¿Ley Antichancla en Yucatán?: Activistas buscan eliminar castigos corporales

Educación, orientación y cuidados son derechos que deben cumplir los padres de familia, sin embargo, los castigos corporales no están permitidos, aseguró una trabajadora social
jueves, 15 de julio de 2021 · 11:28

Hace unos días el Congreso del Estado de San Luis Potosí prohibió los castigos corporales contra menores de edad, por lo que ya no serán admisibles las nalgadas, cintarazos y chanclazos. Sin embargo, en Yucatán no existe una legislación contra este tipo de métodos disciplinarios, opinaron expertos en derechos y protección de la niñez.

Con respecto a lo anterior, la trabajadora social Abril Pérez Martínez comentó que en el estado no hay un dictamen que expresamente prohíba el castigo físico como parte de un correctivo, aunque sí se menciona el tema en la Ley General de Niñas, Niños y Adolescentes en la entidad.

“Dice que los niños tienen derecho a recibir educación, orientación, cuidados y que el castigo corporal no debería estar permitido”, mencionó la experta, quien agregó que esa disposición recalca que los niños y adolescentes tienen derecho a una vida libre de violencia.

Sin embargo, la entrevistada, quien trabajó en la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia (Prodemefa) durante el sexenio pasado, mencionó que en su gestión llegaban denuncias de maltrato físico a menores en casos extremos.

“Por ejemplo, por una nalgada, coscorrón, un pellizco, cosas así no (denuncian). Pero sí llegaban (quejas) cuando era muy notorio”, mencionó.

Sobre lo último, dijo que le reportan casos donde el menor era golpeado por un palo o cualquier otro objeto que les dejara marcas.

Por su parte, Víctor Chan Martín, activista y líder de la asociación civil “Hogares Maná”, aseguró que existen acciones violentas normalizadas, que no se denuncian.

“Es normal que se les dé nalgadas a los niños porque no hicieron la tarea o que se les jale el cabello porque no entienden las tablas de multiplicar. Por lo que si son comunes, no se mira como algo malo”, mencionó.

El activista sostuvo que un pellizco, un jaloneo, un golpe o una bofetada sólo le está enseñando al niño dos cosas: la primera es un mensaje de que es normal que viva en esas circunstancias y la segunda es que puede hacerlo con otros niños, porque cree que es algo normal que pasa en los otros hogares.

“Por ejemplo, si el niño ve que su papá que lo golpea a pesar de que lo ama, él siente que puede hacer lo mismo bajo esa premisa. Sin embargo, el problema no es sólo en la infancia, ya que cuando el menor crezca, pensará que es normal que se pegar a las mujeres o agredir a otros”, puntualizó.

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GH