Clases a distancia evidencian desigualdad social en Yucatán: legisladores e investigadores

Legisladores e investigadores coinciden que las clases a distancia evidencian la desigualdad social en Yucatán, piden implementar otras estrategias.
miércoles, 26 de agosto de 2020 · 07:15

El arranque de las clases a distancia mostró la debilidad del sistema educativo, en el tema digital y de infraestructura, pero puso al descubierto también la profunda desigualdad social y las carencias de la población que, en muchos casos, no cuenta con lo mínimo necesario. En este contexto, se deben tomar medidas o estrategias alternas, pues de lo contrario podría ser un curso perdido, señalaron ayer representantes populares y un investigador de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).

La diputada Lila Frías Castillo (PRI) y el regidor de Mérida, Richar Mut Tun, integrantes de la Comisión de Educación en su respectivo ámbito, así como el Dr. Freddy Espadas Sosa, director de la Unidad 31-A de la UPN, fueron entrevistados al respecto y señalaron que hoy se enfrenta un panorama complejo en el tema educativo con la puesta en marcha de las clases a través de la televisión y de los medios digitales.

El caso de la señora Esmeralda, que habita un asentamiento irregular en la zona del Roble San Marcos, es muestra de la profunda desigualdad, pues ella tuvo que ver la manera de proveerse de lo necesario para que su hija de 6 años pudiera tomar clases e incluso tuvo que adaptar una batería de auto a fin de tener energía eléctrica para la tableta y el celular.

Revisión a fondo

La legisladora dijo que el anterior es sólo un ejemplo de los muchos que hay en toda la entidad, por lo que señaló que si bien algunos estudiantes tendrán algún aprovechamiento, para los desfavorecidos no será así, por lo que se debe hacer una revisión a fondo de este programa emergente, y añadió que se necesita un diagnóstico real de las condiciones del Estado para adoptar estrategias que funcionen ante la latente desigualdad.

“Hay dos aspectos en este caso, los que sí pudieron tener acceso y seguramente tendrán algún aprovechamiento, pero el otro es la triste realidad de la gente que tiene graves carencias y que difícilmente ha podido acceder a las clases en televisión o a través de internet, o por no contar con acompañamiento familiar, y para ellos podría ser un año de aprendizaje perdido”, expuso.

Frías Castillo dijo que las autoridades educativas deberán evaluar cómo recuperar el tiempo perdido, pero con base en las realidades que se han observado, porque está demostrado que las políticas públicas y los programas de estudio no se pueden elaborar desde un escritorio, sino con base en la realidad social.

“Para unos sí, pero para otros no habrá aprendizaje. Por ejemplo, en el caso de acá de Progreso, donde está el distrito que represento, en la ciénaga no hay televisiones, internet o computadoras y los papás salen a trabajar. En este caso no veo cómo pueda haber un aprovechamiento”, consideró.

Agregó que esta nueva realidad muestra también las carencias y lo que ha dejado de hacer el gobierno, pues se dejaron de dar tabletas y computadoras en la entidad, así como se dejó de dotar de internet gratuito en los espacios públicos.

“Hago un llamado a la Segey para que haga un diagnóstico real de las condiciones que enfrenta el Estado en esta nueva modalidad, porque no hay certeza de cuánto durará y se deben tomar medidas”, expuso.

Buscar alternativas

Por su parte, el Dr. Freddy Espadas dijo que el escenario que se enfrenta es complejo y que a pesar del papel “nefasto” que ha tenido la televisión, en cuanto a ser un agente “engañante, mercantilista, idiotizante”, ahora puede servir de algo en el proceso educativo.

Sin embargo, dijo que hay un montón de limitantes, como la falta de interacción maestro-alumno que es vital en el proceso de enseñanza, porque “la educación es socialización, interacción directa y nada sustituye la presencialidad”.

“Pero hay muchas disparidades hasta para contar con el aparato mismo, además de una grave carencia y desigualdad. El escenario es complejo y creo que antes de que podamos decir ‘no sirve’, habría que participar por parte de los maestros, los investigadores, para que se hagan propuestas y acciones alternas”.

“En el peor de los casos se podría declarar vacío el semestre, pero pueden haber otras alternativas, como pequeños grupos focales, pero la presencialidad es hoy muy riesgosa. Estamos en emergencia nacional y se tenía que apostarle a un plan, pero hoy se requieren otras acciones”, dijo.

Expuso que la autoridad educativa tendría hoy que hacer un monitoreo real de lo que está sucediendo en los barrios, en las comunidades, en los municipios, para poder apuntalar la estrategia.

“Hay que ver cómo se puede mejorar, pero para ello se debe escuchar a los maestros, a los investigadores, porque las decisiones desde el escritorio son sólo de buena fe”, agregó.

Que se haga una evaluación

El regidor de Mérida, Richar Mut Tun, dijo que esta “nueva normalidad” educativa tiene muchas aristas y complicaciones, sobre todo para los estudiantes de escuelas públicas y para los sectores que se encuentran en pobreza.

“Todo es nuevo y miles de personas tienen una situación muy complicada. Hay gente que no tiene para comprar una televisión e incluso sabemos que no hay trabajo y creo que, definitivamente, la calidad en la educación se verá afectada por las carencias y la falta de acompañamiento de los papás que tienen que salir a laborar”, expuso.

Consideró que, al menos en esta generación, que es la primera que participa en esta modalidad a distancia, sí se verá una afectación fuerte y podría hacer perder el curso a muchos.

Dijo que la Secretaría de Educación debe hacer una evaluación de este tema y ver el impacto real de este tipo de enseñanza y tratar de apuntalar en las áreas o lugares en los que de plano la población no puede acceder a la educación a distancia.

Por David Rico