Pese a las inundaciones, apicultora de Xcunyá logró salvar a sus abejas meliponas

Anselma Chalé Euán, originaria de Xcunyá, salvó sus colmenas de abejas meliponas antes de que el Huracán Delta inundara el espacio donde viven.
miércoles, 14 de octubre de 2020 · 09:47

La señora Anselma Chalé Euán es originaria de la comisaría meridana de Xcunyá y ha dedicado una parte de su vida al cultivo de la abeja melipona, representativa de la región, que no tiene aguijón pero que produce miel de alta calidad; como si se tratara de una guardiana de las abejas nativas, celebró que el temporal no se llevó a sus insectos, ya que momentos antes que impactara el Huracán Delta puso a salvo a sus antófilos –por sus raíces latinas, quienes aman las flores–.

La meliponicultora y médico tradicional Chalé Euán tiene su establecimiento sobre la calle 21 de la comisaría de Xcunyá, arteria sumamente afectada por las lluvias que dejaron a su paso la Tormenta Tropical Gamma y el Huracán Delta.

En su espacio, que ahora por las circunstancias es su hogar, tiene almacenado los productos con los que comercia: miel de abeja melipona, de la apis melífera, cera, propóleo, jabones, cremas, polen, etc., ahí solía tener un vivero con algunas hierbas que se usan en la medicina tradicional maya para tratar enfermedades, parte de esos cultivos los perdió tras el temporal.

En ese mismo lugar, doña Anselma tienen a sus abejas meliponas que son parte de su orgullo, así como su preocupación. La apicultora celebró que pudo poner a salvo sus colmenas, unas 200 cajas, que permanecían en un meliponario.

“No me preocupaba quedarme sin casa, me preocupaba que ellas estén bien, gracias a Dios se salvaron y ya quieren salir a polinizar”, compartió.

La pequeña productora que encabeza la agrupación Kuchil Kaab, que significa “miel virgen de abeja melipona”, dijo que tuvo que adecuar su casa, trasladó el espacio donde estaban a la intemperie las abejas al interior de su casa a fin que no se ahoguen, situación que logró y que la hace feliz.

“Primero mis abejas, luego mis muebles, puse unos 166 bloques para que estén protegidas, lo material luego lo recupero”, sentenció.

Consideró que si bien se están viviendo tiempos difíciles en la comisaría a raíz de las inundaciones, esta experiencia representa una buena oportunidad para la reflexión, en el sentido de que el clima es una mera consecuencia de cómo los seres humanos hemos afectado al medio ambiente.

Compartió que luego de que pase el temporal tendrá que poner esfuerzos extras para sacar adelante lo que ha logrado en 12 años y que una vez más deberá adaptarse a los nuevos retos que el temporal ha dejado.

“No me doy por vencida, esto es una nueva oportunidad, si los pájaros del monte ya salieron adelante luego de la tormenta, ¿qué más nosotros que tenemos nuestras ideas?”, reflexionó.

Chalé Euán externó que si bien esto representa un nuevo giro a su vida, no hay de otra que adaptarse. Por ejemplo, expresó que ya está en camino de dominar las redes sociales y así promocionar los productos con los que comercia.

Aseguró que pese a las desavenencias se mantiene optimista y positiva en el futuro, sostuvo que tiene la fortuna de que su miel y derivados de la abeja melipona tienen ya una salida y un público cautivo.

Explicó que la miel de la abeja melipona también puede ser utilizada como un remedio natural para algunos padecimientos.

Añadió que ha podido llevar sus productos más allá de las fronteras yucatecas, a estados como Tabasco, Monterrey, Guadalajara, Aguascalientes, e incluso fuera del territorio nacional, a El Paso, Texas, y algunos países europeos como Luxemburgo. Expuso que la popularidad de su oferta es la calidad, que se va recomendando de boca en boca.

Pese a las dificultades, derivado primero por el COVID-19, la falta de clientela y más recientemente con los impactos de los meteoros que azotaron la entidad, doña Anselma no baja la guardia, mantiene el buen ánimo y espera que el sol salga pronto y que sus abejas sigan haciendo su labor polinizadora del monte, mientras ella, así como sus colaboradoras, puedan compartir este producto en todos los rincones del mundo.

Por Guillermo Castillo