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“Con el Internet es como nos están chantajeando ahorita, ya que si no los apoyamos para que siga la granja, no nos van a poner Internet”, comentó la activista

Por no haber sido consultados para determinar si querían o no la construcción de granjas de cerdos, el Consejo Maya del Poniente de Yucatán Chik’in-Ja’, informó que realizarán una consulta indígena para decidir si renovarán o revocarán el permiso de estos criaderos de cerdos de la empresa Kekén, las cuales contaminan el medioambiente y agua.

Dicho ejercicio, informaron, se realizará el próximo 25 de julio en los municipios de Kinchil y Celestún, así como en la comisaría de San Fernando, perteneciente a Maxcanú.

Carlos Yamá, integrante de Chik’in-Ja’-Kinchil, denunció que en la zona Poniente del estado están instaladas cuatro granjas porcícolas, pero que mientras transcurría la contingencia sanitaria, se aprovechó para construir dos más.

“Todos se detuvieron por la pandemia, pero misteriosamente Kekén no y ahora tiene seis granjas”, mencionó el activista, quien señaló que hubo una omisión de las autoridades municipales, estatales y federales, para otorgar los permisos a estos diversos proyectos.

“Construyeron dos más en un año. Mientras todos estaban resguardándose, ellos continuaron”, mencionó el denunciante, quien dijo que, debido a la contaminación de sus tierras, es que han decidido acelerar la consulta, la cual tiene como fin detener este tipo de proyectos que afectan a los pueblos mayas.

En su turno en la palabra, Alberto Rodríguez Pisté, integrante de Chik’in-Já-Celestún, comentó que en este puerto la gente está preocupada por las afectaciones que puede haber por la presencia de las granjas de cerdos.

El denunciante explicó que las descargas de aguas residuales caen sobre el agua estancada que hay en los montes que están anegados por las lluvias de los últimos días y, debido al declive del agua, todas las excretas y orinas de los cochinos se van vertiendo a la ría, pasando por donde está el cenote, donde el municipio se abastece de agua potable.

“Poco a poco se va acercando esta contaminación al puerto de Celestún, a la Reserva de la Biosfera, protegida por leyes internacionales. La contaminación que llega va a provocar que se detenga la industria turística”, comentó el activista, como parte de su exposición de las afectaciones a las que podría estar sujeto este municipio costero.

Agregó que otra industria que se vería afectada, es la pesquera, ya que el agua potable se utiliza para hacer el hielo que llevan los pescadores para conservar sus productos del mar y si ese hielo está contaminado, afectará la calidad de los pescados, lo que detendrá la exportación de productos del mar y golpeará la economía del estado.

Rodríguez Pisté comentó que, si la contaminación que provocan las granjas no se detiene, el puerto de Celestún será inhabitable, lo que provocará que sus habitantes deban migrar 50 kilómetros hacia Kinchil o buscar asentarse en el puerto de Sisal, que es comisaría de Hunucmá, motivo por el cual pidió al Gobierno estatal detener este tipo de proyectos.

Ahondando en los datos que comentó Carlos Yamá, comentó que, hace dos años, sólo había cuatro criaderos de cerdos, pero en el último año, en ese mismo espacio, se instalaron dos más, por lo que estimó que existen unos 60 mil cerdos, 10 mil por cada granja y mencionó que se está viendo la construcción de cuatro criaderos más.

“Piensan redondear a 10 granjas, que finalmente serán 100 mil cerdos. Imaginen la cantidad de descarga de aguas residuales y la cantidad de agua que ellos obtendrán del subsuelo”, puntualizó.

“Condicionados”

Por su parte, Cinthia Cocom Canuel, del pueblo de San Fernando, Maxcanú, comentó que debido a la pandemia del COVID-19, Kekén les prometió a los habitantes que instalarían el servicio de Internet para que los niños de esta comunidad pudieran estudiar.

Sin embargo, nunca tocó a sus puertas para preguntarles si podían construir una granja de cerdos.

“Con el Internet es como nos están chantajeando ahorita, ya que si no los apoyamos para que siga la granja, no nos van a poner Internet”, comentó la activista, quien dijo que no es justo que jueguen con los sentimientos de la gente, además de que cree que no es bueno que hayan sido humillados al no pedirles permiso para construir una granja de cerdos.

Agregó que la granja ha provocado una invasión de moscas en el pueblo, además de contaminar las selvas de los alrededores.

“Ahorita vas al monte donde están saliendo las aguas sucias y hay unas fosas que no están tapadas”, comentó la mujer, quien dijo que existe una laguna de las excretas de los animales que ya presenta malos olores.

Sobre la consulta, la cual se encuentra en fase informativa y las asambleas de dicha fase se realizarán esta semana: mañana jueves a las 18:00 horas en Celestún, el viernes 16 de julio a las 10:00 horas en San Fernando, Maxcanú, y este mismo día, a las 18:30 horas se realizará en Kinchil, para que el 25 de julio se lleve a cabo la fase consultiva.

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GH