Bares y cantinas de Mérida cambian de giro ante la crisis económica

Bares y cantinas de Mérida enfrentan una situación complicada por la contingencia sanitaria, incluso han tendido que cambiar de giro al vender comida y botana para llevar tras 4 meses de inactividad.
sábado, 8 de agosto de 2020 · 08:22

Los bares y las cantinas de la ciudad enfrentan difícil situación con la pandemia sanitaria, ya que se encuentran cerrados desde hace más de cuatro meses, por lo que muchos negocios se han visto obligados a cambiar de giro, vendiendo comida y botana para llevar para evitar el cierre y despido de empleados.

Loren Plácido Peniche, promotor en Mérida del “Tour Cantinero”, informó que debido a que los bares y las cantinas son negocios no esenciales y serán los últimos en reactivarse por la pandemia sanitaria de COVID-19, es muy probable que muchos establecimientos se queden en el camino.

Hay mucha incertidumbre, no sólo para los bares y las cantinas, sino para el comercio en general y todos los habitantes porque no hay para cuándo se pueda observar un descenso en el número de contagios en Yucatán, agregó el socio de la cantina “El Estado Seco”.

Hasta el momento se llegó a un acuerdo con los empleados para no despedirlos con el compromiso de que puedan regresar a trabajar en cuanto las autoridades sanitarias permitan la operación.

“Tour Cantinero”

En relación a la dinámica del “Tour Cantinero”, dijo que consistía en que grupos de personas podían recorrer cuatro cantinas por día y durante los ocho años que se había realizado el evento, se recorrieron más de 50 establecimientos en el Centro de la ciudad.

Azael Pérez, propietario de la cantina “Montecarlo”, dijo que si los negocios permanecen cerrados dos meses más ya no será posible volver a operar.

"De continuar con esta situación va a ser imposible volver a operar, ya que se terminó el “colchón” que se tenía para volver a abrir y, a menos que se cuente con el apoyo de créditos de las empresas cerveceras, no será posible reabrir los negocios".

"Estamos viviendo una situación muy complicada porque ya pasaron cuatro meses que los bares y las cantinas están cerradas y se tiene que seguir con los pagos de renta de local y de servicios".

Se acabó el capital

El panorama es cada vez más adverso, porque ya no hay capital para poder reabrir los negocios, además de que hay deterioro del mobiliario porque los locales están cerrados y los apoyos que se han dado por parte de los diferentes gobiernos no incluyen al sector de bares y cantinas.

De forma personal, dijo que ha recurrido a trabajos administrativos temporales para lograr cubrir los gastos del hogar, comentó.

Todos los trabajadores del ramo de cantinas y bares, como meseros, cocineros y barman, la estamos pasando mal, ya que desde marzo no hay trabajo, señaló Carlos Alcázar, mesero de la cantina “El Gallito”.

"Ahora estamos en la banca esperando que el número de casos de COVID-19 disminuya para que se puedan reactivar los negocios no esenciales".

Hasta desyerba

"De momento estoy trabajando como repartidor de comida en moto y hasta hago desyerbos para que salga para la comida, indicó".

"Estamos conscientes de que la situación es más complicada para el dueño y llegamos al acuerdo de que siga pagando el IMSS, aunque no estemos trabajando, es una gran ayuda por el tema de la salud, pero no sabemos hasta cuándo va a poder aguantar, comentó".

Por su parte, Gabriel Torres, socio fundador del restaurante bar “El Templo”, señaló que estamos viviendo una crisis económica nunca antes vista, ya que ni la crisis del 94 ni el paso del huracán “Isidoro” ha sido tan devastador para la economía.

"En nuestro caso, hemos tenido mucha suerte de que desde el año pasado iniciamos el proyecto de vender comida para llevar, lo cual no es de un día para otro, ya que se requiere comprar las motocicletas y pagar los seguros, porque improvisar puede ser un mayor riesgo".

Contra la pared

El COVID-19 nos ha puesto contra la pared y hemos tenido que despedir a colaboradores para no cerrar, afortunadamente se dio un entendimiento y tenemos el compromiso de recontratarlos en cuanto sea posible.

"No me da pena decirlo, pero nos hemos visto obligados a vender parte del mobiliario para poder seguir operando, indicó".

Ahora estamos vendiendo comida gourmet, respetando el 25% de la capacidad del establecimiento que marcan las autoridades sanitarias y vendiendo comida para llevar, pero estamos trabajando para el relanzamiento de la marca una vez que las condiciones sanitarias lo permitan, señaló el chef.

Por Alejandro Moreno Peña