Animalistas de Tizimín califican como 'aberrante' el maltrato animal en fiesta tradicional

La animalista Doris Canul afirmó que se está promoviendo que las generaciones futuras no tenga conciencia animal con respecto al sufrimiento animal
martes, 9 de noviembre de 2021 · 12:08

La iniciadora del movimiento de la cultura de responsabilidad sobre los animales y expresidenta del Movimiento Animalista en Tizimín, Doris Canul, expuso que el maltrato que recibió el toro que se presentó y fue arrastrado en el inicio del derrotero del Convite fue una total aberración, pues manifestó que en un acto de esta índole se está promoviendo que las generaciones futuras no tengan conciencia del sufrimiento animal.


Canul señaló que era innecesario estar arrastrando a dicho ejemplar para obligarlo a caminar entre tanta gente, estresado y nervioso por el tronar de los voladores; fue un acto reprobable y grotesco, pero que en esta cultura de maltrato lo observan como parte del show, pues consideró que los jinetes lo hicieron para ensalzar sus egos demostrando la falta de empatía hacia el dolor, sufrimiento y estrés que le causaron al animal.
Añadió que con ello las costumbres y tradiciones de Tizimín ya están sucias, pues ante los ojos de los países civilizados, todavía se ven primitivas las acciones de maltrato, haciendo énfasis en que mientras en España, la cuna del toreo, se están aboliendo estas costumbres, en el municipio se están promoviendo en festejos que le proporcionan identidad.


Enfatizó que de acuerdo a su punto de vista estas acciones no aportan nada positivo a la sociedad, por lo que exhortó a ponernos en el lugar de esos seres vivientes, ya que el hecho de que no puedan expresarse como nosotros no significa que no sientan dolor; por ello indicó que debemos ser más conscientes del entorno y eso involucra la empatía que estamos perdiendo cada día.
La activista dijo que ahora, a la mayoría no le importa lo que les suceda a los animales y eso ocurre porque estamos creando futuras generaciones que no tienen conciencia sobre su sufrimiento, hasta volverse crueles hacia su propia especie.
Concluyó que dicha falta de empatía por el sufrimiento animal se hace palpable desde los perros que son callejeros por la falta de responsabilidad de los dueños y por la cultura del toreo que es un espectáculo violento y que está arraigado a la cultura de Yucatán.
En torno a lo acontecido se trató de entrevistar a algunos diputados de feria, que coincidieron en que la presencia de un toro no forma parte de la tradición del Convite, pero prefirieron omitir sus comentarios.

Aportaciones del Historiador

Por su parte, el historiador de la Ciudad, Luis Pérez Salazar, en torno a la presencia de bovinos en festejos importantes realizados en el Centro de la Ciudad narró que por el año 1900 los toros que se traían a la casa de Don “Bicho” Castro, ubicada en la calle 49, entre 48 y 46, eran amarrados y arrastrados por los jinetes para ingresarlos a los tablados que se encontraban en el Parque Juárez, pues las personas al no haber otro medio de transporte en ese entonces los traían hasta dicho sitio caminando desde los ranchos de quien quería donarlos para torear y al ingresarlos a la plaza, de acuerdo al color del toro, les plasmaban la leyenda “Promesa de…” en rojo o blanco para identificar de quién era ese ejemplar.


Pérez Salazar agregó que era una tradición que se hicieran las corridas y se matara a uno o dos toros y así la gente compraba carne para el chocolomo, pues aún en los tiempos actuales mucha gente aprecia el animal toreado porque, según dicen, sabe delicioso.
También, dijo que a partir de 1940 se iniciaba la costumbre de que cada 6 de enero se efectuaba en el Parque de la Madre la quema del torito, una figura de bovino hecha de cartón rellena de bombitas y petardos, que se encendía mientras una persona la arrastraba porque tenía ruedas, esto ante la mirada de los habitantes que disfrutaban de su pirotecnia.

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