“Muchos años trabajé en hogares en la limpieza, pero con el COVID-19 mucha gente por temor a los contagios dejaron de requerir el servicio de aseo de casa y me quedé sin trabajo”, comentó Florentina Novelo.
La mujer camina por las calles de esta ciudad ofreciendo tablillas de chocolate, actividad que realiza todos los días con la esperanza de tener alguna ganancia para el sustento de su hogar, “aunque sea pequeña, ya que de esto vivo”, dijo.
Comentó que antes de la pandemia trabajaba en numerosos hogares realizando mantenimiento y limpieza de casas, lo que incluye el lavado de ropa, pero en su caso la mayoría de las mujeres que le solicitaban el servicio son maestras de la población y, por su trabajo en las escuelas, la ocupaban para las tareas del hogar; sin embargo, por la contingencia y las clases en línea, las maestras hoy están en sus casas, por lo que ellas se ocupan de las labores.
“Forzada por esta situación, muchos meses me quedé en casa, primero para cuidarme porque tengo 72 años de edad y, hasta donde sé, los de la tercera edad somos vulnerables a estos contagios, pero por la cuestión económica me veo obligada a salir a vender chocolate”.
“Espero que pronto se pueda laborar como antes, necesito el trabajo en las casas o con el lavado de ropa, y así tener un sustento económico más seguro”, explicó.
Por último, dijo que el chocolate que vende es original, hecho a mano y con el verdadero cacao.
SY