¿A qué sabe la Patria?, el concurso nacional que podría dominar Yucatán

Aún es momento de votar por el platillo maya que representa al Estado en un certamen nacional
viernes, 18 de junio de 2021 · 08:19

Un exquisito plato de la cocina tradicional maya, elaborado a base de pepita, podría ser el gran ganador del concurso gastronómico nacional “¿A qué sabe la Patria?” si cuenta con el voto de la gente. El video Kaaxil sikil (pepita de pollo) puede verse en el perfil de la Secretaría de Cultura de México en redes sociales.  Cualquier persona puede ingresar a emitir su voto una sola vez al enlace https://bit.ly/3gv5RMd hasta el 20 de junio. El lunes se sabrá el ganador.
En entrevista exclusiva con POR ESTO!, Addi María Ay Ché y Érika Evangelina Puc Ay comparten la historia del guiso que ha colocado a Yucatán en la ronda final
“Nosotros somos humildes. Crecimos humildes. Somos ocho los que crecimos en una casa con mi papá. Mi mamá me enseñó. Ella tenía que buscar la comida diaria. Con la semilla de calabaza empezó a hacer esa comida, el Kaaxil sikil, antes que creciera del pollo de patio. La mercancía que traía mi papá, que trabajaba la milpa, es la calabaza, la semilla de la calabaza, frijol, espelón. Todo eso sembraba mi papá”, cuenta Addi Ay. 


“Decía mi mamá: ‘voy a hacer pollo, hija’. ‘¿Qué pollo, mami?’, le digo. ‘Vengan a ver cómo lo voy a hacer’. Y veíamos cómo lo hacían”, relata quien ahora ha enseñado la receta a sus hijas, Érika y Wendy.
Los ingredientes para elaborar el Kaaxil sikil, según el video con el que concursa la Familia Puc, son: pepita, pimienta negra, ajo, pimienta tabasco, achiote, canela, sal, hierbabuena, colis, agua, masa para tortilla y, para acompañar, chile habanero y naranja agria. 
El agua se pone a hervir en una olla grande. El ajo, la pimienta tabasco y la canela se tamulan juntas en un molcajete, para ser agregadas al agua. Las semillas de achiote van a una jícara y se les vierte agua templada. Se deslíen hasta que se consiga un tono rojo. 
El agua se vierte en la olla, colando la semilla de achiote, y se deja hervir. Una cucharada sopera de sal, o según sea el gusto. La pepita se tuesta en una sartén, para después molerla y así obtener el “polvo húmedo”. 
Con él, se amasan hasta formar una especie de albóndigas. Deben exprimirse para extraer el aceite de la pepita, para agregarlo a los ingredientes de la olla. Las “albóndigas” van a la olla, cuidando no romperlas. Se agregan las hojas de colis, y se deja cocer durante 30 minutos. Ya listo, se agrega la hierbabuena y se deja reposar. Las tortillas se hacen a mano.
“Mi mamá tiene 84 años. Mi papá ya murió. Así como lo hacía mi mamá, lo he conservado”, dice Addi. 


La participación de la Familia Puc en el concurso se decidió en tiempos difíciles. “Hace poco que se murió mi esposo, Anastacio Puc Tun, por COVID. El 3 de agosto se cumple un año”, se duele la voz de Addi. “Estuve muy triste, tirada en mi hamaca. Mi yerno, buscó el programa. ‘¡Dios mío!’, le digo. ‘Voy a pensarlo mucho’. Mi yerno contestó que no tenía nada qué pensar, que con eso me iba a distraer. Fue muy grande mi problema en mi casa. Me enfermé de mi presión. Pero ahora estamos saliendo adelante”.
Érika sigue las palabras de su madre. “Las pepitas que utilizamos para la última grabación que vinieron a hacer los de México, el 30 de mayo, fue de lo que mi papá había cosechado. Para nosotros, significa mucho. Hace cuatro años que él tuvo buena cosecha de calabaza. Sacó las pepitas, las secó y las guardó en un bidón. Usamos lo último que quedaba de la cosecha de mi difunto papá. Nos sentimos bien, porque sabemos que él está contento. Desde donde él esté, nos está viendo, y esperamos que esté feliz”.
La Familia Puc concursa en la categoría de colectivos. De resultar ganadoras, recibirían 150 mil pesos. “Estoy pensando en mi milpa, en empezar de nuevo mi vida. Con ese dinero, voy a hacer que crezca otra vez”. Addi rebosa en entusiasmo.
“Fue algo de sorpresa para nosotros”, continúa Érika. “Somos una familia común de Yucatán. Cuando nos dijeron, nos pusimos muy contentas. A veces, mi mamá se siente mal, porque ella piensa que, como los otros platillos lucen diferente, tienen más posibilidades. Se desanimó un poco. También, nos pidieron que la receta fuera en español, y ella sabe mejor la lengua maya”. 
Érika añade que, “para esa receta que salió en video, hubo muchas personas que nos ayudaron en la edición, incluso para redactar lo que sabe mi mamá. Somos un grupo conformado por nuestra familia, la familia Puc”. 
¿Las tradiciones de la cocina maya se diluyen por el desuso? Addi piensa “que se está perdiendo, de hecho. Todas las personas que saben hacer la cocina así se están yendo. Hay que recordarlo, para que lo aprendan los que están creciendo. Esta comida es saludable. Pueden hacerlo fácil. No debe perderse lo que nos enseñaron nuestras abuelitas y abuelitos. Es lo que les digo a mis hijas. Hay que practicar lo que nos tiene enseñado mi mamá”. 


Para la más joven, el coronavirus trajo consigo aprendizajes. “Nos mostró que hay que volver a esas comidas sanas, sin conservas ni químicos. Hay que poner en alto el nombre de la milpa, que resuena mucho en Yucatán. Nosotros intentamos rescatar las cosas que muchos piensan que no son importantes”. 

Para la Familia Puc, ¿a qué sabe la patria? Érika y su madre responden. La hija traduce del maya yucateco varias de las palabras de la mujer a su lado. “México sabe a la comida de Yucatán, la comida de la gente, de los más humildes. La gente más humilde es la que conserva la tradición de hacer comida con las cosas que nosotros sembramos en nuestra milpa. Para nosotros, la patria sabe a Yucatán”.