Personajes de Progreso, una vida de lucha para regalar sonrisas

Jesús Coronado relata que un paro cardíaco en 2017 estuvo a punto de quitarle la vida, sin embargo se salvó para poder llevar alegría con el show de botargas
domingo, 2 de mayo de 2021 · 13:12

PROGRESO, Yucatán.- En el puerto han existido un sinfín de personajes y emprendedores dedicados a hacer reír a los infantes, uno de ellos es Raúl Aguilar, quien combina el arte de ser payaso cuando se transforma en “Aguacate” para aparecer en escena con su hija “Bombita”. Por otra parte, Jesús Coronado relata que un paro cardíaco en 2017 estuvo a punto de quitarle la vida, sin embargo se salvó para poder llevar alegría con el show de botargas que emprendió hace 16 años.

Por último, la animalista y altruista Lucrecia Lombardo, durante años ha emprendido diversas actividades en pro de los más pequeños de la casa.

Entre el escenario y el ring

En el verano del 2001, José Raúl Aguilar Rodríguez jamás imaginó que su vida cambiaría para siempre luego de que fuera el “Payasito sorpresa” en la fiesta de cumpleaños de una de sus sobrinas, ya que a partir de ahí abandonaría su carrera en el periodismo para aterrizar en el oficio de la mímica y el pastelazo.

“Al principio lo hice por relajo, me vestí con un traje que confeccioné esa misma semana, me pinté como pude y salí en escena, nada qué ver con el porte que tengo ahora, me divertí y pensé en ese momento que la ocasión quedaría para el recuerdo”, expresó el payaso “Aguacate”.

Debido a que para el inicio del siglo XXI en el puerto no era común tener shows de payasos o botargas, luego de aquella fiesta en la que se caracterizó como payaso para ofrecer un show improvisado, las llamadas a su domicilio no paraban de llegar, motivo que lo empujó a envolverse en el ámbito profesional del mundo de las carcajadas.

Comienza su formación artística

“Empecé a tomar cursos, iba a reuniones y expos de payasos para formarme, empecé a mejorar mi maquillaje y vestuario; mi objetivo era ser un profesional, así fue como viajé por todo el Sureste y puntos como Puerto Vallarta, Guadalajara, Ciudad de México, entro otros”, recordó.

Añadió “Aguacate” que a su paso por las fiestas infantiles donde era requerido, a su hija Vida Sugey Aguilar Meza, hoy de 14 años de edad, empezó a gustarle el show y el maquillaje del oficio de la pantomima, por lo que desde los seis años acompañaba a su papá en cada presentación.

La dinámica que manejaron ambos fue tan exitosa que los llevó a ganar varios premios, según Raúl Aguilar los más importantes han sido: el primer lugar en el 2016 del Congreso Nacional de Payasos y un segundo lugar en el “Festival Latinoamericano, Feria de la Risa”, donde sólo estuvieron detrás de un grupo de estudiantes de artes escénicas de la UNAM y delante de una familia de un circo internacional de Nueva York.

Otro logro ha sido el llevar sus actos a importantes televisoras de todo el Sureste, incluso durante un tiempo formaron parte del exitoso programa “Guan Ken Po”, de la animadora yucateca Morita Ruiz Hagar, “Morita”.

Comentó que “no todo ha sido ‘miel sobre hojuelas’, en una gira del 2014 perdí por descuido mi cartera donde tenía todo lo ahorrado en el mes de diciembre. Recuerdo que pasé una Navidad muy amarga. Pero contento, porque mi hija, con siete años, me dijo cuando estaba llorando en casa: ‘no te pongas triste papá, estás conmigo y eso es lo importante’; así mismo expreso mi admiración por los colegas que han pasado por una situación similar, ya que muchas veces aún con el dolor del corazón, tenemos que dar función, ahí es cuando uno debe desprender a la persona de carne y hueso del payaso”, aseveró.

Durante la pandemia, el entrevistado admite que el trabajo ha ido en serio descenso, sin embargo volvió a hacer uso de su creatividad para salir de la inestabilidad económica.

Momento de innovar

“Hace un año nos estábamos quedando sin ahorros, entonces empezamos a vender por redes sociales paquetes de golosinas que se entregarían acompañados de mi visita personificado. Al principio pensamos que no iba a funcionar, pero la demanda fue exitosa, me sorprende que incluso hubo gente arriba de los 30 años que sus papás o abuelitos les encargaron nuestra visita, eso quiere decir que siempre hay un niño interior en nosotros que nunca se va”, manifestó.

Otra de las pasiones de ambos ha sido el mundo de la lucha libre, misma que empezó en Raúl Aguilar por parte del “Trío Fantasía”, luchadores técnicos que durante la década de los ochenta hacían vibrar de emociones a los niños de esa época, la tripleta se conformaba por Súper Muñeco, Súper Ratón y Súper Pinocho.

Es tal la pasión por la lucha libre que une a la pareja de payasos, que antes de la pandemia se encontraban entrenando bajo la titular del Halcón de Acero y en el gimnasio “La Lupita” del centro de la capital yucateca, dándose el lujo de alternar entrenamiento con lo mejor de la baraja luchística del Estado y con varios elementos de gran trascendencia nacional como Aerostar y Jesús Alfonso Escoboza Huerta “La Parka AAA” (Q.E.P.D.).

Debido a una lesión, Raúl Aguilar se retiró de los entrenamientos y sólo “Bombita” regresó a la acción de la escuela de su deporte favorito; sin embargo el “gusanito” del “arte del catch” hizo convertirse a “Aguacate” en promotor en el puerto, trayendo atractivas funciones en el “Auditorio Morelos”, esta actividad sólo se vio frenada por la pandemia.

“La pandemia nos quitó muchas cosas, añoro tener eventos y subirme a un ring, pero estoy seguro que algún día pasará toda esta situación y pronto volveremos a ser parte de la magia de los escenarios, a los pequeños les aconsejo nunca dejar de ser niños y vivir el día a día al máximo”, finalizó.

“Sobreviví a un infarto”

La historia en el mundo de las fiestas infantiles para Jesús Alberto Colorado Cobos, empezó hace 16 años, cuando junto con su esposa Lourdes Daniela Rosado Magaña, decidieron emprender el negocio de las botargas en shows para infantes.

“Mi hijo, que en ese entonces tendría unos 4 años, fue parte de la inspiración para comenzar en este rubro, en ese tiempo no habían empresas que dieran ese servicio y nosotros fuimos de los primeros en el puerto, con ‘Barney’ como primer espectáculo”, rememoró “Chucho”.

El animador especificó que fue su misma familia quien formó parte de sus coreografías, siendo Ligia Esther Colorado Cobos (Q.E.P.D.) quien se encargaba de confeccionar los trajes.

“Era muy penoso al principio, pero conforme pasaba la fiesta y veía a los niños animarse, me llenaba de emoción también y terminaba divirtiéndome, hoy puedo asegurar que me gusta mi trabajo, incluso he llegado con el ánimo bajo a algunos shows y al ver la carita de fascinación de los chiquillos olvido los malos ratos aunque sea por un momento”, afirmó.

Trabajan a través de talleres

Parte de las obras altruistas que lleva a cabo Jesús Colorado son los talleres de elaboración de piñatas que realiza en varios centros comunitarios para mujeres y niños con discapacidad, generando una fuente de empleo y alegría para las fiestas de sus alumnos.

Uno de los momentos que pusieron en riesgo la vida del animador fue un infarto al miocardio que sufrió en 2017, mismo que lo llevó a una operación a corazón abierto exitosa.

“Sólo recuerdo abrir los ojos y ver personas vestidas de blanco, en mi subconsciente pensé muchas cosas, aunque luego de preguntar ¿dónde estoy? y escuchar que estaba en el hospital, me ‘cayó el veinte’ de que probablemente estoy aquí porque Dios quiso darme tiempo para seguir llevando felicidad a los niños y a mis hijos, Alan Vladimir y Nicole Ailyn” dijo.

Parte del sacrificio que un animador de show con botargas tiene que hacer, indicó Jesús Colorado, es el tener que olvidar sus fines de semana con su familia para llevar alegría a otras.

“Atrás de lo que podemos ver en el escenario, en el local de fiesta hay mucho trabajo, horas de ensayo, jóvenes debajo de los muñecos sufriendo calor y mucho esfuerzo; aunque no por ello dejo de afirmar que me gusta mi trabajo, por eso saludo mucho a los niños aunque ya haya pasado el Día del Niño, fecha que debe celebrarse todos los días”, precisó.

Lucrecia Lombardo: altruista y animalista

Parte de las novedades que se tuvieron el pasado 30 de abril fue la presencia en la calle de Lucrecia Lombardo, activista que en cada fecha con dedicatoria a los más pequeños de la casa acude personificada de algún personaje icónico.

Personajes como “El Grinch”, “La Galleta de Navidad”, “La Catrina” o “Los Reyes Magos”, han sido algunos de los encarnados por la también artista con cerca de 35 años de trayectoria.

La distinguida histrionisa, año con año, festividad tras festividad, deja con la duda al puerto sobre qué actividades o personaje elegirá para darle vida.

Asegura que la misión es sencilla: plasmar una sonrisa en niños y ancianos vulnerables que viven en casas hogar; de igual manera, a partir de las 22:00 horas, la animalista recorre las calles del puerto repartiendo croquetas a animales en situación de calle.

Síguenos en Google News y recibe la mejor información

aarl