Chivitas: Este es el secreto olvidado del negocio más redituable de las playas de Yucatán

Las chivitas representan un impulso para la industria pesquera porque requieren poco esfuerzo para conseguirlas y se aprovecha de ellas hasta el caparazón
sábado, 2 de octubre de 2021 · 10:57

Para los que no las conocen por ese nombre, las chivitas es un término para denominar a un tipo de caracol marino que abunda en algunas playas yucatecas así como en Estados Unidos, América del Sur, Campeche y Veracruz y que además representa gran parte de la actividad pesquera que abarca la mayor parte de la economía del puerto de Chuburná debido a su delicioso sabor y el trato comercial que se le da a su caparazón. Sin embargo, estos organismos se encuentran el etapa grave de peligro de extinsión y aún así continúan sobreexplotando su mercado.  

Tan sólo en Chuburná Puerto, una comunidad pesquera de mil habitantes, al menos el  70% de ellos se dedica a la captura de la chivita en el periodo de bajamar durante todo el año, considerado como pesquería artesanal. Un estimado de su captura en esta localidad señala la extracción de 256 toneladas de chivita anuales, con un valor promedio de 7.7 millones de pesos. Este esfuerzo implica el sacrifico anual de 77 millones de caracoles, por lo que no puede ser considerada aún como pesquería de subsistencia, y se requiere una normativa para su uso sustentable.

El secreto de las chivitas

En el Diario Oficial de la Federación(DOF) del 21 de abril de 1995 se publicó la norma oficial mexicana NOM-013-PESC-1994, en la que se establece una veda permanente en Yucatán para la chivita Melongena corona bispinosa y Melongena melongena. Aun cuando la ésta es una especie que se encuentra con veda permanente en Yucatán, es explotada intensamente.

Por lo anterior, la pesca de esta especie continúa siendo de subsistencia o consumo doméstico, sin normativa alguna (el artículo 98 de la Ley de Pesca de 1999, define el consumo doméstico como la “captura y extracción que se efectúa sin propósito de lucro y con el único objeto de obtener alimento para quien la realice y de sus dependientes, por tanto no podrá ser objeto de comercialización”). No se han establecido su volumen, época, talla mínima de captura, ni sitios de pesca. 

Como desvío ante la ley, los pescadores comenzaron a usar este vacío legal para seguir con la recolección de chivitas sin penalización y con el paso del tiempo la ley cayó en desuso por falta de regularización.

Importancia de las chivitas 

En Yucatán la chivita desempeña un papel importante como alimento para el hombre, por su valor proteico, fácil obtención y sabor grato. Su carne posee un contenido de proteínas mayor que las carnes rojas y blancas. A diferencia de éstas, la cantidad de grasas es menor.

La concha (también llamada cáscara o caparazón), se emplea para la elaboración de artesanías, la mayoría manufacturada en otras regiones de la República. En el poblado de Chuburná, la labor de desconche es realizada principalmente por ancianas y mujeres con niños de brazos. Sancochan en peroles las chivitas recién colectadas, empleando ramas y troncos secos de mangle. Una vez frías, inician el desconchado de manera manual con agujas “capoteras”, obteniendo la pulpa lista para su venta, y la concha es acumulada sin lavar en el patio de sus casas.

La mayoría de los lugareños lo considera como material de desecho, por lo que se vende en bruto a intermediarios de artesanos procedentes de Guerrero, Tamaulipas, Nayarit y principalmente Veracruz. La medida de venta es a través de costales de 20 kilogramos de concha, con valor promedio de 17 pesos aprox. lo que significa un ingreso de 85 centavos por kilo de “cáscara”, equivalentes a 3 mil 600 conchas; un costal contiene alrededor de 72 mil conchas.

 

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RC