Cifra de bañistas en Progreso se duplica, acuden 8 mil

Este fin de semana un promedio de 12 mil personas visitaron el puerto, el sábado fueron cuatro mil y el domingo el doble
lunes, 21 de septiembre de 2020 · 06:10

Durante este fin de semana, unas 12 mil personas se dieron cita en puerto Progreso, pese a las medidas aún dispuestas por la Secretaría de Salud Federal por el tema del COVID-19.

El sábado, aunque reducido, de acuerdo con titular de la Policía Municipal Coordinada, Emilio Raúl Caamal Gutiérrez, al menos unos cuatro mil bañistas se distribuyeron desde el puerto de Chuburná hasta Uaymitún. Pero este domingo, de acuerdo con él, y con base a los reportes de sus filtros sanitarios, un promedio de ocho mil paseantes arribó a las costas yucatecas, prácticamente el doble que el pasado sábado.

Según el mando, sus agentes exhortaron a los paseantes a retirarse, pero POR ESTO! constató que salían unos y otros entraban, pues se les observó determinados a pasar un domingo playero, incluso se vio adultos mayores y sus hijos, o matrimonios que viajaron con sus bebés; todos olvidándose de la pandemia y la amenaza de lluvias.

Ayer, a pesar de la amenaza de lluvias, este penúltimo domingo del mes, decenas de visitantes llegaron a las playas del puerto de Progreso y de sus respectivas comisarías a disfrutar de la playa y de la gastronomía.

Dijo que alrededor de las 23:30 horas se amplió el movimiento vehicular en las carreteras, motivo por el cual los paseantes que tienen casas de playa comenzaron a llegar alrededor de las 07:00 horas.

El policía mencionó que las playas permanecen cerradas y en el caso de las embarcaciones de recreo aún hay restricciones de operación marítima, que es de lunes a viernes, sábados y domingos no deben navegar, por mandato gubernamental, por lo cual las embarcaciones de recreo que estén en las costas se harían acreedores a sanciones administrativas.

La vigilancia policíaca se realiza exhortando a las personas a salir del mar debido a que las playas están restringidas conservando sus vallas y cintas metálicas en ambos malecones del puerto.

Sin duda alguna, no podían faltar algunas sirenas que se tendieron en las blancas arenas de la playa para tomar su baño de sol antes que llegara la lluvia, que se notaba que caería durante la tarde. En las casas de verano desde luego fueron visibles los convivios de las familias en las playas, con nutridos grupos de personas entre diversas edades.

En el malecón los restaurantes abrieron después de más de seis meses sin laborar; se vieron cervezas en las mesas y movimientos de comensales, también los meseros que salían a comercializar sus botanas por las calles desaparecieron para regresar a sus labores habituales.

Desde luego, las vallas metálicas no fueron obstáculos para los visitantes quienes entraron para tomarse la foto del recuerdo en el Mirador, todo esto en el contexto de la pandemia.

Julio Jiménez Mendoza