Pobladores de Hunucmá se enfrentan a la policía por inundaciones en sus predios

Vecinos de diferentes colonias de la ciudad sufrieron los estragos de las inundaciones provocadas por el Huracán Delta en la Península de Yucatán.

Las inundaciones afectaron a las familias, debido a que el agua inundó calles, patios de los predios y hasta escuelas, al igual que instalaciones de la explanada Sampol, donde se celebra la Feria Anual.

Los barrios con más daños son: Ricardo Flores Magón, al oriente de la urbe, donde se ubica la zona habitacional San Isidro y Sampol, lo mismo sucedió en Baltasar Ceballos, y en San Vicente.

No obstante, al poniente, donde se encuentra la avenida que conduce a la Escuela Secundaria, gasolinera y maquiladora, quedaron entre el agua, pues la inundación afectó el Parque de Itzimná, la Unidad Básica de Rehabilitación y el Centro de Salud.

Otras colonias que se vieron afectadas fueron San Martín, Santo Domingo, Guadalupe I y II; así como en los suburbios de la Fátima, Álvaro Obregón y Lázaro Cárdenas, al sur y poniente del centro de la ciudad.

Las calles 30 entre 19 y 23; 22 entre 25; 26 por 35 y 37; hasta los límites del Fraccionamiento San Isidro, pasando por el CECITEY, cuyas instalaciones también quedaron dentro el agua, así como el Preescolar Salvador Alvarado.

Por otra parte, una situación se originó con un perro que presuntamente se quedó durante la noche sobre una piedra junto a una pared en la colonia Itzimná, zona inundada, fue rescatado por la mañana por un par de personas que pasaban por el lugar.

Después de los efectos del huracán vehículos que circulaban por las diferentes zonas inundadas de la explanada Sampol quedaron varados y descompuestos debido que al pasar por áreas profundas los motores comenzaron a fallar.

Vecinos de la colonia Baltasar Ceballos como José Novelo y Juana Canul, comentaron que sus viviendas quedaron entre el agua, pero esta vez fue en menor nivel ya que con el paso de la Tormenta Cristóbal, sus hogares tuvieron más afectaciones.

Asimismo, personal docente del CECITEY tuvieron que implementar con algunas sillas viejas y con  un “diablito” (carretilla de mano) evitar bogar por el agua, que inundó la terraza, la cancha de basquetbol y el patio del plantel.

“Llovió mucho, y así estuvo toda la noche, pero la inundación se agravó, porque muchos de los pozos están rebosando”, dijo Amílcar Poot, vecino de la colonia San Vicente.

Quien se aventuró a cruzar una arteria llena de agua, con el riesgo de quedarse tirado. Lo mismo les ocurrió a otros vehículos compactos, mototaxistas, motocicletas, y hasta bicicletas. Algunos prefirieron regresar por donde vinieron, que adentrase a cruzar con su vehículo las profundas lagunas de agua en que quedaron convertidas las calles de los diferentes puntos de la ciudad.

Agentes de la Policía Municipal, que patrullaban los diferentes sectores, apoyaron a algunos vehículos que se quedaron varados entre el agua, como ocurrió en la avenida de entrada, que conduce a la vecina población de Ucú.

Aunque ayer por la mañana hubo más tranquilidad en cuanto al clima, personas todavía permanecen en los albergues, pues la mayoría proviene de la comisaría del puerto de Sisal.

No al paso de camiones

Después de los estragos del huracán vecinos de la colonia Baltasar Ceballos, casi se enfrentaron a oficiales de la Policía Municipal, después que cerraron el paso de su calle y al hacer el reclamo por la situación provocada por el fenómeno que los dejó prácticamente inundados en su totalidad.

Los hechos ocurrieron minutos después de las 14:30 horas, luego que los pobladores cerraron el paso en la calle 31 x 20, así como en la 30 x 27 y 27 A, para evitar que los camiones pesados que transitan por la arteria, introduzcan más agua a sus casas y negocios.

Rosario Chacón Pech, dueña de un Mini Súper, localizado en ese lugar, dijo que sus pérdidas son cuantiosas, pues el agua de las lluvias, provocó una severa inundación en el interior de su negocio y de su casa.

María Luisa Casanova Cool, también vecina de ese suburbio, indicó que su casa quedó totalmente inundada, tanto en su interior, como en el patio.

El agua de las prolongadas lluvias de Delta, inundó también más viviendas en ese sector, ubicado al oriente de la ciudad.

Los uniformados se enfrentaron a un cierre general de calles por parte de los pobladores, cuyas casas resultaron inundadas, lo que dificultó el tráfico vehicular.

Asimismo, los lugareños demandaron mayor atención por parte de las autoridades, y sostuvieron que deben enviarse pipas para desaguar las viviendas y negocios.

 Otros municipios

Después del paso del huracán “Delta” por los municipios del poniente, los habitantes de, Kinchil, Tetiz, salieron a los patios de sus casas y a las calles para revisar los daños e inundaciones que dejo el ciclón.

Tetiz, a ocho kilómetros de la población de Hunucma al sur, se encuentra la población y municipio de Tetiz, donde las afectaciones del huracán se dieron en calles céntrica que quedaron completamente inundadas al igual que viviendas, algunos habitantes se vieron forzados a buscar refugio en casa de amigos o familiares, pues según comentaron era imposible pasar la noche en sus casas debido a quedaron entre agua.

Por su parte, algunos habitante se dieron a la tarea de cortar las ramas de los arboles cercanos a sus predios, por temor a que las ramas cayeran y ocasionarán daños a su vivienda.

Kinchil, durante el paso del huracán, el viento hizo que un enorme árbol de ceiba cayera, por lo que cubrió parte de la carretera que conectaba al municipio, la población quedo incomunicada, pero oficiales de la Policía Municipal, el alcalde Valentín Dzib Pech, y Protección Civil se dieron a  la tarea de cortar el árbol y retirar las ramas, para dar acceso a la población.

Sisal, la comisaría quedó incomunicada al inundarse la única arteria de entrada al puerto, y durante los días por la intensas lluvias se reportaron dos accidentes y lesionados con cuantiosos daños materiales, por lo que las autoridades invitaron a las personas a no viajar al puerto de Sisal, ya que la carretera se encuentra  en proceso de trabajos de reparación lo que la hace más peligrosa.

Por Ramón Reyna / José Luis López Quintal