Sergio Witz: el valor de la palabra

domingo, 20 de febrero de 2022 · 23:52

Cristina Leirana

Sergio Hernán Witz Rodríguez, prolífico autor de, por lo menos, diez poemarios:  Como hierba ardiente (Maldonado, El Werek Ilustrado, Mérida, 1988); Ciudad de paso (edición de autor, 1990); Mi odio por los barcos (Bahía, Campeche, 1993); El bosque explicativo (1996, Fondo Editorial Tierra Adentro); El poeta se corta las venas (edición de autor, 1997); Parásitos literarios que protegen a sus crías (Aljibe, Campeche, 1998); Las partes nobles, edición de autor, Campeche, 2002); Profanador de poemas (Universidad Autónoma de Campech, Campeche, 2004); De cómo la mercadotecnia privatiza al poeta (Porrúa/Municipio de Tampico, 2005), y Los mirones son de palo (Conaculta/Instituto de Cultura de Campeche/ Ayuntamiento de Campeche, 2006), este último dedicado a la niñez.

            Witz Rodríguez fue también acreedor de varias distinciones: una beca del FONCA, en la especialidad de poesía, durante 1989; el Primer Lugar en el Certamen de Poesía Tabasco, en 1984; el Premio de los Primeros Juegos Florales Nacionales “Pedro Sainz de Baranda”, en 1987; el “Premio Internacional de Poesía Ramón Iván Suárez Caamal”, en 1994, por el libro Con el oído puesto en el oleaje; fue ganador del “Elogio a San Juan del Río” en los XXIX Juegos Florales de San Juan del Río, Querétaro, en 1999; también recibió el Premio Nacional de Poesía “Efraín Huerta” (Tampico), en 2005, y en 2007, además de recibir el Premio Regional de Poesía “Ydalio Huerta Escalante” (Chiapas), por el libro Un poeta nunca muere, fue el poeta laureado en los Juegos Florales del Carnaval de Guaymas “Alejandro Ramírez Arballo”[1].

            Hasta inicios de 2000, el Estado Méxicano tenía claras políticas de difusión de la literatura. En los ochenta, ser autor de alguna de las obras incluidas en la colección Lecturas Mexicanas (un programa del Fondo de Cultura Económica y la SEP, al que se sumaron algunas editoriales privadas como Siglo XXI, Ediciones Era, Joaquín Mortiz, entre otras) representaba formar parte del canon. En los noventa, la expresión del parnaso mexicano se hacía visible en el Fondo Editorial Tierra Adentro.

            El número 121 de esta serie corresponde al poemario El bosque explicativo, de Sergio Witz Rodríguez. Coincido con Enrique Pino, que en su comentario de la contraportada afirma que “ha sido escrito con pleno conocimiento de la causa poética” y para muestra cito el texto de la página 23:

13

Esta mujer

tiene los síntomas

de una mitología

Esta mujer

conoce bien

la obscenidad

Esta mujer

Es mi semejante

(Witz Rodríguez, 1996: 23).

            Me parece relevante que en sociedades misóginas, como lo son todas las de nuestro país, el discurso poético aborde la igualdad sexual entre hombres y mujeres. Como escritor, como docente, como ser humano, Sergio Witz se caracterizó por su congruencia: fue solidario, y generoso con hombres y con mujeres.

            Era también militante de causas populares, cercano a los grupos marginados, sensible a la diversidad humana, la cual recrea en el poema 18:

La lengua

de tu país

es un detalle que me

asombra, una anomalía donde está

por verse la herencia edípica

Palacios

incomprensibles

son los números, los onomásticos,

los incestos, las curiosidades, los talentos,

los escenarios, las imágenes

¿Quién custodia a la intriga?

¿Qué ejército es el verdadero?

¿Qué parte de la novela se necesita?

Encarnas y modificas a los personajes,

al epitafio de una ciudad modelo,

al anciano mundo que puebla

el rencor

(Witz Rodríguez, 1996: 30).

            Los siguientes versos, del poema 28, parecen premonizar la adversidad que sobrevendría al autor cinco años después:

Difícil

tarea nos deja el arte

señor abogado y señora abogada

(Witz Rodríguez, 2006: 40).

            Ni sus libros, ni sus premios, ni los comentarios positivos que la crítica hacía de su obra lo proyectaron a la fama como el poema que publicó en la revista Criterios, una funesta tarde de abril de 2001, que por confusión, en vez de enviar el elogio que había hecho de Campache, su hermosa ciudad, dio el texto“Invitación (la patria entre mierda)”. Fue así como en el número 44, correspondiente a abril de 2001, en la página 17 apareció el controvertido poema[2], y como lo resume la Redacción de Proceso:

                               La asociación civil Pablo García Montilla denunció ante la Secretaría de Gobernación la publicación del texto como un ultraje a la bandera. El caso lo tomó la Dirección de Coordinación        Interinstitucional y Fomento Cívico de la Secretaría de Gobernación, la que lo trasladó a la          Procuraduría General de la República (PGR). El Ministerio Público federal inició una averiguación        previa y consignó el caso ante un juez de distrito de Campeche, el cual, en octubre de 2002, dictó             un auto de ‘sujeción a proceso’, no de formal prisión, lo que implicó que al acusado no se le       impusiera pena privativa de libertad. Witz Rodríguez apeló la decisión, pero un Tribunal Unitario             confirmó el fallo del juez. Ante la inconformidad del autor, el caso pasó a revisión de un Tribunal         Colegiado, el cual reservó la jurisdicción a la SCJN. Por decisión de la Corte, la jurisdicción del caso           pasó al Tribunal Colegiado del 27 circuito, con residencia en Cancún, Quintana Roo[3].

            El proceso se prolongo seis años, tuvo resonancia a nivel nacional e internacional, pues tanto artistas como periodistas se solidarizaron ante el riesgo de una sanción que, a todas luces, limitaría la libertad de expresión[4].

            El miércoles 5 de octubre de 2005, por mayoría de tres a dos, se pronunció la Suprema Corte de Justicia de la Nación negando el amparo a Sergio. “La votación estuvo precedida de un debate histórico e intenso entre los cinco ministros que integran la primera sala, en torno al concepto ‘libertad de expresión’, así como los alcances y limitaciones constitucionales de la manifestación de las ideas en el país.” [5].

            José Ramón Cossío y Jesús Silva Mesa coincidieron en que la libertad de expresión ‘es uno de los pilares de una nación democrática’, por lo que no debería sufrir censura y menos ser motivo de penalización[6]. Sin embargo, José de Jesús Gudiño Pelayo, Sergio Valls Hernández y Olga Sánchez consideraron que no es anticonstitucional el artículo que limita la libertad de expresión.

            A Sergio lo traté a mediados de 2006, cuando fui invitada a impartir una asignatura de la maestría en Cultura y Literatura, que el poeta cursaba, en la Universidad Modelo. Él se caracterizó por cuestionar al canon de la crítica literaria, y por conocer de primera mano la historia reciente de la literatura nacional, de la que siempre nos compartía anécdotas.

            Recuerdo que le preocupaba la poca tolerancia a la frustración de los adolescentes. Sergio explicaba que, en muchos casos, el suicidio ocurría porque aún no tenían una clara noción de la muerte, lo hacían como una venganza contra sus padres, por algo que no les pudieron conceder.

            Generoso como era, gracias a su invitación a participé por primera vez en la Feria Nacional del Libro y Arte Universitario de Campeche, y en enero de 2007 me envió un paquete con cinco de los diez libros que había publicado hasta ese momento. En dos de ellos, entre sus datos curriculares estaba anotado que enfrentaba “una denuncia por el Delito de Ultraje a las Insignias Nacionales por su poema ‘La patria entre mierda´” (Witz Rodríguez, 2002, 2004).

            Desde antes de conocerlo oí de su enfrentamiento con la justicia por el Delito de Ultrajes a las Insignias Nacionales. Incluso quienes no habíamos leído su obra supimos que se referían a él como “el poeta maldito” y que la causa de la persecución era el texto “La patria entre mierda”. Confieso que al frecuentarlo me di cuenta de que distaba mucho de cómo lo representaban en las noticias.

            El poeta también me platicó de este asunto, lo molesto que era ir a firmar cada semana, durante cuatro años, porque el Juez de Distrito le dictó un auto de sujeción a proceso. En enero de 2004 el promovió un amparo pero no lo obtuvo; entonces interpuso un recurso de revisión. El 5 de octubre del 2005 la Primera Sala de la Corte emitió el fallo en sesión pública, donde se rechazó el proyecto de concederle el amparo que presentó el ministro José Ramón Cosío Díaz[7].

            Cuando coincidimos en la Universidad Modelo, el proceso penal estaba en un punto muerto. Dos años después, el 7 de mayo de 2008, recibió la sentencia del juez segundo de distrito con sede en Campeche, José´ de Jesús Ban~ales Sa´nchez, quien lo condeno´ al pago de 50 pesos de multa y a recibir una amonestacio´n pública[8].

            Para el poeta, el dinero no era el problema: “Si acepto pagar los 50 pesos (…) seri´a tanto como aceptar que cometi´ un delito y que, por tanto, soy un delincuente. Y no puedo aceptar que me condenen por escribir.” (Witz Rodríguez, citado por Avilés, 2008).

            Ese tortuoso enfrentamiento con “la justicia” fue el precio que Sergio Hernán Witz Rodríguez pagó por no retractarse de su verdad poética, pues como dijo desde 2004:

            “El escritor debe asumir las consecuencias de lo que ha escrito. Ha habido momentos muy duros durante todo el proceso y me plantearon en varias ocasiones que yo entregara una carta en la que dijera que me arrepentía de todo para que me perdonaran, y no lo hice, porque el poeta debe estar consciente de que sus palabras tienen un valor … y debe sostenerlas”. “La libertad de expresión no puede ni debe tener límites.” (Witz, citado por Avilés, 2004).

            Coincido con Hermann Bellinghausen cuando dice: “La ‘invitación’ que expresa el controvertido poema ‘La patria entre mierda’ se inscribe en la tradición rabiosa de nuestras letras (de los estridentistas a los infrarrealistas, o voces como el poeta michoacano Ramón Martínez Ocaranza y cierto Salazar Mallén, y si me apuran, Guillermo Prieto, José Revueltas y José Emilio Pacheco)”[9].

            Acertaba Witz Rodríguez cuando se refería a su proceso como kafkiano. En su comparencia del 24 de abril de 2008, los alegatos jurídicos se sustentaban en el análisis literario: las conclusiones de su defensa tuvieron como base dos dictámenes emitidos por la doctora en literatura comparada, Kenia Aubrey Ortegón, perito de la defensa, y el maestro de literatura Humberto Ávila Ortega, perito tercero en discordia. La defensoría concluyó que, desde el punto de vista del método de análisis literario basado en la estilística y la hermenéutica, "no constituye de ninguna manera ultraje a la bandera nacional, ya que al usar el pabellón nacional como tema central de su texto, el autor nos advierte de la manipulación histórica que falsos patriotas mexicanos hacen de nuestra grandeza como país que tiene una vasta tradición cultural" Además, argumenta que el autor no ultraja a la insignia nacional, sino, "por el contrario, utiliza y emplea los recursos de su arte para mostrarnos a través de un supuesto personaje antipatriota o sujeto ficticio que emplea el yo de todo texto poético" "se debe especificar que quien habla no es el escritor de carne y hueso, Sergio Witz, sino su personaje Por lo tanto, el autor está exento de cometer ultraje", dijo la defensa. La defensa también expuso que ninguna obra literaria puede ser considerada como ultraje a un símbolo nacional patrio "ya que el universo literario y lo que ocurre en él, es una realidad literaria y no la realidad que vivimos, y lo que ocurre o se describe no sucede en la realidad, únicamente en el papel"[10].

            Sergio contaba que se sentía “abrumado, e incluso apenado, de que so´lo se le conozca por un poema que, admite, si se somete a un estudio literario se vera´ que ‘es malo, poe´ticamente hablando"; explica que el poema ‘La patria entre mierda’ se publico´ por equivocacio´n, porque, recuerda, en la revista Criterios le pidieron un texto y e´l pensaba entregarles un poema que escribio´ sobre Campeche, pero a la hora de envia´rselos se equivoco´ de fo´lder y les dio el que conteni´a el texto que ha generado todo el conflicto.

SILVIA CRISTINA LEIRANA ALCOCER. Doctora en Literatura y Comunicación, por la Universidad de Sevilla; maestra en Ciencias Antropológicas por la UADY, profesora-investigadora titular de la Universidad Autónoma de Yucatán. Miembro del SNI como candidata desde enero de 2018.

Libros de su autoría: Conjurando el silencio. Algunos aspectos de la diversidad literaria. (2005, ICY); Catálogo de textos mayas publicados entre 1990 y 2009 (2011, ICY); El gato bajo la lluvia, volumen II (2017); Dos penínsulas (2018).

Es miembro del Centro Yucateco de Escritores AC desde su fundación, y del taller literario “Café con Piquete” y perteneció a la Comisión Editorial de la revista Navegaciones Zur desde 1993 hasta 2009. De junio de 1998 a septiembre de 2010 fue responsable de la redacción y corrección de estilo de la revista Temas Antropológicos Revista Científica de Investigaciones Regionales. De junio de 2001 a julio de 2007 fue miembro del Consejo de Editorial de la Universidad Autónoma de Yucatán. Desde 2013 es miembro en del Consejo Editorial de la Revista Yucateca de Estudios Literarios. A partir de septiembre de 2016 es miembro del Consejo Científico asesor de Cauce. Revista Internacional de Filología, Comunicación y sus Didácticas.

Sus relatos, artículos y poemas han aparecido en los suplementos El Juglar (del extinto Diario del Sureste), Tolocan en la cultura (de Tiempo Libre); las revistas Tierra Adentro, Diálogo cultural entre las FRONTERAS DE MÉXICO (ambas del Conaculta), Navegaciones ZUR (del Centro Yucateco de Escritores), Revista de la Universidad Autónoma de Yucatán, Bajío Cultural, Artículo 7, Delatripa. Narrativa y algo más (independiente); en las colecciones "La hoja murmurante" (El color del cristal, 1995, plaquette de relatos), "La rana feroz" (Una historia de miedo, 2000, cuento para iluminar), y en las antologías Entre el silencio y la ira (Ediciones del Sudeste, 1992); La otredad (CRIPIL-ICY, 2006); Anuario de poesía 2007 (Conaculta, 2008), Vamos al circo (BUAP, 2016); Corto circuito (BUAP, 2017) Atorrantes (2018), Perversiones Atorrantes (2019) y Ferialuz (BUAP, 2019, en prensa).

Referencias primarias

Witz Rodríguez, Sergio Hernán

      2001 “Invitación (la patria entre mierda)” Criterios, número 44, abril de 2001: 17.

      www.jornada.com.mx/2005/10/24/index.php?section=opinion&article=a07a1cu

     1996 El bosque explicativo. Ciudad de México: Conaculta.

— 2002 Las partes nobles. S/L: Edición Personal La Patria Lujuriosa.

— 2004 Profanador de poemas.Campeche: Universidad Autónoma de Campeche.

— 2005 De cómo la mercadotecnia privatiza al poeta (Premio Nacional Efraín Huerta).  

      Ciudad de México: Gobierno Municipal de Tampico / Miguel Ángel Porrúa.

— 2006 Los mirones son de palo (poesía para niñas y niños). Campeche: Conaculta/

      Instituto de Cultura de Campeche/H. Ayuntamiento de Campeche

Referencias Secundarias

Avilés, Carlos “El poeta maldito” El Universal, lunes 27 de septiembre de 2004, recuperado de:

 https://archivo.eluniversal.com.mx/nacion/116120.html

Avile´s, Carlos “Juez da ‘escarmiento’ por ofensa a Bandera”, El Universal, jueves 08 de mayo de 2008. Recuperado de:

https://archivo.eluniversal.com.mx/nacion/159308.html#:~:text=Un%20juez%20federal%20decidi%C3%B3%20aplicar,de%20la%20PGR%2C%20insult%C3%B3%20al

Cossío Díaz, José Ramón y Silva Meza, Juan N.

“Voto de minoría que formulan el ministro José Ramón Cossío Díaz y el ministro Juan N. Silva Meza en el A. R. 2676/2003 (Quejoso: Sergio Hernán Witz Rodríguez), fallado por la primera sala de La Suprema Corte en su sesión pública de 5 de octubre de 2005”

Isonomía número 24 México abril de 2006; versión impresa ISSN 1405-0218. Recuperado de:

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-02182006000100013

Notimex

“Multan a poeta con 50 pesos por Ultraje a Insignias Nacionales”, 7 de mayo de 2008. Recuperado de:

https://wradio.com.mx/radio/2008/05/07/nacional/1210205940_592183.html

The Sidney Morning Herald

https://www.smh.com.au/world/mexican-rave-may-put-poet-in-jail-20041030-gdk0m4.html

 

[1] http://guaymascarnaval.blogspot.com/2010/12/galerias-poetas-ganadores-de-los-juegos.html

[2] Avilés, Carlos “El poeta maldito” El Universal, lunes 27 de septiembre de 2004, recuperado de:

 https://archivo.eluniversal.com.mx/nacion/116120.html

[3] APRO “Niega la SCJN amparo al ‘poeta maldito’: Witz Rodríguez ultrajó a la bandera, resolvió. Podría ser condenado hasta cuatro años de prisión”, jueves, 6 de octubre de 2005. Recuperado de:

https://www.proceso.com.mx/nacional/2005/10/6/niega-la-scjn-amparo-al-poeta-maldito-54373.html

[4] Carbonell, Miguel “Ultrajando a la Constitución. La Suprema Corte contra la libertad de expresión”, Revista Latinoamericana de Derecho, año 4, números7-8, enero-diciembre de 2007: 129-144.

Recuperado de http://historico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/revlad/cont/7/cnt/cnt5.pdf

[5]Mendez Ortiz, Alfredo “‘Ultraje’, determina la Corte al juzgar el poema ‘La patria entre mierda’” https://www.jornada.com.mx/2005/10/06/index.php?section=politica&article=016n1pol

[6] Cossío Díaz, José Ramón y Silva Meza, Juan N.

“Voto de minoría que formulan el ministro José Ramón Cossío Díaz y el ministro Juan N. Silva Meza en el A. R. 2676/2003 (Quejoso: Sergio Hernán Witz Rodríguez), fallado por la primera sala de La Suprema Corte en su sesión pública de 5 de octubre de 2005”. Isonomía número 24 México abril de 2006; versión impresa ISSN 1405-0218. Recuperado de:

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-02182006000100013

[7] "Le niega la Corte un amparo al poeta campechano Sergio Wits, quien buscaba evitar que se le sometiera a juicio por haber difundido el poema "La patria entre mierda". Recuperado de:

https://www.noroeste.com.mx/nacional/van-contra-poeta-por-injuria-a-la-bandera-LYNO27278

[8] Avilés, Carlos “Juez da ‘escarmiento’ por ofensa a Bandera”, El Universal, jueves 08 de mayo de 2008. Recuperado de:

https://archivo.eluniversal.com.mx/nacion/159308.html#:~:text=Un%20juez%20federal%20decidi%C3%B3%20aplicar,de%20la%20PGR%2C%20insult%C3%B3%20al

[9] Bellinghausen, Hernán “De patria y mierda”, La Jornada, lunes 24 de octubre de 2005. Recuperado de:

https://www.jornada.com.mx/2005/10/24/index.php?section=opinion&article=a07a1cul

[10] Proceso, Redacción “Rechaza Witz Rodríguez haber ultrajado los símbolos patrios”, viernes, 25 de abril de 2008. Recuperado de:

https://www.proceso.com.mx/nacional/estados/2008/4/25/rechaza-witz-rodriguez-haber-ultrajado-los-simbolos-patrios-24526.html

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