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Gabriel Zapata Bello

En los años treinta, el pugilismo cubano gozaba de gran prestigio debido a que en esa época contaban con el mejor boxeador antillano de todos los tiempos, Eligio Sardiñas “Kid Chocolate”, el gran campeón mundial de peso pluma.

El boxeo yucateco tenía también buena fama, debido al entusiasmo de promotores y pugilistas locales que celebraban con frecuencia intensas peleas en el Circo Teatro Yucateco, no solo entre combatientes del patio, sino también con boxeadores nacionales e, incluso, de la bella isla, contra quienes se repartían cuero sin ningún temor. Dada nuestra cercanía con la mayor de las Antillas, era frecuente el intercambio de pugilistas que cruzaban el Mar Caribe para uno u otro lado.

En el año de 1938, la capital cubana contaba con escenarios para las funciones de boxeo, tales como las Arenas Colón y Cristal; así como estadios para peleas taquilleras, como los combates de aquellos campeones del mundo estadounidenses como Jack Johnson, Joe Louis y Henry Armstrong, en las primeras décadas del siglo XX. La euforia por el deporte de los puños había desbordado los aforos de La Habana y fue necesario construir un escenario apropiado para dichos eventos multitudinarios.

En el espacio donde se ubicaba en La Habana el Nuevo Frontón, escenario de antiguos encuentros de pelota vasca, de boxeo y de tenis, ubicado en el cruce de Malecón con Avenida Paseo, se construyó el Palacio de los Deportes, para lo cual se preparó un programa inaugural en el que figuraba el excampeón mundial pluma “Kid Chocolate” enfrentando a Micky Jerome, uno de los mejores boxeadores neoyorkinos de entonces, así como tres combates a 8 rounds estelarizados por peleadores mexicanos enfrentando a pugilistas locales: “Aguilita de Córdoba”, peleador veracruzano, versus “Kid Jabao”; Remigio Canto Aguilar, “Kid Remy” (quien fue bautizado ahí como “Baby Yucatán”), contra “Rayito del Ring” y, finalmente, el oriundo del suburbio de Santiago, Román Chávez, enfrentando a “Guajiro Salvaje”.1

El nuevo escenario deportivo habanero registró un lleno de 50 mil almas procedentes no sólo de la capital cubana, sino que más de la mitad eran de las provincias de la isla, así como de Miami y Cayo Hueso. La sociedad cubana en general había hecho acto de presencia, así como destacadas personalidades de la industria, del comercio y de la banca.2

Ante miles de miradas impacientes, inició la función el yucateco del rumbo de San Cristóbal, “Kid Remy” (o “Baby Yucatán”), quien además de boxer era sastre de oficio; “Remy” tenía verdadero poder en los puños, los cuales habían puesto a reposar en la lona a un par de cubanos –de nombre “Baby Chichi” y Raúl Almagro– en el Circo Teatro Yucateco, lo que le valió ser programado en la función inaugural palaciega. Su contrincante esa noche, “Rayito del Ring”, un pugilista acharolado, fuerte y con puños de piedra, se lanzó como una tromba sobre “Remy” desde la campanada inicial, y parecía darle una vapuleada al coterráneo; pero “picarle el orgullo” y el valor eran las divisas de “Remy”, quien en los asaltos siguientes salió hecho una jabato y le propinó una tunda al “Rayito” cubano, ante la sorpresa de miles de habaneros, quienes reconocieron la bravura del sastre de San Cristóbal. Los jueces al final dictaminaron “tablas” para no dejar escrita en la historia inaugural del inmueble la derrota de un cubano, y menos ante la presencia del Presidente, el Gral. Batista. La realidad es que “Remy” o “Baby Yucatán”, le había recetado una embutida de cuero al “Rayito” habanero.3

En la segunda pelea, el oriundo del rumbo de Santiago, Román Chávez, primer monarca ligero yucateco, se enfrentaba al “Guajiro Salvaje”, a quien su mote bastaba para describirlo como lo que era, un huracán de peleador que no dejaba títere con cabeza en sus combates. Sin embargo, el santiaguero era un pugilista que se distinguía por su voluntad férrea y su ímpetu. Aquella fue la mejor pelea de la noche inaugural, ya que desde el sonido del gong ambos gladiadores salieron furiosos y presentaron una contienda salvaje. El público, pletórico de emoción, disfrutó de una orgía de puñetazos y esperaban en cualquier momento una descarga del campesino cubano que diera fin al yucateco, sin embargo, Chávez conectó un formidable derechazo que dejó sobre la lona, cuan largo era, al “Guajiro”, alzándose con el triunfo por KO en el 7º asalto, ante la algarabía del multitudinario público habanero.

Para el tercer bout y sin demeritar el espectáculo que habían dado los yucatecos previamente, el jarocho “Aguilita de Córdoba” obtuvo la decisión en reñidísima pelea contra el local “Kid Jabao”.

La pelea estrella entre el excampeón mundial “Kid Chocolate” y Micky Jerome resultó un duelo de coraje y honor, ya que “Chocolate”, a sus 32 años, acusaba la disminución de sus condiciones físicas ante un brioso joven neoyorkino, sin embargo, ambos dejaron satisfecha a la gran concurrencia que, al final, aplaudió la decisión de empate. Después de la pelea, “Kid Chocolate” colgó los guantes y se retiró del boxeo.4

Fue tan grata la impresión que dejaron los yucatecos “Kid Remy” y Román Chávez, que el Comandante Juan Mariné, director de Deportes de Cuba en ese entonces, invitó a ambos púgiles a prolongar su estancia en la isla, misma que aceptaron, por lo que estuvieron siete meses más protagonizando peleas con los mejores boxeadores cubanos del momento. “Remy” ganó 2 combates y perdió uno; y Chávez ganó uno, empató otro y sufrió un descalabro, haciendo valer ambos la calidad del boxeo yucateco de esos años.

El Palacio de los Deportes de La Habana fue escenario de innumerables eventos deportivos y de espectáculos durante 15 años, ya que en 1953, por su ubicación privilegiada, fue demolido para ampliar el Malecón y la Avenida Paseo, así como para dar acceso a desarrollos inmobiliarios consistentes en hoteles y casinos a pocos metros de la costa. Actualmente en su lugar se ubica la Fuente de la Juventud, enfrente del famoso Hotel Riviera.

1 La Semana Deportiva, Remy, Chavez y Aguilita hoy boxean en la C. de La Habana, Mérida, Yuc., 17 de diciembre de 1938, p.1.

2 Bohemia, Cuba, 4 de diciembre de 1938, p 61.

3 La Semana Deportiva, Chávez, Aguilita y Remy triunfan en La Habana, 24 de diciembre de 1938, p.1

4 Op. Cit, p.2