Hamacas, el artículo de Yucatán que sigue vigente en el gusto de las familias

Las hamacas yucatecas han conquistado el gusto de los visitantes, pues además de la preferencia que tenemos en el Sureste por ese lecho ligero, el calor propicia que incluso los foráneos tengan que acostumbrarse a usarlas por ser más frescas y cómodas y, pese a la modernidad y gentrificación, siguen teniendo gran demanda en Mérida, con precios que van desde 500 hasta 3 mil pesos, dependiendo del tamaño y grosor del hilo, indicaron veteranos vendedores de esta capital.

Uno de los comerciantes de la zona centro de la ciudad, Marco Antonio Salazar, con 63 años en el mercado, señaló que toda la gente que llega a Mérida compra una hamaca porque les resulta mejor para las temperaturas de la zona, incluso las obsequian a sus amigos y familia que los visitan.

Antonio Salazar comentó que en un inicio ellos eran fabricantes, con una pequeña bodega de hileras y al menos 10 personas como mano de obra, pero debido a la demanda y crecimiento dejaron de fabricar y reciben productos de otros lugares como Chumayel y Teabo que tienen gran producción de hamacas, pero también reciben piezas de otros municipios.

Señaló que ahora esta actividad se convirtió en una compraventa, ya que otros comerciantes llevan todo el material a los municipios donde se elaboran las hamacas, las cuales después se traen a comercializar a Mérida.

El precio varía en cuanto al hilo que se utiliza en su elaboración, pues por ejemplo, una hamaca de crochet, considerado uno de los materiales más finos, puede llegar a costar más de 3 mil pesos, mientras que otras, de materiales más sencillos, van de los 500 a los mil 500 pesos.

“Hay diferentes modelos, colores y adaptaciones como las hamacas-columpio que se utilizan en balcones, jardines o casas de playa”.

El comerciante añadió que antes se usaban el hilo de oso y las hamacas duraban entre 20 y 30 años, mientras que ahora duran de tres a cuatro años como máximo.

Destacó que realizan envíos a otros Estados de la República e incluso de manera internacional, pero no de forma constante solo cuando tiene pedidos.

Su tienda de hamacas lleva por nombre El Aguacate, debido al nombramiento que tenía la esquina donde se ubicaba inicialmente, pese a que con los años se trasladó a la calle 73 por 58, del Centro de la ciudad, pero conservó el nombre.

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NM