Docentes luchan contra rezago educativo en Dzununcán

Debido a que muchos de los niños no cuentan con los dispositivos para tomar clases en línea, los docentes buscaron un método para ayudarlos
jueves, 18 de marzo de 2021 · 13:16

Conscientes de los problemas sociales de la colonia Dzununcán, tres maestras tomaron la decisión de combatir el rezago educativo que se vive en este asentamiento del Sur de la ciudad, debido a que muchos de los niños no cuentan con los dispositivos para tomar clases en línea y algunos ni siquiera saben leer, sumar y restar.

Claudia Martínez, maestra de preescolar, explicó que ella y dos profesoras más llegaron a este rumbo luego de estar buscando un lugar para que puedan practicar cortes de cabello, pero después del primer día y percatarse de las necesidades educativas de los infantes, decidieron impartir clases de español y matemáticas.

Casos graves

La docente Ana Valtierres indicó que los niños de este asentamiento están rezagados educativamente, debido a que muchos infantes de 12 años tienen el conocimiento educativo de un niño de 7 años, incluso, algunos no saben las tablas de multiplicar, pero hay casos más graves, porque no saben sumar ni leer.

Las entrevistadas señalaron que, tanto los días miércoles y viernes imparten clases presenciales a aproximadamente 110 niños, los cuales son divididos en dos grupos, uno de 25 y otro de 30 niños por día, ya que mientras algunos toman clases de preescolar, los otros reciben educación primaria.

Cortes de cabello gratuitos

Aunque no precisamente imparte clases, otra voluntaria es Erika Sierra González, quien ayuda a las maestras con los niños. “Empezamos viniendo todos los viernes para realizar cortes de cabello gratuitos a los niños, pero notamos que había muchos niños no saben leer y escribir, y es cuando decidimos dar clases”, indicó.

Señaló que la enseñanza que brindan es básica, ya que los niños aprenden o refuerzan su conocimiento con las vocales, tablas de multiplicar, en la lectura y en lo básico de las matemáticas, como es sumar y restar, aunque también han detectado que muchos infantes ni siquiera cuentan con una lista de útiles completa.

“Pedimos el apoyo de la gente que quiera dar un poquito de lo mucho que a lo mejor tiene. Nos puede apoyar con crayolas, resistol, lápices y tijeras, material para que los niños puedan trabajar. Acá estamos apoyando miércoles y viernes”, comentó Sierra González, quien todos los viernes ofrece cortes de cabello gratis, mientras las maestras dan clases.

Claudia Martínez comentó que llevan tres semanas dando clases y recordó que el primer día fue un caos, ya que trabajaron bajo el sol, pero gracias a las donaciones de la gente hoy en día cuentan con un espacio techado que protege a los infantes de las inclemencias meteorológicas, aunque también hace falta mobiliario como sillas, pizarrones y mesas.

No saben ni lo que son las tablas

Sobre el tema, Ana Valtierres señaló que hay mucho rezago educativo y, además de carecer del conocimiento, también les hace falta el apoyo de sus papás, así como de una institución educativa. “Tenemos niños de 12 años que no saben lo que son las tablas, muchos no saben sumar y otros ni siquiera saben leer a esa edad”, comentó.

Las entrevistadas coincidieron en que lo que se necesita ahora son personas que ayuden a dar clases, ya que cada semana llegan más niños. “Los niños van aumentando. Hoy, por ejemplo, llegaron al menos tres niños nuevos”, comentó Ana, quien dijo que hay días en que no hay lugar para que los infantes se sienten.

Faltan insumos

Además de útiles escolares, algunas madres de familia indicaron que también hacen falta sillas y mesas, y no precisamente pidieron que el mobiliario sea nuevo, sino que sean donaciones, ya que prácticamente todo ha sido construido con palos y tarimas que rápido se rompen, debido a la fragilidad de la madera.

“A veces nos donan tarimas como leña, pero realmente lo utilizamos para hacer bancas, sin embargo, como es madera suave, se rompe muy fácil. El que guste donar, para nosotros todo es bueno”, comentó Seidy, una madre de familia que lleva a sus dos hijos a tomar clases y que, dijo, la acción de las maestras es benéfica para un lugar marginado como en el que viven.
 

SY