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Durante los últimos cinco años el tema de la depresión y el suicidio ha estado en el foco de la atención pública, sin embargo sigue rezagado

En los últimos cinco años, se han registrado más de ocho mil 200 casos de depresión en Yucatán, según información proporcionada por la Secretaría de Salud Federal (SSa). Tan sólo en lo que va del 2021, se han reportado más de 200 personas afectadas con este trastorno mental en el estado. Pese a que desde 2019 entró en vigor la Ley de Salud Mental, esta no ha sido debidamente aplicada en la entidad. 

A través del Boletín Epidemiológico Nacional, se pudo corroborar que, del 2016 al 2020, se tuvo conocimiento de ocho mil 226 casos de depresión en el estado. El año en el que más personas fueron atendidas por este padecimiento mental fue en 2017, cuando se tuvo un registro de dos mil 390 incidencias.

El año pasado, que fue cuando inició la pandemia por COVID-19, se tuvo un total de 970 casos de depresión en Yucatán, es decir, fueron detectados al menos 80.9 casos por mes.

En el 2019, mil 779 personas presentaron este trastorno mental. En promedio, se detectaron 148.25 incidencias mensuales.

En cuanto al 2018, se reportaron mil 850 habitantes afectados por el mencionado padecimiento mental, para un promedio mensual de 154.16 casos.

Asimismo, mil 237 pobladores fueron atendidos por depresión en centros de salud públicos de Yucatán en el 2016.

Datos actuales de la SSa indicaron que, durante la semana epidemiológica número 11, con fecha de corte del pasado 20 de marzo de este año, se han detectado 269 casos de esta enfermedad en la entidad. Fueron 67 hombres y 202 mujeres, las personas que han recibido atención médica por este trastorno mental.

En contraste, durante el mismo periodo del año pasado, se tuvo un registro de 366 casos de depresión, por lo que las incidencias van a la baja.

Contexto y género, factores que influyen

La psicóloga clínica, Flor González Velázquez, explicó que la depresión es un trastorno mental que puede ser generado de manera biológica, psicológica o social, y que repercute en el estado de ánimo y las redes de apoyo de quienes lo padecen.

Indicó que, entre los factores que pueden provocar la depresión, se encuentra la falta de producción de ciertas sustancias químicas, como la oxitocina. Además del contexto social, que puede alterar de manera negativa el estado mental de las personas.

Contrario a los datos de la SSa, la especialista precisó que son las mujeres quienes más padecen este trastorno mental debido al rol de género que se les asigna. “Las mujeres se deprimen más que los hombres porque la educación judeo-cristiana dicta que nacen para servir”, dijo.

Explicó que los hombres suelen caer en depresión debido al rol que se les asigna socialmente y que hace que se perciban como “fuertes”, lo que conlleva una carencia en el manejo emocional.

González Velázquez mencionó que la parte biomédica de este padecimiento se trata con medicamentos y que otros componentes, como los patrones de conducta que facilitan la depresión deben trabajarse con el apoyo de un especialista en psicoterapia.

La psicóloga clínica comentó que hay ciertas situaciones, como la muerte de alguien cercano o una ruptura amorosa, en las que se espera socialmente que se reaccione con tristeza ante ellas, sin embargo, aclaró que si este sentimiento dura más de 15 días ya se trata de depresión.

Al ser cuestionada sobre el impacto de la actual pandemia de COVID-19 en las personas que presentan este padecimiento mental, dijo que el encierro puede llegar a hartar y provocar que estén más vulnerables mentalmente al no cumplir con una rutina diaria fuera de casa, o al percibir como reducidos los espacios personales en el hogar.

También compartió que, al no poder salir como antes a la calle o al no poder asistir a psicoterapia de manera virtual, algunas personas dejan de darle seguimiento al tratamiento contra la depresión, lo que puede conllevar graves consecuencias, como cerrar las redes de apoyo, es decir, no frecuentar a familiares y amigos; perder el trabajo; o incluso el suicidio.

Entre las recomendaciones que realizó la especialista para aquellas personas que piensen que están atravesando un cuadro de depresión, están: acudir a psicoterapia; hacer ejercicio, ya que con ello se producen en el cuerpo los “químicos de la felicidad”; consumir antidepresivos, en caso de que un psiquiatra lo recomiende; y cambiar patrones de conducta para evitar este trastorno mental. 

No se ha cumplido a cabalidad la Ley de Salud Mental

En julio de 2018, el Congreso del Estado aprobó la Ley de Salud Mental estatal, que tiene como objetivo combatir los trastornos mentales en la entidad y disminuir el índice de suicidios, una problemática que ha azotado a Yucatán en los últimos años.

Como parte de esta normativa, que entró en vigor en el año 2019, se creó el Instituto de Salud Mental, así como un Consejo Estatal en este rubro. Entre las principales disposiciones de esta Ley está el diseño de estrategias específicas para atender los padecimientos mentales y destinar el siete por ciento del presupuesto anual para estas acciones.

Sin embargo, a tres años de su aprobación, el gobierno del Estado no está cumpliendo a cabalidad esta normativa, según declaró el diputado Manuel Díaz Suárez, quien fue el impulsor de la ley.

El legislador explicó que el Ejecutivo “ha tardado en implementar y cumplir como tal” la Ley de Salud Mental debido a que se le ha dado prioridad a otros temas, como la actual crisis sanitaria detonada por el coronavirus.

“No sé si no ha tenido la ocasión de hacer una buena interpretación (el Gobierno), se ha dado prioridad a otros aspectos de salud pública como la pandemia, pero está quedando a deber en la atención a la salud mental”, mencionó el también médico.

Díaz Suárez coincidió en que la pandemia por COVID-19 ha agudizado los problemas de salud mental en la población, pues las personas ahora viven en estrés y ansiedad constante debido a que temen ser despedidos de sus empleos por crisis económica detonada por la enfermedad antes mencionada. Otras razones que contribuyen a alteraciones del estado de ánimo son el miedo a contagiar a familiares que pertenecen a sectores vulnerables.

Dijo que psicólogos que trabajaban en la Secretaría de Educación del Estado le manifestaron que, desde que se implementaron las clases virtuales, no les dieron contrato, por lo que no se está llevando a cabo una detección de aquellos estudiantes que pudieran presentar problemas en su salud mental.

“Se tendría que haber seguido una estrategia para que, a pesar de las clases virtuales, estuvieran haciendo detecciones y seguimiento para las familias y alumnos con un tema de salud metal”, enfatizó.

También mencionó que el Colegio de Psiquiatras de Yucatán le ha expresado su inquietud ante la falta de estrategias por parte de las autoridades estatales para combatir los trastornos mentales, pese a la existencia de la mencionada ley.

Además, agregó que el Instituto de Salud no está recibiendo los recursos marcados en la normativa para poder operar.

“No se está cumpliendo tal cual lo que dice la ley, no se está ejerciendo el presupuesto en el área correspondiente. Están pendientes la presentación de los programas y el Consejo Estatal sólo han sesionado un par de veces. No se está atendiendo una problemática tan delicada”, insistió.

En ese sentido, aseguró que le ha externado esta situación tanto al gobernador Mauricio Vila Dosal como al secretario de Salud, Mauricio Sauri Vivas, quienes le han respondido que “están pendientes y ya pronto anunciarán las estrategias”.

Recordó que el año pasado cerró con un total de 242 suicidios en Yucatán, es decir, se promedió que una persona se quitaba la vida cada 32 horas en el estado, y dijo que este 2021 la tendencia es similar. Por último, señaló que “la parte más difícil de la pandemia va a generar estrés y ansiedad, y esto va a agravar la salud mental de la población, por lo que es importante que no se descuide este aspecto”.

SY