Por plagio, alzan la voz

La diseñadora Isabela Marant ha sido señalada por instituciones culturales y artísticas de México por el plagio de diseños purépechas en sus colecciones.
lunes, 9 de noviembre de 2020 · 12:40

Desde finales de octubre, la diseñadora francesa Isabel Marant se ha visto envuelta en la polémica y señalada en repetidas ocasiones por parte de representantes de instituciones culturales y artísticas de México por el plagio de diseños de artesanos purépechas para integrarlos en una de sus colecciones compuesta por gabanes, fajas y servilletas.

La primera en hacerlo fue la presidenta de la Comisión de Cultura del Senado, Susana Harp, quien, en el pleno de la Cámara Alta, acusó el plagio de diseños originales de las culturas tradicionales mexicanas. Colocando en la tribuna una serie de imágenes de prendas que Marant comercializa en su página web, recalcó que no existe ninguna retribución a los pueblos purépechas, a quienes les corresponde la titularidad de derechos.

“Isabel Marant ya lo ha hecho antes con elementos de las culturas del estado de Oaxaca, y en aquella ocasión con el diseño de Santa María Tlahuiltoltepec”, señaló la senadora por Morena, quien aprovechó para pedir a todos los integrantes del Senado, a que formularan un pronunciamiento para enviárselo al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón.

Poco después, en conferencia de prensa que contó con la participación de los legisladores Susana Harp y Casimiro Méndez, detallaron que los pueblos purépechas afectados eran Charapan, Angahuan y Santa Clara del Cobre, en Michoacán; también explicaron que los diseñadores, al tomar estas expresiones tradicionales y reutilizarlas fuera del contexto, atentan contra el significado cultural.

En aquella ocasión, también estuvo presente el presidente municipal de Charapan, Josué Emmanuel Balboa Álvarez, quien también rechazó el actuar de Isabel Marant pues los artesanos en la actualidad “están tirados a la calle” a causa de la falta de ventas de artesanías. “Esta persona viene a dañar nuestra tradición, están matando a nuestros artesanos, nos están desmembrando la piel porque esta artesanía es nuestra identidad”, enfatizó.

Al ser cuestionada sobre un marco normativo, la senadora reconoció que no existe, y por ende, es imposible hacer un reclamo a nivel internacional. Recordó que buscaba el apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores para que se hiciera un convenio entre ambas naciones, pues “Francia es el país que más nos ha plagiado”, aseguró.

Sobre el tema de las colaboraciones internacionales enfatizó en que no se busca terminar con ellas y esperarían la postura de la Secretaría de Cultura.

Antes de que esta llegara, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas de México se sumó a través de un comunicado a la condena, argumentando que “el plagio vulnera el derecho fundamental de los pueblos indígenas de conservar y proteger su propiedad intelectual y su patrimonio cultural”.

El Inpi defendió los diseños y manifestaciones artísticas indígenas como productos de su historia, identidad, conocimientos y cosmovisión; e hizo un llamado para que la sociedad y las empresas respetaran el trabajo de los pueblos de México.

Fue hasta el pasado miércoles 4 de noviembre, que la titular de la Secretaría de Cultura, Alejandra Frausto, envió una carta a la diseñadora, solicitando una explicación sobre el uso de elementos culturales de pueblos originarios de México que aparecen en los diseños de su colección Etoile Otoño-Invierno 2020-21.

“Solicito que explique públicamente con qué fundamentos privatiza una propiedad colectiva, haciendo uso de elementos culturales cuyo origen está plenamente documentado, y cómo su utilización retribuye beneficios a las comunidades creadoras. Se trata de un principio de consideración ética que, local y globalmente, nos obliga a hacer un llamado de atención y poner en la mesa de la discusión pública un tema impostergable: proteger los derechos de los que históricamente se han invisibilizado”, afirma la misiva.

Continúa explicando que en la colección aparecen diseños pertenecientes a la cultura purépecha de Michoacán, cuyos símbolos tienen un profundo significado y el idioma no tiene ningún parentesco lingüístico con ninguna otra lengua del mundo. “Esta simbología es muy antigua y se ha conservado gracias a la memoria de los artesanos”.

Señala que además del plagio de elementos de la cultura e identidad de las comunidades purépechas de Michoacán, es posible distinguir las pertenecientes a San Miguel Chiconcuac y Gualupita en el Estado de México; San Bernandino Contla de Tlaxcala; la ciudad de San Luis Potosí, y Teotitlán del Valle en Oaxaca.

La carta finaliza invitándola a desarrollar un trabajo respetuoso con las comunidades indígenas dentro de un marco ético que no socave la identidad y economía de los pueblos y “apegado siempre a un comercio justo que coloque en un plano de igualdad a los creadores indígenas, empresarios y diseñadores”.

La última actualización en el caso, fue la del comunicado emitido por el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), en conjunto con las Casas e Institutos de Artesanías del país. En éste, explican que los artesanos de estas comunidades “trabajan desde hace cientos de años en la confección de gabanes de lana obtenida de ovejas que son criadas por ellos mismos, teñidas con los tintes naturales disponibles en su localidad y posteriormente, tejidas en la técnica del telar de pedal o colonial en el que plasman diferentes elementos como grecas y figuras zoomorfas que representan elementos naturales como las montañas, los ríos o la flora y fauna de sus comunidades”.

Hasta el momento, Marant no ha emitido respuesta y en su página web aún pueden observarse fotografías de las prendas señaladas, que tienen un costo 500 a 600 euros.

Un antecedente de esto, fue cuando en junio del presente año, el director creativo de Carolina Herrera, Wes Gordon, utilizó los pájaros y gallos rodeados de árboles y hojas sueltas que caracterizan la laboriosa técnica del bordado de los artesanos de Tenango de Doria, Hidalgo, y el diseño de otras dos comunidades mexicanas en su colección Resort 2020.

Ésta provocó una protesta del gobierno mexicano, que le pidió a Carolina Herrera (casa de modas icónica de Nueva York) una explicación sobre lo que consideró como una “apropiación” de la iconografía autóctona. Gordon, quien tomó hace un año las riendas creativas del emporio, argumentó que era un “homenaje a la riqueza de la cultura mexicana” y reconoció “el maravilloso y diverso trabajo artesanal” del país.

Por Gibrán Román Canto