Héroe yucateco busca regresar a Inglaterra con su familia

Tras vivir varios años fuera de México, Fernando Puerto prefiere vivir y morir cerca de sus hijos que se encuentran en Europa
lunes, 19 de abril de 2021 · 15:03

Es triste nacer y morir en el mismo lugar, sin conocer el mundo, dijo Fernando Herrera Puerto, quien prefiere vivir y fallecer cerca de sus hijos que viven en Bedford, Inglaterra.

Herrera Puerto recibió al reportero y fotógrafo de POR ESTO!, en su domicilio de la calle 75 entre la 78 y 80 de esta ciudad, cerca del barrio de San Sebastián, porque desea que la gente conozca su experiencia de vida que lo llevó a recorrer muchas partes del mundo y hasta recibir el premio Toronto City Awar, al ser reconocido como Unsung Hero (Héroe), en Ontario, Canadá.

Su recorrido por el mundo comienza cuando conoce a Penelope Joy Keeton en la facultad de Antropología e Historia donde ambos estudiaban. Ella era de origen británico y llegó a Mérida como parte de un programa de intercambio cultural, de la que se enamoró a primera vista.

Como la mayor parte de los adolescentes y después de salir por corto tiempo, nació en ellos el deseo de conocer Canadá, pero antes emprender su aventura decidieron casarse y para hacerlo tuvieron que viajar a Belice por recomendación del Cónsul de Inglaterra en Mérida.

En 1985 nace su primer hijo Ferdinand Wiston Herrera Keeton, ese mismo año deciden irse a vivir a Canadá, donde nace su segundo hijo Benjamín Emmanuel, en la ciudad de Toronto, lugar donde consigue un permiso para vender helados y paletas, primero en la casa que ocupaban y posteriormente en un puesto que a solicitud de los vecinos, las autoridades construyen en Grove Park, en agradecimiento a su labor social que realizaba en pro de la comunidad, orientando a los jóvenes para evitar que éstos caigan en adicciones o malas conductas.

Después de vivir 14 años en Canadá y de recibir su reconocimiento como Héroe, presentó una solicitud para obtener la residencia en ese país, pero al revisar sus documentos, las autoridades migratorias detectan que su esposa e hijo, son ciudadanos británicos y la respuesta fue negativa; le otorgan un plazo para abandonar el país.

Debido a que estaba por vencer la fecha para salir de Canadá, pidió a las autoridades le permitan que su esposa e hijos salieran primero, mientras buscaba la manera de enviar sus pertenecías a Inglaterra, la cual fue aceptada.

Aclaró que nunca mencionó a las autoridades migratorias, que había sido objeto de un reconocimiento por parte de la municipalidad de Ontario, Canadá, lo cual contribuiría a que le otorgaran la residencia, porque su esposa decidió regresar a Inglaterra.

Posteriormente viaja a Londres donde las autoridades migratorias lo recibieron pensando que había sido deportado, pero en realidad no fue así, porque y a pesar de que fue rechazada su solicitud, se le informó que una vez estando en Inglaterra podía presentar otra solicitud para obtener la residencia y que puede regresar a ese país, cuando desee.

En Londres, le indicaron que sus vecinos al enterarse de su expulsión, a través de Jutta Mason enviaron una carta a las autoridades migratorias solicitando que le permitieran quedarse por ser una persona con una vida ejemplar y que realizaba una importante labor social para evitar que los jóvenes cayeran en actos de violencia o consumieran drogas, al grado de que su proyecto de reintegración fue adoptada en otras comunidades destinando como base los parques públicos para ofrecer información a los jóvenes.

Jutta Mason, explicó Herrera Puerto, es enfermera de origen alemán, que llegó a Canadá en 1970 y tiene 73 años, persona que lo ayudó en su labor social impulsando el programa de rehabilitación e integración de niños, niñas y adolescentes con problemas sociales organizando clases de costura u oficios a los varones, así como actividades de entretenimiento, permitiendo que está sea más fuerte.

Ya en Londres, se enteró de que nuevamente fue nominado para recibir un segundo reconocimiento por parte del cabildo, en Ontario, pero no pudo regresar a recibirlo, ciudad donde era conocido como el Ice Cream Man (El hombre de los helados y las paletas).

Una vez que llegó a Inglaterra se dedicó a trabajar como pintor, oficio que era bien pagado, a principios de los noventas fallece su esposa y se queda con dos hijos, que actualmente laboran en la rama de la construcción. En el año 2006 fallece su madre Manuela Puerto Blanco y en el 2017 su padre Manuel Herrera Jiménez, a la edad de 99 años y por ese motivo regresó a Mérida.

Actualmente vive en un predio que se asemeja a un Castillo Medieval, porque su corazón está en Inglaterra, propiedad que ha puesto en venta porque desea retornar a Inglaterra donde están sus hijos que trabajan en la rama de la construcción, otra razón para volver a ese país, es qué a partir del 2026, comenzará a cobrar una pensión que le otorgó el Gobierno Británico al cumplir con las horas de trabajo que se requieren para obtener esa prestación.

SY