Campesinos enfrentan a comisario ejidal de Chablekal durante asamblea general

Ejidatarios de Chablekal protagonizaron un nuevo capítulo de luchas internas durante su asamblea general. En dicha reunión, se buscaba llegar a un acuerdo sobre un contrato por la superficie de 100 hectáreas de tierra de uso común.

Sin embargo, cuando Manuel Abán Can, presidente del comisariado ejidal comparecía con el gremio, fue encarado por varios inconformes. Aunque la situación solo quedó en una provocación, el conato sacó a relucir la división que existe entre ejidatarios y la desconfianza que sienten hacia su líder. 

Abán Can, quien cumplirá tres años en el cargo, llegó en sustitución de Pedro Santana Trujeque, quien fue acusado de malos manejos durante su administración.

Pese a reiterar su compromiso de trabajar por el bienestar del ejido, los gritos de “fraude”, “vendido” y el insistente “¡fuera, fuera!”, lo obligaron a hacer una pausa.

Llamó la atención que se pretendía aprobar un contrato de usufructo en favor de Mauricio Montalvo Vales, quien en su momento habría entablado tratos de esa índole, pero que los inconformes han catalogado como “turbios” con Santana Trujeque.

“Es lo mismo, no aprende (el comisariado). Por eso la gente ya no le cree”, señaló Rafael Chi, quien aseguró que en un contrato anterior no recibieron nada.

Fidel Couoh señaló, por su parte, señaló que mucha gente no está bien informada. Incluso acusó a detractores de no acudir a las juntas. 

Se trata de un episodio más del ámbito ejidal en Chablekal. Sólo en este año hubo un conflicto con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Yucatán, al que se le acusó de apoderarse de 53 hectáreas para incorporarlas a la zona arqueológica de Dzibilchaltún.

Esto propició que el gremio impida el acceso a dicho recinto durante varios días. Otro proceso legal por las tierras en la comisaría se dio en 2014, cuando pobladores demandaron a sus padres y abuelos que vendieron terrenos ejidales a empresarios.

Se intentó continuar con la junta de ejidatarios, pero los cruces de palabras y las constantes fallas del equipo de sonido no permitieron que se prolongara.

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CC