Joven ciclista de Ticul logra llegar a la Basílica de Guadalupe

Irving Arturo Cetina Cach llegó a la Basílica de Guadalupe desde Ticul, se trata de su tercera visita.
lunes, 16 de noviembre de 2020 · 13:35

“Prometí regresar a visitar a la Morenita, y promesa es promesa, porque soy Guadalupano de corazón”, señaló Irving Arturo Cetina Cach, cuando en solitario, aún a pesar de las preocupaciones de su madre, se lanzaba desde su barrio natal en la Colonia Obrera a cumplir.

Un joven que a sus escasos 21 años, ya va en pos de su tercer viaje en “solitario” para visitar a la Reina de México, y entre comillas, pues ya se ha hecho popular entre los cientos de antorchistas que cada año, recorren las carreteras nacionales en busca de realizar su promesa de visitar a la Morenita del Tepeyac.

Jubiloso por hacer lo que es su pasión y por haber arribado ya a la Basílica de Guadalupe, Irving informa que esta vez en su tercer año ha pedaleado más, pues ya conoció el Cerro del Cubilete en Silao, Guanajuato, entre otros lugares y ahora ya está en la Basílica. Aunque en esta ocasión se le ha sumado José Guadalupe Uc Tzec, de San Simón, este en su primer viaje y con quien le ha tocado ya compartir unas malas experiencias, pues durmiendo en una gasolinera de Hidalgo, fueron víctimas del hurto de un bulto en que llevaban varios implementos de gran valía para ellos.

Incluso el joven de San Simón, se quedó hasta sin zapatos, pues los tenía dentro de ese bulto, así como cobertores y varias cosas más, por si fuera poco ante la inexperiencia de lo largo del tramo emprendido, comenta que las llantas de sus bicicletas, ya se desgastaron por lo que se han ponchado varias veces en el trayecto

Sin embargo, no los ha desanimado, pues un buen samaritano los ayudó, regalándoles zapatos y ropa para su novel acompañante.

Al respecto Irving señaló ante el cuestionamiento vía telefónica, del por qué otra vez la empresa de llegar hasta la Basílica.

"Es algo especial y que sólo te lo puede contestar un guadalupano, pues ellos saben lo que es arriesgarse a viajar poniendo tu corazón en la fe, de que vas a llegar a visitar a la Virgen, porque ella así lo quiere".

“Quería experimentar que se siente ser guadalupano y eso es algo esencial”, asegura, que sólo lo puede saber y vivir esa experiencia quien se atreve a arriesgarse para cumplir una promesa.

Destacando que él tuvo que renunciar a su trabajo en Abansa, para ir a cumplir su promesa, mientras que su compañero de San Simón se emplea como bajador de cítricos en su comunidad, por lo cual con grandes sacrificios económicos han hecho ya el viaje, teniendo que arreglárselas para conseguir llantas para sus bicicletas, por lo largo del tramo recorrido.

Por Amir Ayuso