UNICORNIO: Tras bastidores

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domingo, 25 de diciembre de 2022 · 16:32

Creación conjunta: la interacción entre la escenografía y el actor

 

El teatro es un foro donde se reúne la gente para ver y oír, estar y pensar.

Robert Wilson

Introducción

La química tiene una premisa que dice que la materia no se crea ni se destruye, se transforma. Yo creo que la escenografía tiene una premisa similar, pues el espacio escénico no sale de la nada ni es parte de un algoritmo de objetos para ser de agrado a la vista, sino que se transforma a través de un proceso creativo que envuelve a un grupo de artistas dentro de una obra.

El actor se involucra en diversos campos creativos y artísticos. Es decir, el trabajo del actor se vincula con la danza, la música, el teatro, el performance, el circo, las artes visuales, el cine y la arquitectura. Por lo mismo, éste debe adentrar su aprendizaje en dichas áreas artísticas para tener una gama de conocimientos que le permitan un mejor desempeño en su trabajo. Siendo un artista multidisciplinario, así como debe saber acerca de la teoría y la técnica teatral, también debe conocer sobre de las diversas disciplinas científicas, artísticas, corporales y culturales que conforman el universo teatral. Una de éstas es, por supuesto, la escenografía. De igual forma, la relación entre el actor y la escenografía es importante porque ambos fungen como peones a la hora de montar una obra. Tal como lo que expuso Anne Ubersfeld en Semiótica Teatral sobre el espacio teatral compuesto por los actores, la escenografía y la utilería. Esto último brinda un margen introductorio al inevitable conjunto que forman éstos.

Independientemente de que un actor construya y diseñe una escenografía o no, éste siempre convergerá con ella como parte de una colaboración atmosférica en la obra y lo hará imprescindiblemente. La escenografía tiene un propósito más allá de ser una simple decoración y ésta conlleva una semiología que es parte de la formación entre el actor y el espacio con el que éste interactúa.

La escenografía aborda un esteticismo en el diseño, pero también una funcionalidad en el espacio; como alguna vez lo explicó el director de escena, Robert Wilson, refiriéndose a la escenografía como algo que se piensa con imágenes en vez de con palabras. Por eso mismo, la escenografía tiene un rol fundamental en el desarrollo y crecimiento del actor, ya que éste piensa y expresa su labor creativa a través del intercambio entre las palabras, el trazo corporal y el espacio en el que se concentra.

Historia de la escenografía

Los inicios de la escenografía comienzan en la antigua Grecia. Los griegos usaban las artes visuales en lo que ellos llamaban skene, el resto de la ambientación se la imaginaba el público; ésta era la parte posterior del escenario y fue el primer espacio escénico. Asimismo, utilizaron los bastidores y el deux ex machina que eran apariciones de los dioses sobre la escena en una plataforma y que es el antecedente de la tramoya.

En el año 1584 en Italia, Sebastiano Serlio escribió sobre los objetos que serían representados en la obra con respecto a las emociones y los elogia en Tratado sobre los escenarios. En este siglo, Serlio se convierte en el primer escenógrafo en agregar perspectiva y realismo a sus dibujos y divide las ilustraciones según la trama de la obra, separando así el diseño escenográfico en cómico, trágico y satírico. Tiempo después, la ópera explotó el desarrollo del trabajo artesanal y artístico del teatro para maximizar una adecuación espacial. Surgieron los telones de terciopelo, los decorados pintados y las máquinas que permitían la recreación de ángeles en el cielo, de dragones o de nubes.

En el neoclasicismo se incorporó la iluminación escénica. Sin embargo, a falta de electricidad se utilizaba gas y, desgraciadamente, ocasionó múltiples incendios. También se integraron los decorados sintéticos, como las flores y plantas. En el vanguardismo del siglo XX, se evitó el uso de las bambalinas y los telones ya que surgieron las estructuras tridimensionales como las construcciones espaciales y las instalaciones.

Finalmente, en el siglo XXI se incluyeron las luces led, las computadoras que agilitan el movimiento escenográfico, el sistema de rieles y se añadieron los elementos cinematográficos como la proyección de imágenes o películas fotográficas para adecuar la escena con paisajes o estímulos audiovisuales.

El rol de la escenografía

La escenografía consiste en crear el ambiente que será parte de la obra. Esto le facilitará al espectador adentrarse en la realidad teatral propuesta para sentir un contacto emocional. También es un lenguaje que admite una introducción a los personajes y el tono. Ésta es parte del lenguaje de la obra y va a transmitir una percepción crítica más allá de ser únicamente una organización del espacio. En palabras del escenógrafo mexicano, Gabriel Pascal: el teatro trata de lo humano no trata de puertas, ventanas, trastos y esas cosas, trata de seres humanos; entonces me interesa cómo relacionar a estos seres humanos en el espacio (Gabriel Pascal, 2016, min. 8:04).

En la entrevista hecha por la dramaturga mexicana, Bárbara Colio, para Descorche, el arquitecto mexicano Jorge Ballina, explica cómo el escenógrafo es un co- director y debe pensar de manera global. Asimismo, Ballina hace enfoque en el espacio como algo que ocasiona que el trazo de la obra sea de cierta manera. Él dice que antes de diseñar, se necesita leer la obra y escuchar la música que habrá, para luego crear la escenografía junto con el director. A su vez, a Ballina le parece importante el trabajo en equipo entre director, actores, vestuaristas, maquillistas, iluminadores, diseñadores sonoros y escenógrafos. Siguiendo la forma de pensar de Ballina, Bárbara Colio menciona que se necesita comunicación. Partiendo de esto, se puede entender que la escenografía se une con el resto de las disciplinas y es importante el trabajo artístico en comunión para determinar la atmósfera de la obra.

Para completar el trabajo de la escenografía, ésta se divide en cuatro tipos diferentes. Uno es el realista y le presenta al espectador un mundo cercano a él, surgió a partir del teatro naturalista del siglo XIX. Otro es el abstracto, es subjetivo, no delimita un tiempo ni un lugar y juega con la imaginación del espectador. También está el sugerente que consiste de un realismo simplificado, es decir el espacio se determina pero combina lo real con lo abstracto. Por último, está el funcional que utiliza a la utilería necesaria manteniendo todo al margen. Solo se utilizan cosas exactas para presentar la obra. Esta tipología sirve como clasificación dentro de la expresividad en la escenografía; tarde o temprano el actor interactuará con ésta y desarrollará a su personaje en conjunción al entorno propuesto tanto por el tono de la obra como por el objetivo de la escenografía. De igual forma, Pascal muestra el rol de la escenografía como parte expresiva de la obra diciendo: pienso en términos de acción, a veces hasta de poesía, cómo darle una vuelta para lograr una metáfora en esta relación espacial (Gabriel Pascal, 2016, min. 8:26).

Otra herramienta de trabajo para encontrar la función de la escenografía es el diario artístico. Éste puede ser conveniente en un actor y un escenógrafo. Sirve para compilar imágenes, ideas y el proceso creativo que se desarrolla durante el montaje de una obra. Básicamente es donde un artista plasma su tren de pensamiento, refleja su ingenio y todo aquello que transcurre en su mente y que es necesario para crear algo.

La relación entre la escenografía y el actor en las obras de teatro

Como se ha mencionado antes, la escenografía es parte de lo que se necesita para englobar una obra y ésta debe partir de la emotividad. La atmósfera se crea con base en diversos trabajos y uno de esos es la integración de la labor artística entre el actor y la escenografía.

En todo arte, incluyendo la escenografía, es importante el vínculo entre la emoción y la expresión. Para tener una mejor comprensión sobre esto, se puede observar el trabajo de la escenógrafa británica, Esmeralda Devlin, con el resultado de su diseño para Faith Healer en el 2016, dirigida por Lyndsey Turner; una serie de monólogos bajo la lluvia con un tono de desolación. El escenario simulaba la lluvia con gotas de agua que caían de una estructura que se sostenía del techo y éstas funcionaban como una especie de telón. Devlin puntualiza que desde la visión de los actores, disfrutaban el modo en que se revelaban y ocultaban al comienzo y al final de cada monólogo (Esmeralda Devlin, 2018, min. 7:32). Esto es un claro ejemplo del enlace que existe entre la escenografía y el actor y cómo progresan el uno con el otro. También Devlin aclara cómo pudo sentir a la audiencia experimentando las emociones de la obra como una respuesta que cualquiera pudiera tener ante la lluvia iluminada en una pequeña y oscura caja (Esmeralda Devlin, 2018, min. 8:08). Una observación para tomar en cuenta sobre la transdisciplina entre el actor y la escenografía es que se complementan mutuamente. Cada actor debe aprender esta conjunción multidisciplinaria como parte de su formación. El actor no es un eslabón dentro de un mecanismo, sino que es parte de un sinfín de conexiones entre sí mismo y el entorno de la obra. Obviamente esto incluye la relación directa entre la escenografía y la actuación, la influencia que uno tiene sobre el otro e incluso las repercusiones psicológicas que se puedan hallar. Por ejemplo, en el diseño de Devlin para el montaje de Macbeth en el 2003 dirigida por Keith Warner, la escenografía sirvió como espacio psicológico como metáfora de los trucos que se jugaban (Esmeralda Devlin, 2018, min. 19:07).

A su vez, Robert Wilson es un director estadounidense de teatro que fusiona las artes visuales con la escenografía y el actor, se enfoca en la comunicación no verbal y transmite un lenguaje a través de la iluminación y el universo visual basándose en la geometría. En sus obras acompaña sus ideas y su trabajo con la banda sonora y el estímulo auditivo que determinarán el trazo escénico. Wilson complementa la riqueza del personaje presente en la esencia del actor coordinada con el espacio escénico, plasmando explícitamente el encuentro directo escenografía-actor.

 La subjetividad es parte de su metodología creativa, el personaje en Stanislavski se transforma en intérprete en Wilson (Valiente en El teatro narrado desde la escenografía, pág. 31). Wilson busca en el actor un trabajo desde su espíritu, con un estado mental abierto y una actitud positiva al proyectar el papel. Asimismo, Wilson narra el tiempo haciéndolo presente y convirtiéndolo en personaje creando una estética expresionista de carácter libre, lo que desemboca en la envoltura necesaria de la tarea de la escenografía junto con la del actor. Una obra que ejemplifica claramente el trabajo de Robert Wilson es The Old Woman, donde el texto acompaña a la imagen y al sonido y en la cual los actores, Willem Dafoe y Mikhail Baryshnikov, entrelazan la expresión del personaje con el espacio.

Conclusión

La escenografía y el actor no son elementos por separado que se enfocan mecánicamente en un solo objetivo. Juntos buscan una meta que consiste en la creación y ambientación escénica para una obra de teatro. Los actores deben comprender esta correlación y explorar todas las posibilidades dentro de ésta con la finalidad de desarrollar un trabajo colectivo. Es consigna del actor tener una inteligencia transdisciplinaria con fundamento en el arte y la cultura, eso también consta del conocimiento sobre otras áreas de investigación, creación e imaginación aparte de su línea artística. Esto último implica que todo lo que conforma al teatro es relevante y está relacionado con lo demás, siendo el caso de la participación de la escenografía unida a la del actor.

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