Usan el break dance para alejar a la juventud de las adicciones y la violencia en Progreso

Erick Quezada ha luchado por más de diez años por sacar adelante a la juventud de flamboyanes, y apoyar en causas altruistas
domingo, 14 de marzo de 2021 · 14:55

 “Derribar prejuicios para defender nuestra comunidad”, así es como define su actividad Erick Alberto Quezada Alcalá, de 30 años de edad. Gracias a su trabajo, hoy en día es un reconocido bailarín y desde hace más de diez años ha luchado por sacar adelante a la juventud del fraccionamiento Flamboyanes, la cual en los últimos años ha estado en peligro por la constante violencia y vicios que rondan por sus calles. La manera en que este emprendedor ha puesto en marcha su iniciativa es por medio de la danza y el Hip-Hop.

Inicios en las “tardeadas” de “Scandor”

La especialidad del homenajeado es el Break Dance, arte que nació en Estados Unidos a finales de los 60´s en la ciudad de Nueva York y que consiste en ejecutar atrevidos pasos de baile frente a los contrarios apuntando a que quien emplee mejor técnica y más peligrosidad, gana la contienda.

“Desde pequeño, siempre me interesó la danza y sus derivados. El primer recuerdo que tengo relacionado con el Hip-Hop fue cuando al llegar de la Primaria, mi hermano menor me apostó 5 pesos a cambio de que yo vea un truco que él había aprendido a la hora del recreo. Le pagué y me sorprendí cuando ejecutó el paso que nosotros le llamamos ‘el reloj’, el cual hace que con un giro del cuerpo se formen manecillas de este artículo con las piernas”, recordó el bailarín.

Luego de pedirle a su consanguíneo que le enseñara tal movimiento, Erick Quezada afirma que empezó a ir durante todo el año 2001 a las entonces aclamadas “tardeadas” de la desaparecida Discoteca “Scandor” y a los bailes que exponían jóvenes meridanos afuera del también extinto negocio de maquinitas “Imagen”.

La decisión para adentrarse de lleno al mundo del arte callejero finalmente llegó en una exposición que hizo un grupo de bailarines de la capital yucateca en el antro mencionado, gracias a que, en primera fila, un pequeño Erick Quezada de 12 años vio en como uno de los B-boys (como se les conoce a quienes practican esta danza), giró de cabeza constantes veces.

“Es una imagen que tengo guardada en mi mente de hace 17 años. Ahí fue donde decidí hacer esto por toda mi vida. No me arrepiento, pues aunque ha habido muchos sinsabores, la gratitud que me ha mostrado la gente que sabe de mi arte me hace sentir orgulloso de esto”, aseguró.

En la etapa de la escuela Secundaria, el entrevistado recordó que inició amistad con otro impulsor del Hip-Hop local, Webster Rodríguez Canto, “M4”, quien lo abordó en el paradero de camiones para entablar conversación sobre sus gustos y posteriormente conocer a más ejecutantes de la modalidad en el puerto como los B-boys “Yashi” y “Bosh”.

José Luis Chío Tenorio, “Dj Fercho”, también formó parte de los inicios de la escena, pues este creador de contenido y coleccionista de material Hip-Hop, les enseñó, a los entonces principiantes, vídeos y música mezclada para que puedan bailar. Parte de su repertorio incluía a artistas como los “Jackson Five”, “James Brown”, “Kool Moe Dee”, “The Sugar Hill Gang”, “Dj Kool Herc”, “Grandmaster Flash”, entre otros.

Desgraciadamente, la iniciativa de estos jóvenes se vería derrumbada en varias ocasiones por los prejuicios que emitían quienes los veían y por la Policía Municipal, ya que eran señalados, cateados y removidos de los espacios públicos donde se reunían a aprender de la disciplina que les apasionaba y los alejaba de las adicciones.

“Contrario a lo que teníamos como objetivo, la gente pensaba que íbamos a drogarnos, que éramos delincuentes. Nos daba mucha vergüenza cuando la gente miraba cómo nos estaban revisando los policías para ver si no traíamos algo ilícito”, rememora.

Este tipo de situaciones orilló al colectivo a pedir espacios al Ayuntamiento, en ese entonces a cargo de José Luis Blanco Pajón, quien finalmente les otorgó permiso para quedarse a practicar en el parque “Morelos”, sede que casi todos los días es testigo de las intensas prácticas de varios principiantes y veteranos de este tipo de danza.

Llegan las primeras competencias

A la par de ese momento, llegó la primera competencia para los progreseños en el año 2004, gracias a la convocatoria que se lanzó a nivel estado para enfrentar a la mejor tercia dentro de un evento que se llevó a cabo en el local “Ferrocarrileros”, mismo que le dio a los del puerto el segundo lugar, el equipo estaba confirmado por los apodados “M4”, “Chacal” y “Sachi”.

“Gracias a esa competencia nos abrimos caminos en la política y en la parte social. Ya no nos veían de manera extraña; hasta íbamos a las escuelas a dar pláticas y exhibiciones. En los días de campaña nos hablaban para ir a bailar en varios municipios. Tampoco faltaba nuestra presencia en desfiles conmemorativos como el aniversario de Independencia. En esos días realmente empezamos a tomar en serio el Breaking”, expresó el bailarín conocido en el rubro como “B-boy Quezada”.

Al mismo tiempo, los eventos internacionales y competencias fueron innumerables, llenando la vitrina de Erick Quezada con reconocimientos de sus participaciones tanto dentro del estado, como en entidades vecinas del Sureste del país.

“Todas las contiendas de Breaking han sido importantes para mí. No puedo elegir una; de todas aprendo gracias a los rivales que me ha tocado enfrentar”, subrayó el artista, cuyo principal apoyo recae de su familia, especialmente de su madre, Victoria Alcalá.

Destaca que Erick Quezada se volvió bilingüe por medio de sus estudios, siendo el día de hoy uno de los rostros más conocidos del malecón del puerto gracias a su trabajo en el local “Bolom-Balam”.

Altruismo a lo largo de una década

“Después de esa serie de torneos, cada quien tomó su camino. Nos seguimos viendo, pero no con la misma frecuencia que antes. Otros colegas del movimiento se hicieron profesionales, aquí resalto el trabajo del colectivo graffitero ‘RGP’; ellos se encargan hoy en día de las ilustraciones que el municipio destina para sus zonas turísticas”, manifestó.

El entrevistado admite que el camino que eligió seguir fue el del altruismo, esto para darle una mano a quien más lo necesitaba por medio de su arte. Una de las iniciativas más conocidas fue el evento “Jam for a cause”, que tuvo su primera edición en el 2018 para ayudar a la pequeña de 9 años, Dalila, que necesitaba en ese entonces una operación en el área cerebral de 120 mil pesos.

“Juntamos bailarines de todo el estado y logramos recaudar 11 mil 500 pesos; recuerdo que subastamos una ilustración de los yucatecos especialistas del grafitti Spear y Tana, quienes dieron también su talento para la causa que organizamos en el final del malecón”, abundó.

Otras memorables de “Jam for a cause” fueron las que se realizaron para el niño Edrick y para los afectados del terremoto que dañó al estado de Chiapas.

En el primer evento se volvieron a reunir varios exponentes, logrando juntar 8 mil 100 pesos para la causa; en la otra edición se enviaron 92 kilos de despensa. Aquí se resaltó la presencia de unos 50 bailarines y personalidades como “Funky Gordo”.

Busca cambiar el rostro de Flamboyanes

“Aquí, en el fraccionamiento Flamboyanes surgió la idea luego de que la también altruista Alma Montalvo nos invitó a su comparsa del Carnaval del 2018; gracias a una serie de pláticas con ella y por medio de la iniciativa de un servidor, comenzamos a instruir a niños y jóvenes en las cuatro ramas del Hip-Hop: Breaking, Rap, Graffiti y Dj”, expresó.

Erick Quezada manifestó con gusto que se sintió nervioso cuando presentó, hace dos años, la idea ante las autoridades de la Fundación del Empresariado Yucateco A.C. (FEYAC) que hace diversas actividades aquí en la comisaría.

“La idea es alejar de los vicios y la violencia a los pequeños y jóvenes de la comunidad; “desde aquí ponemos nuestro granito de arena. La respuesta ha sido favorable, pues el interés ha sido fenomenal. Ahora que estoy retirado de las competencias, quiero instruir a las nuevas generaciones y aportar a la cultura mis conocimientos”, finalizó.

Entre mar, brisa fresca y Sol... esta es una edición más de la “Enciclopedia Progreseña: personajes, anécdotas e iniciativas que cambiaron el rumbo del puerto”.

SY