Romper el sonido, la poesía del corazón de maíz

Pedro Uc Be, escritor en lengua maya, mereció un galardón en el festival internacional Arica Barroca
miércoles, 5 de mayo de 2021 · 11:12

Dos lenguas, el maya yucateco y el español, se unen en Pa’ataj wa pa’ ajuum / Romper el sonido, un poema latente, nacido en la experiencia del despojo y el despertar de las comunidades mayas en la actualidad. La obra de Pedro Regalado Uc Be, escritor y activista, mereció el Premio Fomento a la Creación Artística 2021 en la categoría de poesía, en el marco del VIII Festival de Arte Sur Andino Arica Barroca, compartiendo podio con otros cinco artistas de Chile, Perú y Bolivia en distintas ramas. El autor revela a POR ESTO! el sentido de su obra, iniciando por el título:

“El término en lengua maya es bastante rico. Cuando se traduce al español, en un primer momento se busca la compatibilidad entre lo que se quiere entender en español con lo que se desea comunicar en maya. Pero cuando vamos a la raíz del término, podemos descubrir que hay una riqueza enorme en los sentidos del idioma que no se logran reflejar en el español. En este caso, la palabra ‘Pa’ataj’, que se traduce normalmente como ‘esperar’, va mucho más allá de sólo entender una espera. Si descomponemos la palabra, compuesta de dos vocablos, tenemos ‘romper’, ‘Pa’, y ‘sonido’, ‘taj’”.

Uc Be pretendió mostrar con el poema “que hay, en el contexto de la historia del pueblo maya, un ruido que tiene que ver con las distintas vejaciones, sufrimientos y dolores por los que hemos pasado. Pero llega un momento en que se rompe ese ruido de dolor, y se pone a esperar. Y en esa espera, se piensa lo que puede seguir, no desde el ruido colonizador, sino desde el nuevo sonido de la memoria de los pueblos mayas”.

Su cultura “es una experiencia, más que una historia. Cuando uno camina en las comunidades, se siente esa manera de vivir y convivir de esos pueblos. No es una cosa que esté en el pasado o en la ficción; se encuentra en cada paso, respiro, acto y creación de las comunidades vivas. Justo por eso es que, al día de hoy, los pueblos mayas tenemos amparos en contra de los megaproyectos que destruyen nuestras comunidades. Eso es muestra de la resistencia y de la esperanza”, piensa el poeta.

Antier, el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó una ceremonia para “pedir perdón” a las comunidades mayas, recordando el fin de la Guerra de Castas. “Me parece una cosa tan fuera de lugar que se pida perdón en abstracto, porque no se entiende, primero, el perdón, que debería discutirse con toda la península de Yucatán”, opina el activista. “Tihosuco, en el municipio Felipe Carrillo Puerto, no fue el único pueblo involucrado en la guerra. Los que han impulsado este evento lo hacen en el marco de una campaña organizada desde su partido. Pero no es por ahí. Además, ¿cómo pedir perdón en el momento en que nos están destruyendo la vida? ¿Cómo pedir perdón cuando alguien está sometido en el suelo y otro, que lo tiene montado, le golpea el rostro? Es un contrasentido”.

No sólo eso: “¿qué pasa con evitar y parar el daño? Y más allá: ¿qué hay con resarcirlo?”, añade el también defensor de los territorios mayas.

El abuso contra las comunidades, afirma Uc Be, es estructural. “El segundo artículo de la Constitución habla sobre que, originalmente, los pueblos indígenas debemos ser sujetos de derecho. Pero hubo una traición y por eso se rompen los Acuerdos de San Andrés, y se pone que somos sujetos de interés públicos, equiparándonos con una cantina, con un prostíbulo, con un parque. Eso es lo que debería repararse legalmente, y no hacer un montaje que tiene que ver con intereses electorales y partidistas. Esto es una burla, en síntesis. Debemos romper ese sonido, ese oportunismo, pararnos, esperar, reorganizar nuestra memoria y rebeldía y comenzar a construir lo nuestro, lo maya”.

¿Cómo ayudar a esta lucha? “Lo maya no se puede reducir a un color de piel ni a una lengua. Lo maya tiene que ver con el corazón y el pensamiento, con los valores universales que defienden la vida. Eso, me parece, es lo maya. Todos los seres humanos estamos convocados a defender el agua, la tierra, la lluvia, los animales. Cualquiera de nosotros que sienta ese latido, que nosotros llamamos ‘latido de maíz’, está llamado a esa defensa. Debemos luchar desde donde estamos y desde lo que hacemos”.