UNAM advierte contaminación del agua a causa de las granjas porcícolas en Yucatán

Investigadora de la UNAM asegura que las granjas porcícolas de Yucatán afecta el subsuelo y la calidad del aire
miércoles, 16 de junio de 2021 · 11:24

Como una muestra de respeto a las luchas que han emprendido los pueblos mayas de Homún, Kinchil y Chapab en el estado en contra de megaproyectos, tres especialistas presentaron el informe “Contaminación del Acuífero Maya”, documento que advierte de los problemas que provocaría la afectación del subsuelo que provee de agua a la región, y que uno de los principales factores de contaminación son las granjas porcícolas en el estado.

Lourdes Medina Carrillo, abogada de Indignación y co-autora de este trabajo, dijo que el informe presentado muestra la investigación científica que han realizado expertos comprometidos con los derechos humanos y con los pueblos indígenas, además de que existen elementos de otras organizaciones de la sociedad civil y no gubernamentales.

La autora dijo que el documento se divide en cuatro etapas y una de ellas resalta la importancia de la selva maya, que es un reservorio de biodiversidad que protege el suelo contra la erosión al acumular materia, genera agua para el consumo humano y para el riego, además de recursos vegetales y animales aprovechable en alimentos y medicinas.

“Aquí se localiza el principal sumidero de carbono en el país. Esto significa que en sus suelos se depositan y absorben grandes cantidades de carbono de la atmósfera, lo que contribuye a reducir la cantidad de CO2 del aire, además de que en la península de Yucatán se encuentra la reserva hidrológica de aguas subterráneas más importante”, dijo.

Agregó que la importancia del Anillo de Cenotes radica en que suministra el 42 por ciento del volumen de agua en el estado y 19 por ciento del volumen total de la región. “El agua proveniente es utilizada por un millón 350 mil 67 habitantes que representan el 69 por ciento de la población en la entidad”, se puede leer en el documento presentado.

Se informó que esta reserva natural se ve afectada ambientalmente por los sistemas industriales de producción de carne de cerdo y aves, debido a que no se cuenta con los requerimientos necesarios, como, por ejemplo, la tierra y los lugares adecuados para su desarrollo, lo que provoca enormes volúmenes de residuos y elevados riesgos a la salud.

Según Rosario Pérez Espejo, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a nivel mundial los problemas más severos que provoca la producción de cerdos en el medio ambiente es la contaminación del agua superficial y del subsuelo por el nitrógeno y fósforo contenido en las excretas de los cochinos en estas granjas.

Otra de las afectaciones que producen estos megaproyectos, según el documento, es en el deterioro de la calidad del aire por la generación de gases tóxicos, principalmente dióxido de carbono, amoniaco, ácido sulfhídrico y metano, que afectan a los trabajadores de la granja, en las poblaciones vecinas y a los propios cerdos.

Estudios científicos revelan que una de las principales fuentes de contaminación por materia orgánica en la región peninsular sobre el agua del subsuelo se da a causa de los desechos de los animales, principalmente por la industria porcícola, la cual a partir de la década de los 90, ha tenido un crecimiento acelerado.

“Este crecimiento lo podemos notar en virtud de que, para los años 1984 a 1992 la media anual de producción estatal de carne fue de 17 mil 667 toneladas, mientras que de 1993 a 1994 fue de 38 mil 278 toneladas, lo que significa que cubrió el 95 por ciento de la demanda en un solo año”, se lee en el documento “Contaminación del Acuífero Maya".

Actualmente, en la región se encuentra el 14.2 por ciento de las granjas porcícolas identificadas en el país y el estado, prevé el nueve por ciento de la producción nacional, tendencia que va al alza, ya que la industria crece 4.5 por ciento anual, un porcentaje incluso mayor que el de Sonora y Jalisco (2.6 y 1.7 por ciento respectivamente).

Para el 2018, las emisiones de CO2 de las granjas porcícolas en la península, fueron equivalentes a las emisiones de tres mil 662 vehículos en México en un año, además de que de las 257 grajas existes en la región, 41 se encuentran en zonas cuya política ambiental es de conservación y protección, es decir, no son compatibles con las granjas.

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GH