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En un inusual Domingo de Ramos, el Arzobispo de Yucatán Gustavo Rodríguez Vega invitó ayer a los fieles a colocar palmas en las puertas de sus casas para recordar la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.

El prelado dio un mensaje en lengua maya y posteriormente se refirió al Evangelio en el que se narra la Última Cena en la que se instituyó la Sagrada Eucaristía, pues Cristo entregó su cuerpo y sangre sacramentalmente en la mesa antes de entregarse físicamente en la cruz. También explicó que Jesús siempre nos da la oportunidad de arrepentirnos pues les dijo a sus apóstoles que uno de ellos lo iba a traicionar para darle la oportunidad a Judas de arrepentirse, pero este no lo hizo.

Mencionó el pasaje cuando Jesucristo dijo: “Esta noche vais a caer todos por mi causa, porque está escrito: “Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas del rebaño. Pero cuando resucite, iré antes que vosotros a Galilea.”

Y pedro replicó: “Aunque todos caigan por tu causa, yo jamás caeré”. A lo que Jesús le dijo: “Te aseguro que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.”

Pedro le contestó: “Aunque tenga que morir contigo no te negaré. Pedro al igual que los demás discípulos dijo que estaba dispuesto a morir con Jesús, pero la verdad es que ellos creían tener más valor que lo que en realidad tenían.

Pasar la prueba

Rodríguez Vega reflexionó: ¿Cuánto valor creemos tener? Sólo lo sabremos hasta que pasemos por una prueba, aunque en realidad estamos pasando por una.

Recordó que cuando Jesús les pidió a sus discípulos que oraran mientras Él se retiraba a orar en el Huerto de los Olivos, estos en lugar de hacerlo se durmieron y fue por ello que les faltó valor para acompañar a Jesús en su Pasión.

Al final Jesús les dice: “Duerman ya y descansen he aquí que llega la hora en el que el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores”.

El sueño y el descanso al que se refería Jesucristo es la de nuestra tranquilidad al saber que su entrega nos trae la salvación.

Luego mencionó que cuando fue entregado por Judas con un beso hipócrita aun así Jesús lo llamó amigo; dijo que nosotros debemos tener la astucia de la serpiente para reconocer la hipocresía y la sencillez de la paloma para actuar siempre con autenticidad y sinceridad.

Durante su juicio se cumplió la profecía de que Pedro lo negaría y el canto del gallo hizo que Pedro se diera cuenta del cumplimiento de la misma y salió a llorar amargamente.

Dijo que debemos tener cuidado de pensar que no estamos exentos de aquella actitud de Pedro, que nadie diga: “De esta agua no he de beber” porque podemos ahogarnos en esa agua del pecado.

Siguió el juicio y Pilato por cobardía no supo defender a Jesús a pesar que la mujer de Pilato le advirtió que Jesús era un hombre justo. Este tuvo la ocurrencia de que el pueblo eligiera a quien debían liberar por la fiesta de Pascua, si a Jesús o a Barrabás, para luego lavarse las manos cuando pidieron a gritos la crucifixión de Jesús.

Injusticia

–Todavía hoy cuántos justos son condenados y cuántos culpables son liberados; la justicia humana por corrupción o ineptitud suele ser muy injusta; ojalá nosotros nunca nos lavemos las manos ante las injusticias” señaló.

Recordó la pasión, crucifixión y muerte de Jesús en medio de burlas despiadadas y en la que Cristo exclamó: “¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?”, que son las palabras del salmo 21 por lo cual sabemos que no fue una manifestación de Jesús de sentirse abandonado por el Padre pues este salmo culmina con palabras de suma confianza al decir: “Proclamaré tu Nombre a mis hermanos, te alabaré en medio de la asamblea”.

–Los sumos sacerdotes y fariseos le pidieron a Pilato que guardara la tumba de Jesús con un pelotón de soldados porque Jesús había anunciado su resurrección al tercer día. Parece que el mejor de los discípulos es el que recuerda el anuncio de la resurrección. A nosotros que vivimos en medio de esta pandemia se nos puede olvidar que habrá un tercer día, es decir, un momento en que todo esto acabará y hemos de continuar la vida pero con todas las lecciones que hemos aprendido, dijo.

Pidió que sin fanatismos y sin descuidar la ciencia volvamos a la sabiduría de la Palabra de Dios y deseó a todos que tengan una feliz Semana Santa. ¡Sea alabado Jesucristo!

(Elena Gómez)