Padre e hijo llevan serenata por las calles de Hunucmá ante la contingencia
Ante la contingencia sanitaria, padre e hijo, músicos de profesión, salieron las calles para llevar serenatas.
Pedro Martínez y David Martínez Antonio, padre e hijo, van caminando por las calles de los pueblos cercanos al municipio, llevando sus guitarras y al llegar a los parques, mercados u otros lugares públicos se detienen, entonan bonitas melodías, la mayoría de la trova Yucateca y Mexicana, canciones como: “110 años”, “Tres regalos”, “El andariego”, entre otras. En un momento de descanso, comentaron que el COVID-19 no les cambió la vida, sino la forma de trabajo.
Pedro Martínez, dijo que antes del coronavirus pertenecía al grupo musical Los Bohemios que amenizaba fiestas, quince años, bodas, y reuniones familiares, pero hace muchos meses que el grupo se quedó sin contratos debido a la contingencia, así que por un tiempo, junto con la familia, sobrevivió con algunos ahorros, ya que pensaban que la pandemia pasaría rápido, pero ahora después de muchos meses sin trabajar les urge el dinero para el sustento familiar.
“Decidí, salir a los parques, mercados, para llevar la música, con la esperanza de recaudar algo de dinero, con la bondad y el gusto por la música de la gente; por último nos comentó que el gusto y amor por la guitarra lo debe a su señor padre.
Por su parte, el jovencito David Martínez, a sus escasos 15 años de edad, domina la guitarra y canta con gusto y emoción las canciones que, a pesar que no son de su época, asegura que le gustan y que aprendió de su padre y maestro.
Comentó que actualmente estudia en una secundaria de esta ciudad y que lo está haciendo en línea y por teléfono, en las mañanas recibe las instrucciones de sus maestros y al finalizar las tareas, las manda por Whatsapp.
A esta forma de estudiar con el paso de los meses, dice que ya se adaptó y organiza su tiempo para hacer las tareas y acompañar a su papá a ganar algunos centavos y ayudar con el gasto familiar.
Finalmente dijo que le gusta estar con su padre y aprender lo que hace, pues algún día será mayor y ya tiene una opción de trabajo.
Por José Luis López Quintal
