Hombre muere de un infarto en plena calle de Teya, Yucatán

Ayer, alrededor de las 08:00 horas, una persona del sexo masculino iba caminando sobre la calle 20 por  21 del Centro de la comunidad, cuando de pronto se desvaneció y quedó tirado inerte en el pavimento.
Los vecinos del rumbo y quienes circulaban sobre la misma arteria se dieron cuenta de lo sucedido y dieron aviso de inmediato a las autoridades locales.
Elementos de la Policía Municipal arribaron junto con la patrulla de número económico 036, para intentar reanimarlo, checando sus signos vitales, también llegó un vehículo de traslado del Ayuntamiento, pero ya nada se pudo hacer porque la persona había muerto.

Posteriormente llegaron los paramédicos a bordo de una ambulancia de la SSP número 21-0 con destacamento en Izamal, sólo para confirmar que la persona había fallecido y reportarlo a las autoridades correspondientes para que llegara personal del Semefo y levantara el cadáver.
De acuerdo a los datos recabados en el lugar de los hechos, el occiso se llama Braulio Noh Iuitz, de 57 años de edad, soltero, que padecía de ataques epilépticos.
Algunas personas al verlo tirado sobre el pavimento creyeron que se trataba de uno de los ataques.
Un vecino comentó que minutos antes salió de una tienda ubicada cerca del lugar para checar en el periódico su número de Tris, ya que al ahora difunto le gustaban los juegos de azar.
También dijeron los vecinos que Braulio tenía problemas de la vista, puede ser que se haya tropezado y caído.
Sin embargo, testigos afirmaron que estaba caminado, perdió el equilibrio y cayó sobre el pavimento falleciendo instantáneamente.
Juan Rodríguez mencionó que el auxilio se demoró bastante, ya que las autoridades municipales desde que pasó lo de la política y perdió en su intento de reelección el alcalde Luis Núñez, no se encuentra ni en el Palacio y tampoco en su casa.
Familiares del difunto llegaron a identificar el cuerpo y con un rebozo fue cubierto mientras conseguían una sábana. La Policía Municipal acordonó el área para evitar que los curiosos se arremolinaran