mujeres que acuden a realizarse un aborto.
Por último, el contingente femenino pintó las letras monumentales de Mérida, mientras cantaron el “himno” compuesto por la mexicana Vivir Quintanar, “Canción sin miedo”, que denuncia los feminicidios en el país y retrata de manera poética la fuerza que el movimiento feminista ha tenido en los últimos años.
Con respecto a lo anterior, datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), indicó que por cada 100 mil mujeres yucatecas, 138 viven violencia.
Según datos de la Fiscalía General del Estado (FGE) en lo que va del año, han ocurrido cuatro feminicidios en Yucatán.
Como informamos oportunamente, el primero se registró en febrero pasado, cuando María Pilar P.C., fue asesinada por su pareja sentimental Wilberth B.M.B., en el fraccionamiento Santa María Chuburná. Este hecho dejó en orfandad a una niña de seis años y un pequeño de dos.
En marzo, en el municipio de Acanceh, María Paula M.C., de 38 años de edad, murió en el hospital por los golpes propiciados por su esposo. Hasta el momento, el feminicida no ha sido vinculado ante el juez para ser procesado.
En abril fue descubierto el cadáver de Enna Isabel C.C. en una casa muestra del fraccionamiento Bicentenario de Umán, cuyo cuerpo estaba atado de pies y manos y tenía huellas de tortura. La autopsia reveló que la causa de su muerte fue por asfixia mecánica y hasta el momento no han ningún vinculado con los hechos.
El último feminicidio se registró en julio pasado, cuando tres individuos y una mujer entraron a casa de Teresa Aurora V.C., en el fraccionamiento Gran San Pedro Cholul, fue torturada y murió por las heridas de arma blanca.
En la casa de la fallecida se encontró a su hija de tres años de edad, quien fue entregada a la madre de la víctima. Trascendió que los detenidos y presuntos asesinos presuntamente fueron contratados por el exesposo de la occisa, quien tiene una orden de aprehensión.
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JG
