La Orquesta Sinfónica de Minería prepara su primera temporada virtual

Shari Mason, concertino mexicana, participa en dos de los siete homenajes que prepara la OSM
martes, 22 de junio de 2021 · 08:54

La Orquesta Sinfónica de Minería (OSM) continúa los preparativos para emitir su primera temporada de verano totalmente virtual, a llevarse a cabo del 3 de julio al 15 de agosto vía streaming. En ella, se emitirán siete homenajes en programas dobles, todos bajo la batuta del director artístico Carlos Miguel Prieto, que abarcan 300 años de repertorio sinfónico (del siglo XVII al XX) y comprenden 26 obras de 18 compositores, entre ellos cuatro mexicanos.
Una de los músicos insignes, presente en dos de los homenajes (a Guillermo Prieto y a Bach), es la violinista Shari Mason, concertino de las orquestas Sinfónica de Minería (desde 2013) y Sinfónica Nacional. POR ESTO! tuvo la oportunidad de conversar con ella.
La memoria musical de Mason inicia cuando tenía tres años de edad. “A esa edad, ¿qué significaba el violín para mí? Era una ilusión. Creo que, durante toda mi niñez, el violín, y la música en general, fueron mis compañeros. Era un juego con mis mejores amigos. El violín sigue siendo mi compañero de vida, mi confidente. La música es a lo que he decidido dedicar mi vida. Es el alimento más grande para el alma que tengo todos los días. La diferencia principal ahora es la responsabilidad tan grande que creo que implica ser artista en tu propio país, de difundir la cultura para acercarla al público, a la gente que quizá no ha tenido la oportunidad de estar cerca de la música”, dice, alegre, quien ha madurado sus cuerdas hasta volverse concertino, primer violinista de una orquesta.


El repertorio de Mason incluye el Concierto para dos violines y cuerdas, Moz-Art á la Haydn, de Alfred Schnittke, y los conciertos para violín y orquesta de Johannes Brahms, Ludwig van Beethoven, Jean Sibelius y Alexander Glazunov.
“Estar en la profesión de concertino es una lección de vida constante. Se aprende a liderar un equipo. No es cuestión de mandar; es algo mucho más cercano: aprender de tus colegas, con la suficiente humildad para saber que todos en el mundo nos equivocamos y que todos podemos mejorar, porque todo es perfectible. Aprender de cada uno de mis colegas es una enorme fortuna que sucede día a día. Se aprende a tener paciencia con los demás y con uno mismo, así como tolerancia. Cada grupo tiene su ritmo y exige habilidades diferentes de ti. Debes tener la capacidad para ser lo suficientemente flexible para reaccionar y darle a la orquesta lo que está pidiendo de un concertino. ¿Qué es lo más valioso que aprendo en la silla de concertino? Todo. Cada minuto trae aprendizajes valiosos”, dice quien ha liderado, en distintas ocasiones, la melodía del máximo ensamble musical en el país.
Una de las obras que Mason interpretará en los homenajes es la monumental Sinfonía no. 41 “Júpiter”, de Mozart. ¿Cómo es posible, siendo una música profesional con una de las mejores orquestas a su lado, saber que la interpretación es correcta? “Francamente, creo que no lo sabremos nunca”, responde Mason. 


“Cada vez que tocamos una obra, por ejemplo, la Sinfonía no. 41, de Mozart, tan escuchada y conocida, encontramos algo nuevo”, aclara. “Lo mismo con Bach, con cualquier obra suya. En el momento de retomarlas, ya no eres la misma persona que fuiste ayer o hace un año, o la última vez que tocaste esa obra. Pero, ¿cómo saber que haces lo correcto? Obviamente tienes el contexto histórico; investigas acerca de la época. ¿Cuáles eran los instrumentos que conocía Mozart? ¿Qué tipo de violín? ¿En qué momento de su historia se encontraba el violín cuando Bach escribió Concierto para dos violines? Ese es un constante cambio, creo yo. Mientras nuestra sociedad avanza, el enfoque a nuestra interpretación también va cambiando”.
Continúa: “también existen modas y tendencias que influyen en la interpretación que uno tiene. Así, creo que no hay una verdad absoluta para decir si se está interpretando bien o no. Eso es donde recae una parte del valor más grande del trabajo del intérprete: precisamente, interpretar. Debes hacerlo con una partitura de un compositor que escribió hace cientos de años. Nunca vas a poder hablar con él ni conocer la verdad absoluta. Debes tomar tus propias decisiones y, dentro de esa interpretación, que, en mi opinión, tiene que ser lo más cercano a lo que lees de un compositor y de su contexto, incluir la personalidad del intérprete. Hay que tener un carácter propio, porque cada uno de nosotros es un individuo distinto en sus enfoques y maneras de sentir. En el arte, esa es la esencia de lo que hacemos y de la expresión humana”. 


De esta manera, la concertino sostiene que “no hay una forma correcta o incorrecta; hay gustos, hay diferentes interpretaciones. Si tuviera que recomendar que el público se fije en algo en particular, pediría, en lugar de eso, que se pregunten qué provoca en ellos lo que están escuchando. ¿Te gusta o no te gusta? ¿Tienes una reacción? ¿Te estás involucrando? Si lo haces, ¿qué es lo que te hace involucrarte? ¿Qué te llama la atención? Quizá sea el discurso del artista o la obra en sí, o los cambios armónicos y los colores que te da la orquestación. Hay tanta riqueza en la música, y en el arte, que lo importante es que tenga un impacto en quien está escuchando”. 
Quien observe la programación de los siete homenajes con detenimiento, podrá notar que las compositoras mujeres están ausentes en los repertorios. “Eso es algo que siempre seguiremos aprendiendo y descubriendo. Desde luego que me encantaría que se incluyera más compositoras. Hay tantos escritos y discusiones al respecto. Creo que también es un proceso, y nos falta aprender mucho y hacer investigaciones más profundas para ofrecerle al público una variedad más amplia en el repertorio que incluye a grandes compositoras, mujeres, a través de la historia”, comenta Mason. 
Para Shari, la temporada de verano 2021 de la OSM, “personalmente, es una de las más especiales y emotivas que he tenido en mi vida. Estuvimos más de un año sin poder tocar juntos. Nuestra labor es hacer música en conjunto. No estudias ocho horas diarias para tocar sola, en la sala de tu casa”. 


“El propósito, en realidad, es la expresión humana, es compartir en un diálogo sin palabras. Poder reunirnos de nuevo a platicar con música, entre colegas, con la grandísima ilusión de compartir eso con el público, no tiene precio. Eso hace de esta temporada, para mí, algo realmente especial. En soledad no se puede compartir. Una parte importantísima de la música que hemos revalorado en estos momentos, cualquiera que se dedique a esta profesión, es la de compartir con nuestros compañeros, seres queridos y, por supuesto, con el público”, dice la artista.
Para conocer más acerca de la programación virtual que ha preparado la Orquesta Sinfónica de Minería, el portal www.mineria.org.mx se encuentra disponible en todo momento, en cualquier lugar del mundo y para todo amante de la música.