Rascacielos en Mérida podrían generar problemas al ambiente, especialista de la UADY

La catedrática de la UADY alerto que para llevar a cabo estas obras, hay que tener en cuenta las especificaciones de ubicación, de altura y de materiales constructivos
viernes, 23 de abril de 2021 · 15:19

Luego de considerar positiva la viabilidad del megaproyecto de construcción de rascacielos en Mérida, como primera obra de esa magnitud que existiría en el Sureste mexicano, la arquitecta María Elena Torres Pérez, catedrática de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), apuntó que es importante que se hagan los estudios adecuados para evitar impactos ambientales.

Lo que hay que estudiar con detenimiento, alertó, son todas las especificaciones técnicas de ubicación, de altura y de materiales constructivos, para no heredar problemas al área circundante y garantizar seguridad a los vecinos.

La especialista aseguró en entrevista que existen estudios y reglamentos referentes al impacto ambiental y de mecánica de suelo, entre otros, que tendrán que discutirse en su aplicación y que, por lo regular, no se hace. Los análisis sirven para prevenir los daños o perjuicios que se puedan ocasionar con la introducción tan drástica de algo innovador.

El reglamento de construcciones de la ciudad de Mérida establece, apuntó, una altura máxima de tres niveles de los edificios conurbados y la marca en función de la colindancia. Esto es importante, ya que el sentir innovador puede estar por encima de la seguridad de las viviendas y construcciones que están alrededor.

Si nosotros construimos edificios más altos que les pueda dar sombra a los edificios laterales, estamos creando ambientes húmedos, más allá, de lo ya existe en climas tropicales. Estas son las condiciones y/o recomendaciones que hay que tener en cuenta, así como el calor porque una torre de cristal, es un elemento de conducción y absorción de calor, especificó.

Entonces, mientras más alto el edificio y más fachada de cristal -agregó-, aunado a las estructuras de hierro, ocasionará que el rascacielos funcione como un concentrador de calor, que también provocaría un fenómeno de refracción de luz y, por lo tanto, de calor hacia las zonas vecinas.

Asimismo, la especialista dijo que los cristales también constituyen un riesgo, en el sentido de que está demostrado que las velocidades que alcanzan los vientos huracanados o turbonadas, pueden afectar al choque directo de árboles o de otro tipo de materiales, lo que se puede presentar en riesgo para los que viven en los alrededores.

La mayoría de proyectos descuidan esta parte y se van por la forma, por la novedad, por el tema de negocio, de la modernización, pero no tanto por el impacto que esto pueda tener altamente negativo hasta peligroso. Tendría que ser un edificio funcional, basado y perfeccionado en riesgo ambiental y que ofrezca seguridad, advirtió.

 SY