El caníbal de la Lázaro Cárdenas y otros asesinos en serie en Yucatán

El caníbal de la Lázaro Cárdenas, El matachavitas o El Bunga, la sociedad yucateca no ha estado exenta de los asesinatos en serie.
jueves, 29 de octubre de 2020 · 17:15

Cuando pensamos en Yucatán se nos viene a la mente un sitio seguro y tranquilo en el que conviven muchas personas, el estado es buscado por personas que buscan vivir en paz y armonía.

Pese a lo que mucha gente cree, el fenómeno de los asesinos en serie es de talla mundial y la entidad no ha estado exenta de presentar este tipo de casos. 

La sociedad yucateca ha enfrentado a un puñado de multihomicidas quienes han dejado su huella en la crónica negra del mismo.

El primero de los casos registrados fue Wilbert Jorge Solís Albertos que en el período de 1979 a 1985 mató a tres personas que fueron sus parejas sentimentales, uno de elos fue un profesor llamado Manuel Díaz Aguilar, mismo al que enterró en un tramo de la carretera entre Chuburná y Sisal. El 11 de enero de ese mismo año, Solis Albertos asesinaría a balazos a José Borjes Cuéllar en una casa de la colonia Bojórquez, mientras que en 1993 realizó su tercer homicidio, el de Nicolás Armando Toraya Ríos, cuyo cadáver fue encontrado en la Carretera Campeche-Villahermosa.

Aunque fue juzgado  y condenado por esos crímenes, ya se encuentra en libertad.

Otro de los multihomicidas yucatecos se trata de Wilberth Román Gómez Carrillo, al que apodaban "El Pájaro", el hombre tenía predilección por los mendigos o indigentes y terminó asesinando a tres de ellos.

El primero de sus crímenes ocurrió en 1979 en los patios de "La Plancha", fue detenido y cumplió una sentencia de 20 años en el Centro de Reinserción Social (Cereso), pero a su salida cometió otro asesinato en el mismo lugar en el año 2000, mismo que también pagó con pocos años al argumentar que fue durante una pelea. El último asesinato de "El Pájaro" fue en los patios de la antigua estación de ferrocarriles, mismo que también le ameritó otra temporada en la cárcel.

Los municipios yucatecos no se salvaron del terror de los homicidas, y fue durante la década de los 80 cuando Héctor González Rivera torturó, violó y mató a dos niños en Tizimín.

El asesino intentó deshacerse del cuerpo del primero de ellos metiéndolo en un tambor donde se cocía nixtamal, y el segundo cuerpo fue hallado por unos niños al interior de una cueva. González Rivera también fue sentenciado a pasar varios años en la cárcel y cumplió con su sentencia.

En los años 90, Alfredo Aguilar Cano apodado "El Bunga",  considerado el más prolífico asesino serial en Yucatán, pues ultimó a cinco personas en el periodo de 1993 a 1997, aunque sólo fue sentenciado por el homicidio de un sastre.

"El Bunga" fue condenado a 24 años de prisión tras ser detenido en el año 2000, la primera víctima de sus crímenes fue Jorge Carlos Pizarro Barrera a quien asesinó en 1993, dos años después le quitaría la vida a Hernán May Magaña, en 1996 asesinó al sastre Rigoberto Chaviano León; este fue el crimen por el que lo condenaron a pasar 24 años de prisión, y en 1997 acabó con la vida de dos personas, Nicolás Manuel Hoil Canto y Arcadio Francisco Balam Noh. Todas las personas eran miembros de la comunidad LGBT+.

Quizá uno de los más brutales y recordados es Enrique Medina Arjona, al que se le apodó "El caníbal de la Lázaro Cárdenas", y aunque sus víctimas no fueron cuantiosas su modus operandi causó mucho impacto. Medina Arjona, mató a dos hombres, los cocinó se los comió y se deshizo del resto de los cuerpos tirándolos a un sumidero.

El más reciente de la lista se trata de Mario Alberto Sulú Canché, "El matachavitas", quien en el periodo de 2007 a 2008 asesinó a tres mujeres jóvenes entre los 15 y los 25 años.

El plomero de profesión, engañaba a sus víctimas a las que enganchaba con palabras para que abordaran su vehículo, una vez ahí las conducía a lugares apartados donde las violaba y las mataba a golpes o estrangulándolas.

A pesar de que fue atrapado, "El Matachavitas" se suicidó el 30 de agosto de 2008 mientras se encontraba encarcelado.

Por Redacción Digital Por Esto!

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