“Penacho no era de Moctezuma”: Director del Weltmuseum

El quetzalapanecáyotl, ha sido motivo de disputa diplomática entre Austria y México en los últimos años.
viernes, 16 de octubre de 2020 · 08:22

Continúa la polémica en torno a la pieza arqueológica que se encuentra exhibida bajo el resguardo del Weltmuseum de Viena; y es que ahora su director, Christian Schicklgruber declaró que “definitivamente, el penacho no era de Moctezuma”.

Este frágil objeto de valor incalculable, asegura, perteneció a un sacerdote. Su argumento está basado en que, según los códices, el tlatoani “nunca llevó un penacho como ese”.

El quetzalapanecáyotl, como también se le conoce, ha sido motivo de disputa diplomática entre Austria y México en los últimos años, ya que por sus condiciones de desgaste es “imposible” que abandone el recinto etnográfico para ser trasladado a suelo nacional.

Recordemos que, en días recientes, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció en su conferencia matutina que le pidió a su esposa, la escritora Beatriz Gutiérrez Müller, una “misión imposible”: al hacer escala en el país alpino debía “insistir” en la devolución del penacho.

La reunión con el mandatario austriaco, Alexander Van der Bellen, fue casi fructífera a excepción por la negativa de por lo menos, cederlo en préstamo.

En sus redes sociales, el presidente mexicano aseguró: “se lo han apropiado por completo, al extremo de que ni a Maximiliano de Habsburgo se lo prestaron”.

¿Cómo llegó hasta allá?

Hay una versión en la que, se dice que la majestuosa pieza de decenas de plumas de quetzal unidas por centenares de placas de oro, fue un regalo que el tlatoani Moctezuma Xocoyotzin le hizo al explorador español Hernán Cortés, a su arribo a la zona centro de lo que ahora se conoce como México. Este, posteriormente se lo obsequió a Carlos, soberano de España y Austria.

Otra narrativa explica que Cortés lo tomó como botín durante la conquista.

Su aparición en el mapa, se remonta a la mención en el inventario de la colección del castillo de Ambras en Tirol, en 1596, detalla el responsable de la colección América del Norte y Central del museo, Gerard van Bussel. Sin embargo, no se sabe cómo llegó hasta Viena.

¿Y si se trae a México?

Aunque la solicitud de nuestro país está siendo analizada a profundidad por el Ministerio de Cultura austriaco, el museo aconseja que no se mueva de su resguardo.

La explicación es que una pieza de tal delicadeza podría sufrir daños irreparables. “Son plumas de 600 años de antigüedad”, advierte Schicklgruber. Él recomienda que permanezca en el Weltmuseum para “cuidarlo lo mejor posible y mantenerlo para las futuras generaciones”.

Hasta el momento han invertido más de 80 mil euros en el expositor, el cual cuenta con un sistema mecánico de primer nivel que lo protege de cualquier tipo de vibración. Incluso de las producidas por la gente al caminar.

Es más, tan frágil es que, para la muestra “Aztecas” actualmente exhibida en Austria, no se incluyó como parte del discurso curatorial para evitar que se moviera, aunque fuera en interior.

La única forma en que llegué a México, es que en unos años exista la tecnología que permita el traslado de forma ciento por ciento segura; pero eso sí, en calidad de “préstamo”.

Para dejar un pequeño escozor en la herida, para Christian Schicklgruber el Penacho de Moctezuma es “un legado compartido” entre nuestro país y el suyo. Tan es así que, aquellos ciudadanos mexicanos que presentan su pasaporte al entrar al museo, lo hacen de manera gratuita para contemplarlo.

Por Gibrán Román Canto