Escribir para representar

Los personajes de Yobaín Vázquez se sujetan a lo vivencial
domingo, 13 de marzo de 2022 · 21:25

Tras ser beneficiado por el estímulo de la beca del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (Pecda) 2022, se entrevistó a Yobaín Vázquez, escritor de Mérida, quien a raíz del apoyo subsidiado se encuentra escribiendo el proyecto “La Travestiada o el gran viaje de los 41 maricones para Yucatán”. El escritor ha publicado diversos cuentos en revistas nacionales y locales, siendo una de ellas Tierra Adentro. En aras de la presente entrevista, nos contó sobre su perspectiva de la literatura, el hecho histórico del Baile de los 41 y la diversidad de género en su escritura, como un hallazgo que abona a la discusión actual de nuestro tiempo.

En la literatura (y el arte en general), existe una discusión con respecto a que tanto nuestra realidad inmediata existe o se ‘filtra’ directamente en una obra. En tu caso, ¿existe una influencia de la realidad social en lo que escribes?

Sí, desde que escribo me reconozco como una persona situada en un momento específico y aunque no lo quisiera, tendría que verse permeado. Últimamente, me he planteado más esa cuestión, aunque no hable de mí directamente porque rehúyo un poco a la autoficción, sí trato de hablar sobre cosas que como un joven adulto me preocupan. Últimamente, escribo sobre temas de diversidad sexual, pues estamos un momento histórico importante, sobre todo en cuanto a la representación, entonces sí, estoy muy consciente de esto y trato de aportar un poco de este contexto a lo que estoy escribiendo.

¿Podrías contextualizarnos un poco sobre tu proyecto La Travestiada o el gran viaje de los 41 maricones para Yucatán?

Lo planteé como una novela de corte histórico que retoma el Baile de los 41, ese baile que sucedió el 7 de noviembre de 1901, en la Ciudad de México. Hubo una redada en la que apresaron a todos los asistentes que eran hombres homosexuales, y la mitad de ellos estaban travestidos. Esto, de acuerdo con las fuentes periodísticas de la época, que no eran muy precisas en ese entonces porque les ganó dar la nota morbosa. Luego se dice que 12 de los arrestados, quienes no tuvieron dinero para pagar una su liberación, fueron enviados a Yucatán para que combatieran en La Guerra de Castas, como señalan algunos historiadores contemporáneos.

Al no haber más información verídica sobre que ocurrió con estas personas en Yucatán, yo intento recuperar de manera ficcional el recorrido que tuvieron desde el puerto de Veracruz hasta Mérida. En esencia, la intención es buscar en fuentes sus vivencias, sobre todo en cuanto a su condición como doblemente marginados, tanto por su identidad sexual como por su nivel socioeconómico.

Se relaciona con lo que me comentabas hace un momento, pues estamos en un momento histórico en el que la representación toma una dimensión importante y también con respecto a cómo la realidad permea en la producción de obras que buscan precisamente la representación.

Sobre todo, es eso, me fui hasta 1901 para hablar sobre un tema que nos podría parecer cercano. Rescato un pensamiento del poeta José Joaquín Blanco, que en un ensayo dice que la homosexualidad, como cualquier otra conducta sexual, no tiene una esencia, tiene una historia, en ese sentido, la historia de México también ha tenido hombres homosexuales arrestados, asesinados, violentados, y si nos vamos para atrás, podemos ver sus inicios en este episodio, como también refirió Carlos Monsiváis sobre la homosexualidad en el País.

Es darnos cuenta de dónde estamos parados hoy, no es algo que es producto de tres o 10 años, sino que tiende sus fundamentos mucho tiempo atrás, y el Baile de los 41 es un momento fundamental, y tristemente no hay mucho en la literatura que hable sobre este hecho, salvo una novela que se escribió más que nada para moralizar, aunque éste no es necesariamente el caso en otros medios. Mi objetivo personal es traer el hecho a la memoria para que nos demos cuenta de todo el camino recorrido dentro de las experiencias en cuanto a la diversidad sexual.

En sentido, nos preguntamos, ¿de dónde provienen tus personajes?, ¿cómo construyes sus experiencias? Considerando que, en este caso, trabajas con un hecho histórico, pero ese no es el caso en todos tus textos.

Una mitad es mi inventiva y la otra proviene de vivencias que he escuchado. Para este proyecto lo complicado es imaginar como hablarían o como se comportarían unos personajes que están tan distanciados de nuestra contemporaneidad, pero precisamente la ficción hace posible conciliar esas diferencias, en este caso, puedo articularlos desde lo que yo conozco, eso lo que tiene la ficción, puedes ofrecer al lector personajes que surgen de tu imaginación y que adquieren una dimensión tridimensional.

Algo que ocurre con mis personajes es que se nutren de experiencias cercanas, sean de amistades o de diálogos que se escuchan en el transporte colectivo, porque, por más que pueda imaginarme como es un personaje, mis referencias tienden a ser personas reales.

Te preguntamos lo anterior porque leímos tu cuento Cuidados Paliativos, y nos parece valioso que se hablen sobre estos temas. Por ejemplo, en tu cuento lo familiar se vuelve un performance impuesto e incluso se podría decir que hasta autoimpuesto; sin embargo, podemos intuir una tregua entre el pasado y el presente a través de una anciana moribunda y su hijo. ¿Nos puedes hablar un poco sobre esta tregua?

Pienso que todo surgió de plantearme “¿qué pasaría si a un personaje femenino lo contrataran para ofrecer hacer algo que no tiene relación con su trabajo?” Quería explorar la tensión entre todos los personajes involucrados a través de sus acciones y sus motivos. Conforme escribía me fui dando cuenta de que todos tenemos un pasado que siempre nos seguirá, sea en forma de recuerdos o en forma de personas que estuvieron en esos momentos, en este caso, es un encuentro de un personaje trasvestido con una madre, que no es la suya, pero en su encuentro se relacionan a través del cariño o el amor, pero en un inicio no había planeado que ese fuera el desenlace, sino que se desarrolló orgánicamente por los mismos elementos del texto, en cierto sentido, para mí también se sintió como un descubrimiento.

Finalmente, nos gustaría que nos platicaras sobre tu actual proceso de escritura en torno a La Travestiada o el gran viaje de los 41 maricones para Yucatán. ¿Ha sido un proceso similar al que has seguido en tu obra previa o este trabajo ha tenido sus desafíos particulares?

Es distinto a lo que me he enfrentado antes porque, hasta ahora, solo escribía cuentos. Una novela siempre requiere otro tipo de planteamientos, de entrada, los cuentos tienen un inicio y un fin más claros y para mí el tiempo de redacción tiende ser menor, en cambio, la escritura de la novela suele alargarse y eso cambia la manera en la que estoy acostumbrado a trabajar en el texto.

De la misma manera es muy enriquecedor porque la historia demanda que pases mucho tiempo en ella, ya sea en el argumento o transformando a sus personajes, en mi caso, soy un escritor que tiende a querer acabar pronto con lo que escribe, pero este es un proyecto a largo plazo.

Es curioso porque lo planee como una novela corta, pero ahora que estoy trabajando en ello tal vez se extienda más de lo que preví, después de todo, la novela requiere de un tiempo mayor, en cuanto a mi proyecto, considero que en siete meses estará listo, considerando otros elementos que son igual de necesarios que la escritura, como la edición y la corrección, por eso mencionaba que la novela te exige más tiempo, no solo en cuestión de escritura, sino que se tienen que considerar otros aspectos a desarrollar o cambiar según vaya evolucionando el proceso. No quisiera que fuera tan apresurado, pero para mí el texto necesita de un periodo de reposo para ver con mayor claridad los errores o los puntos que podrían cambiar.

Síguenos en Google News y recibe la mejor información

MG