Fisicoculturistas de Progreso narran cómo la disciplina les cambió la vida

Cuatro fisicoconstructivistas yucatecas narran a POR ESTO! como la disciplina les cambió la vida
lunes, 15 de noviembre de 2021 · 11:08

Humillaciones en redes sociales, malos tratos en público, machismo, lesiones, muertes de familiares cercanos, rupturas sentimentales y accidentes automovilísticos son algunos de los factores por lo que Carmen Méndez, Flora Salazar y Gabriela Quijano han encontrado en el fisiculturismo una pasión para dejar al puerto de Progreso en alto gracias a sus respectivas competencias que han ganado al desfilar en las tarimas más importantes a nivel nacional. Esta disciplina, aseguran en conjunto, les mantiene alejadas de la vida cotidiana de una mujer promedio, pues el fisiconstructivismo implica 24 horas dedicadas a la alimentación, el sueño y el entrenamiento riguroso en el gimnasio.

La primera mujer de la que se tiene registro en Progreso dentro de esta rama del mundo de las pesas, es Carmen Méndez Cervantes, ampliamente conocida por sus competencias en México, Estados Unidos y Canadá, así como por ser la única maratonista en el Estado en haber trotado en 53 justas, de las cuales aseguró que sus dos mayores triunfos fueron los primeros lugares absolutos del “Aniversario de Mérida” y el tradicional “Maratón de la Marina”, ambos en el año 2011.

Entrevistada en las instalaciones del centro de atención infantil, donde a sus 54 años imparte educación física a las nuevas generaciones, con su conjunto de pants y traje deportivo. La mujer de apenas un metro con 50 de estatura relató cómo fue abrirse dentro de un deporte que hasta el momento sólo era acaparado por hombres.

Además del body building, Carmita es la única maratonista en el Estado que ha trotado en 53 justas

“No fue nada fácil. El mundo de las pesas nunca me interesó, mi pasión en mi juventud siempre fue el basquetbol que jugué hasta mi época universitaria en la UADY, hasta que ejecutando una sentadilla en un entrenamiento se me rompió el hueso menisco derecho y necesité una cirugía”, sostuvo la experimentada atleta.

Dicha lesión llevó a Carmita como es conocida en el puerto, a rehabilitarse y buscar refugio en el Super Body Gym, que maneja hasta el día de hoy la empresaria local del deporte Sheila Domani.

“En sólo cuatro meses empecé a experimentar cambios en mi cuerpo que no me esperaba, comencé a abandonar un cuerpo muy delgado para transformarlo a través de los músculos que había desarrollado; eso hizo que la dueña del gimnasio me invitara a participar en esas competencias, yo me moría de vergüenza, sobre todo, porque nunca había salido en público con un bikini, pero las ganas de hacer historia eran más y decidía hacerlo”, dijo.

Debido a que en aquel verano de 1997 no había mujeres entrenadoras en el gimnasio mencionado, Carmen Méndez tuvo que apegarse al régimen que le exigían coaches del sexo masculino como el ex Policía Municipal Ricardo Cárdenas. La única mujer que aseguró es parteaguas para su carrera en el ámbito del fisicoconstructivismo fue Nancy Mena, atleta de la Ciudad de Mérida, para enseñarle sobre poses y ejecutar pasarela en el entarimado. 

La primera competencia que ganó la leyenda del deporte local fue el concurso de la disciplina de Xmatkuil de 1998, llevándose el primer lugar en la categoría “Novatas”, posteriormente llegó el tradicional “Mr. Playa” del puerto hasta llegar otras instancias como la desaparecida Copa Playa e incluso un selectivo a nivel estatal que le dio el pase a un torneo en la Ciudad de México donde se colocó en los primeros puestos en diversas modalidades. Los triunfos le valieron el “mérito deportivo municipal” en 1999.

“En el año 2002 decidí dejar este arte, porque al final es un arte que te permite moldear tu cuerpo. La razón de alejarme fue porque este es un deporte caro y los premios no son proporcionales”, expresó Méndez Cervantes.

Curiosamente, cuando optó por alejarse de los eventos del deporte en alto rendimiento, llegó a su vida el atletismo, comenzando con carreras recreativas hasta cumplir cerca de tres décadas hasta el día de hoy que le dejaron innumerables medallas y trofeos.

“Me entrenaba con el corredor Jorge Barceló Gala, del municipio de Izamal, mi fuerza en las piernas me bastó para que en menos de 10 años me colocara en el ranking como la mejor del Estado. Tampoco se me olvidan carreras en Estados Unidos y una muy memorable en Quebec, Canadá, representando a Progreso”, indicó.

Tal como se mencionó, sus dos triunfos favoritos fueron en el 2011 con la carrera por el “Aniversario de Mérida” y en el “Maratón de la Marina”, obteniendo en conjunto un auto último modelo, una motocicleta, viajes al caribe y dinero en efectivo.

“El deporte me ha dado todo, tuve la fortuna de abrirme paso en un mundo dominado por hombres y ser buena en lo que me he propuesto, nunca voy a abandonar el deporte, es mi vida”, sentenció.

Del hospital a las pasarelas

Sorprendentemente, una de las caras de este deporte es Flora María Salazar Ek, de 28 años de edad, quien fue parte de las alumnas en atletismo de Carmen Méndez y que, de manera curiosa, una lesión también la orillo a tomar la decisión de formar un cuerpo por medio de las pesas y la alimentación estricta.

“Tuve un accidente automovilístico por ahí del 2017, cuando viajaba en motocicleta, me fracturé la rótula, como perdí masa muscular me metí al gimnasio. Siempre me gustó el deporte, desde los 15 años participaba en carreras y medios maratones”, sostuvo la joven.

En el caso de Flora Salazar, fue su entrenador y nutriólogo Santiago Dorantes quien le recomendó apuntarse a su primera competencia por el cambio que experimentó durante su rehabilitación.

“La primera participación en esto fue en el 2019, era un selectivo que me dio el pase a mi primer nacional donde quedé en el top 5 en México. Minutos antes de subirme al escenario todo eran nervios, veía los cuerpos de las otras chicas y me moría de pena, pero una vez frente a los jueces y público adquirí confianza para volver a pelear por los primeros lugares, se volvió satisfactorio”, expresó.

Una de las historias que mejor rememora la atleta fue cuando conoció a la reconocida atleta mundial mexicana Eva Vázquez en el “Mr. México” del año 2020, donde la entrevistada se mantiene como la única progreseña en clasificar dos años consecutivos.

Sin embargo, no todo ha sido un camino fácil para Flora Salazar argumentó que el fisicoculturismo la ha obligado a luchar contra el ego propio y contra los tabúes que abundan con las mujeres que practican este deporte.

“Este deporte hace que se olvide un poco la humildad, te entra el ego por el físico, entra la arrogancia. Como ser humano tengo que devolver un poco de lo que mucha gente me ha dado, por ello nunca voy a negarme a ayudar a quien me solicite una mano, desgraciadamente no toda la gente ha sido agradable, en mis redes pasa mucho, como mujeres estamos expuestas a esto, una vez una persona me dijo que tenía ´brazos de hombre´, pero la misma madurez me ha ayudado a no caer en las provocaciones ni a que muevan mi estabilidad emocional”, argumentó la fisicoculturista.

A su comentario, agregó que el apoyo familiar ha sido fundamental, así como también el de las amistades que ha formado a través de los tres años que lleva compitiendo: “esto se vuelve parte de tu día a día, este deporte te mantiene en una muy alta disciplina, constantemente cargo con una lonchera, porque como tres horas al día. Mucha gente se ha alejado de mí por ese ritmo de vida, pero también he agregado otras muy valiosas”, concluyó Salazar Ek, quien puntualizó que una inversión para una competencia del más alto nivel excede a los 45 mil pesos.

“Si no entreno me da ansiedad y depresión”

Caso diferente presenta Elsy Gabriela Quijano Mendoza, con tres años en el universo del fisicoculturismo, actualmente dedicada al 100 por ciento al gimnasio como instructora y desarrollando un impresionante físico para subir a las mejoras justas a nivel Sureste.

“Estaba en una época de mi vida en la que tuve una ruptura sentimental con una pareja, no tenía mucha motivación, no me gustaba al gimnasio, mucho menos si era mixto, pero lo hice, me metí para olvidarme del trago amargo. Ahí también conocí a Carlos Hernández, antiguo amigo de la preparatoria para que me preparara, al darme cuenta de los resultados que tenía de manera rápida, en menos de seis meses para abandonar los 46 kilos que tenía, decidí levantar la mano para participar en todo esto”, relató.

Una ruptura condujo a Gabriela Quijano al mundo del fitness

Quijano Mendoza argumenta que el amor entre las pesas nació gracias a la motivación que le traían las rutinas cada vez más fuertes, al grado de impactar a varios asistentes que la vieron ejecutar más de 40 kilos por lado en sentadillas y demás ejercicios.

“Cuando levantó una mancuerna tengo una sensación indescriptible. Quienes nos dedicamos a esto de alguna forma nos encanta el dolor, nos encanta la ira. Esto se podría considerar una adicción, en mi caso si no entreno un día me deprimo, no puedo dejar pasar un día sin venir porque no me hallo”, señaló.

Entre los logros de la porteña en este 2021 se encuentra un tercer lugar en la “Copa Revolución” que se realizó hace unas semanas en Valladolid y una clasificación en la Golden Cup de Ixmatkuil, aunque la entrevistada resalta que su mayor logro ha sido que sus tres hijos encuentren también motivación en el modo de vida que eligió. 

De paramédico a atleta

Susana Casanova Ureña demuestra con su ejemplo que nunca es tarde para empezar, ya que hace más de seis años, con sobrepeso y dedicada a la labor de paramédico en la Cruz Roja Mexicana, emprendió un cambio radical gracias al trabajo en el gimnasio. “Desconocía todo lo relacionado al fitness hasta que el 25 de noviembre del 2013 en Xmatkuil vi una competencia con mi entonces entrenador José Acevedo y me quedé impactada, tomé una fotografía que hasta hoy conservo, pues ahí dije que algún día pertenecería a las mujeres esculturales que vi ese día”, recordó la ahora empleada municipal.

El cambio que en un inicio buscaba rememora que le costó un trabajo de 24 horas para bajar cerca de 20 kilos, logrando después encaminarse a subir a su primera tarima en el “Mr. Yucatán” 2017 en el extinto local “Mambo Café”, donde se consagró con un tercer lugar.

Las atletas coincidieron en que el cuerpo sólo puede moldearse con trabajo duro y constante, así como una estricta alimentación.

“Lo más difícil que experimenté fue la deshidratación que te obligan a hacer en los últimos días antes de tu competencia. Recuerdo haber pasado por el insomnio, el hambre y un desequilibrio emocional por la falta de azucares, no estaba acostumbrada a ese ritmo de vida, aún con todo ello tienes que regresar para entrenar arduamente en el gimnasio”, precisó.

Susana Casanova, madre de dos adolescentes, logró del 2017 al 2020 una travesía que le brindó primeros lugares en justas como el “Mr. Playa”, la “Copa Revolución”, entre otras en la categoría Bikini Wellness.

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CC