Ayuntamiento olvida edificios del Centro Histórico de Mérida: UADY

Son numerosos los edificios del Centro Histórico que ya resienten los efectos del tiempo y la falta de mantenimiento
domingo, 24 de enero de 2021 · 08:18

Los 3 mil 906 predios que tienen un valor histórico hacen del Centro Histórico de Mérida un de los más grandes del país; sin embargo, ante el paso del tiempo han ido desapareciendo porque los programas de mejora de fachadas, de acuerdo con los expertos, no solucionan a profundidad los daños estructurales.

El investigador de la facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Roberto Reyes Pérez, explicó que el deterioro de los predios con valor histórico, que se encuentran en el Centro Histórico de Mérida, se debe a los procesos de transformación derivados de dinámicas poblacionales y de su migración a los nuevos complejos habitacionales de la periferia de la capital yucateca, y consideró que el programa de rescate de fachadas no resuelve de raíz su preservación.

“En el Centro Histórico de la Ciudad de Mérida se encuentran edificios de gran valor patrimonial, pero ante el paso del tiempo se encuentran con diferentes grados de conservación”, relató.

El experto apuntó que la protección de estos edificios es relativamente nueva, pues fue en los años 80 cuando se comenzó a procurar de su preservación.

En ese sentido, acotó que, previo a este marco normativo que vigila el Instituto de Antropología e Historia (INAH), no existían los mecanismos para proteger este patrimonio, lo que provocó que muchas de las edificaciones se dejaran en el abandono y, en consecuencia, se fueran deteriorando.

El arquitecto investigador de la UADY explicó que, a principios de siglo XX y hacia mediados del mismo, la mayor parte del Centro Histórico de la capital yucateca era una zona meramente habitacional, es decir, había fuerte presencia de espacios para vivienda; sin embargo, las dinámicas del tiempo y las necesidades poblacionales fueron cambiando el entorno con el paso de los años y se fueron deshabitando.

El académico dijo que actualmente estas casonas suelen ser utilizadas para servicios y el deterioro se debe principalmente a que estos edificios no fueron diseñados para la actividad comercial; esos factores, más el paso del tiempo y el poco mantenimiento han provocado que se observen con importantes daños estructurales.

“No hay muchos datos duros, pero en 2012, cuando hice un trabajo, el municipio -de Mérida-, hablaba que prácticamente un 50% de los edificios catalogados como monumentos presentaban daños importantes”, dijo.

El especialista explicó que los procesos por barrio de la ciudad son diferenciados, puesto que no es la misma dinámica que se observa en La Mejorada o en zonas donde aún hay casas habitadas, como San Sebastián o incluso Santiago.

Indicó que el proceso de dinámicas sociales y sus respectivas ocupaciones en espacios, empezaron a modificarse a finales del siglo pasado y a inicios del presente, cuando extranjeros iniciaron una migración y, aprovechando la paridad cambiaria y las posibilidades económicas, adquirieron predios con valor histórico en la capital yucateca; lo que derivó en que se intervinieran estos inmuebles.

El experto indicó que, pese que se ha dado ya más recientemente una nueva cara al Centro Histórico de la Ciudad de Mérida, aún falta mucho para que ésta sea funcional y habitable para las personas no extranjeras.

Lamentó que, previo a la década de los ochenta el patrimonio arquitectónico no se valorara y, como apuntó el cronista Jorge Álvarez Rendón, se perdieran espacios como el Banco Nacional de México y gran parte del complejo religioso más antiguo de la catedral: la capilla de San Juan de Dios.

Por otra parte, consideró que el programa de rescate de fachadas del Centro Histórico, pese a la “buena voluntad de la autoridad”, en este caso municipal, son simplemente paliativos, remedios que de raíz no resuelven nada, ya que no se interviene, como se debiera el edificio completo.

“El programa -rescate a fachadas- sólo se centra en el exterior y es como si tuvieras una enfermedad terminal y únicamente te recetaran aspirina”, sentenció.

Finalmente, consideró que la tarea completa sería que, tras la intervención del Ayuntamiento, las personas invirtieran en recuperar estos inmuebles y conservarlos como el espacio de valor arquitectónico-cultural e histórico que representan.

La falta de atención dejaría a los edificios históricos en el olvido

 Ante la falta de atención a edificios con algún valor histórico se corre el riesgo de que se pierdan en el olvido, como la Capilla de San Juan de Dios, inmueble que se encuentra a un costado de la Catedral de San Ildefonso, así lo consideró el cronista de la ciudad, Jorge Álvarez Rendón.

Álvarez Rendón criticó que las autoridades hayan dejado que la humedad dañara al que fue el primer templo católico en la entidad, tras la llegada de los españoles, incluso antes de la Catedral de San Ildefonso.

Relató que la capilla, que se encuentra ubicada prácticamente en la esquina de la calle 58 con 61, estuvo a punto de ser destruida, pero no fue así gracias a que, en su momento, un grupo de personas interesadas en el tema alzó la voz.

El cronista comentó que, al pasar los años, si bien se pudo rescatar el edificio histórico, éste en la actualidad sirve como bodega, la cual está cerrada y pese a que se puede ver el exterior no se sabe de cómo se encuentra por dentro. Recordó que con el apoyo de los medios de comunicación se evitó que se derrumbara esta iglesia, que también en su momento fue el Museo de la Ciudad, antes de que se trasladara al edificio de correos, a unos metros del mercado Lucas de Gálvez.

Álvarez Rendón consideró que el inmueble se puede rescatar y en cuanto existan las condiciones, puede utilizarse como un centro cultural. Consideró en tal sentido, que sería uno de los edificios con valor histórico que se encuentran en el abandono. También dijo que del edificio que albergó al Colegio de San Ildefonso, sobre la calle 58, ahora sólo queda el pórtico, pues lo demás se perdió.

Comentó que en ese lugar estudiaron personajes importantes, como Andrés Quintana Roo o Lorenzo de Zavala. Indicó que, si bien estas edificaciones o lo que queda de ellas se encuentran bien cuidadas, consideró que es una pena que se hayan perdido con el paso del tiempo.

Álvarez Rendón dijo que en la década de los 60 se perdieron innumerables predios de valor histórico. “Para mí la pérdida más dolorosa fue la del Banco Nacional de México, que estaba en el cruce de la 59 con 56; era un edificio porfiriano, precioso de tres pisos con su cúpula, lo botaron para hacer un banco que aún sigue ahí”.

El cronista indicó que, nadie impidió que el edificio histórico fuera demolido para dar paso a esta nueva central bancaria. El experto comentó que muchas casas de valor histórico simplemente se perdieron y ahora hay farmacias.

Destacó que estos fenómenos se dieron en Yucatán, pero que otras entidades, como Campeche, sí supo conservar de mejor manera su Centro Histórico. Explicó que tras muchas demoliciones y por la atención de los interesados, se concretaron leyes y reglamentos, que ahora en una etapa más contemporánea, hacia la década de los 80, impiden que las personas derriben inmuebles que tienen algún valor histórico.

Expresó que cuando se dieron cuenta de la situación, se presionó para que los edificios que se encuentran en el Centro Histórico de Mérida ya no pueden ser demolidos, sin embargo, consideró que se siguen olvidando.

Para el Ayuntamiento, únicamente 6 de estos predios están en estado ruinoso.