Especialista pide no juzgar a indigentes en Mérida

“Hay poco conocimiento y es un tema tabú todo lo relacionado a las condiciones mentales": especialista.
sábado, 5 de diciembre de 2020 · 16:25

Paralelo a la reapertura económica que se ha dado en el estado, se puede advertir que las personas en situación de calle han regresado a las banquetas del Centro Histórico —sus refugios diurnos durante el día—, y a sus rincones favoritos para pasa la noche; otros más han vuelto a las vialidades a pedir caridad, una moneda que les ayude a vencer el hambre, o a recibir lo que algún buen corazón pueda proporcionarles para continuar la vida que han elegido.

Para la psicóloga Mariana Sánchez Escalante, la situación de calle es multifactorial, básicamente nos remite a considerar las relaciones con la familia, las adicciones, la carencia de redes de apoyo, incluso a las condiciones mentales, la falta de cohesión social, pobreza y violencia.

“Pienso que es una cuestión más social, no sentirse parte de la familia, generalmente son personas que hablan de la que encuentran en la calle, con mayor sentido de pertenencia. Puede ser que cada quien está por su lado, hay ausencia de alguno de los padres; podríamos hablar de familias disfuncionales, probablemente relacionadas con las adicciones, no son cercanos, no se fomentan los valores, lo que puede hacer que caigan en esta situación”.

La especialista señala que no se puede generalizar a las personas que deciden dejar sus hogares para mudarse a la calle, a cargar su vida en un carrito, bolsa o mochila; la situación que se observa en la capital es distinta a la de otras ciudades. Al respecto, comenta que en Mérida no vemos colectividades que forman clanes y se establecen en sitios públicos, donde incluso arman sus propias tiendas con lo que encuentren para pernoctar, sino que hay quienes eventualmente regresan a casa de algún familiar que les permite darse un baño, quizá tomar alimentos y con la misma regresan a las zonas que ya conocen.

Agrega que también se puede hablar de situaciones de violencia, pues hay niños que se escapan de su casa por la necesidad de pertenecer y no cuentan con redes de apoyo, “por eso deciden salirse, en lugar de decir me voy a casa de un amigo”, comparte.

Por ello, pide tomar las adicciones con seriedad y no normalizarlo, aunque sea común ver a quienes gastan el dinero que consiguen disfrutando de sus vicios en los alrededores de la Plaza Grande de Mérida, así como a quienes podrían tener alguna condición mental, que son otros factores que podrían llevar a una persona a caminar sin rumbo por la ciudad, debido al abandono de sus familiares.

“Hay poco conocimiento y es un tema tabú todo lo relacionado a las condiciones mentales, existen cuestiones psiquiátricas no tratadas, simplemente se considera que la persona es agresiva y se pone mal, es fácil para algunas familias abrirles la puerta para que se vayan, cuando hay opciones como buscar ayuda profesional, hay servicios gratuitos de salud mental, que el gobierno no los promueve y la gente no los conoce”, apunta.

Este es un tema muy complicado, observa la maestra en psicología, y agrega que “cuando la familia se hace cargo de una persona con un trastorno, no es fácil dar una recomendación, decirle que le eche ganas no es lo más motivador, ni encargarle la persona a la abuelita muy mayor. Nos faltaría hacer comunidad, vecindad, que conozcas a tus vecinos sobre todo en fraccionamientos nuevos, pero ante la necesidad de trabajar, muchas veces se complica más la posibilidad de tener este contacto”.

La dirección de Desarrollo Social tiene a su cargo la actualización del censo de personas en condición de calle, que por primera vez se hizo en 2017, en el cual entrevistaron a 140 personas, de las cuales 109 se dedicaban a pedir caridad en las calles, mientras que 31 eran indigentes. El 51 por ciento de ellos, es mayor de 60 años.

Por Karla Regina Aguilar