D. Lucas de Gálvez y su sentida partida

lunes, 22 de junio de 2020 · 06:05

Fragmentos meridanos

Antonio Novelo Medina

Hoy, 22 de junio, se cumplen 228 años que la ciudad de Mérida despertó con la noticia de que, por la noche anterior, un jinete emboscado y vestido todo de negro, incluyendo la cabalgadura y armado de una vara con un filoso puñal, asestó certera y mortal herida al Brigadier, Capitán General y Primer Intendente de Yucatán, D. Lucas de Gálvez y Montes de Oca; en el coche, iba acompañado de su tesorero Clemente Rodríguez Trujillo. Ya al filo de la media noche D. Lucas, ya era cadáver, este gobernante ha marcado un hito en la historia política de Yucatán, ya que desde que se hizo cargo del gobierno en 1788, acaparó el interés entre la población por su forma revolucionaria y visionaria de manejar a sus gobernados. Esta nueva forma de combatir la corrupción, desde los primeros años de la colonia imperaba entre el gobierno, el clero secular y entre una de las familias más adineradas de la ciudad, los Quijano, dueños de varias haciendas y encomiendas de la región, varios de sus miembros se movían en la política. Los problemas con Gálvez fueron de otra índole, por su participación a favor del casamiento de una de las hijas de la familia, a la cual el padre se oponía y esto debido a la corrupción entre los miembros de esta familia. Es así como la familia Quijano y el sobrino del obispo Fray Luis de Piña y Mazo, Don Toribio del Mazo, se vieron involucrados en el crimen, todas las sospechas “oficiales” recayeron con D. Toribio, ya que junto con D. Lucas, competían por una supuesta relación sentimental con Dña. Casiana Melo, esposa del Tesorero Clemente Rodríguez Trujillo, después de infinidad de dimes y diretes, entre los involucrados; mientras tanto, D. Toribio del Mazo fue encarcelado casi siete años en la tenebrosa prisión de San Juan de Ulúa, en Veracruz. El tiempo, gran catador de conciencias, hizo reflexionar a Esteban de Castro, a que se presentara ante el Juez Anastacio de Lara, con la confesión que él, el padre José D. Ignacio, el Rvdo. Armas y Manuel Antolín, acordaron dar cierta suma de dinero, para que por este conducto se diera muerte a Gálvez y el autor material fue Alfonso López, un comerciante de aguardiente, que tenía rencillas con Gálvez por haberle quitado varios indios bajo su “cuidado” y que recibían a cambio mal trato. Esteban de Castro estaba involucrado con la familia Quijano, ya que, a raíz de tener relaciones íntimas con Josefa Quijano, habían engendrado tres hijos de esta relación; al final de cuentas los involucrados, Antolín murió en prisión y los dos curas salieron libres. En desempeño en el poder, D. Lucas atrajo la atención de sus gobernados en estos ejemplos de trabajo, reconstruyó los muelles en Campeche y construyó el mercado, reconstruyó el camino a Izamal-Valladolid, el de sierra hasta Ticul y el de Campeche lo llegó hasta Chocholá, fomentó el cultivo del arroz y el tabaco, formalizó una compañía para la pesca que abundaba en nuestras costas, remitió al Consejo de Indias una iniciativa para crear una universidad con su edificio, reglamentó el cobro de impuestos al aguardiente de caña, disciplinó las milicias urbanas, fortificó el presidio de Bacalar y lo hizo más seguro militarmente, introdujo unas prensas para extraer aceite de la Higuerilla, que se usaba para el alumbrado público de Mérida, creó el hospital de leprosos en Campeche, construyó la Alameda de Mérida con cuatro carriles, con una glorieta (en la actual 54 x 65) en el lado norte se construyeron cuarteles militares, de estos hoy solo se conserva una placa de piedra señalando el lugar, por lo novedoso la Alameda era frecuentada por carruajes ocupados por señoritas de la sociedad y por eso se le llamó “El Paseo de las Bonitas”, con el tiempo este paseo desapareció y fue convertido en zona comercial, ya que a fines del siglo XIX, ya se llamaba Calle Ancha del Bazar. De la actual calle 65 x 54, al oriente se encuentra actualmente un monumento “La Cruz de Gálvez” que marcaba el inicio del camino carretero al oriente, Valladolid-Izamal. Un personaje que llenó espacio noticioso de ese tiempo, fue el Obispo Fray Luis de Piña y Mazo y su sobrino Toribio del Mazo, que era el “rival” de D. Lucas en sus lances amorosos, esta persona fue señalado como el autor del asesinato, por la cual mientras se aclaraba el crimen, Toribio, pasó casi ocho años en las insalubres tinajas de San Juan de Ulúa, en Veracruz, como ya se dijo anteriormente. No se conocía algún retrato de D. Lucas, mas en la Capilla del Cristo de las Ampollas, junto al Cristo, está una pintura de esa época dedicada al Sr. San José, en ella se ven retratados el Obispo Piña y Mazo y a la derecha está D. Lucas, que en tiempos mejores era devoto de San José. En la calle 61 x 58, hay una placa de piedra que señala el lugar exacto donde fue muerto nuestro personaje y es notorio que la ciudad de Mérida, a pesar de más de 200 años, lo recuerda, el mercado principal de Mérida, lleva su nombre y es que ha sido edificado tres veces. Y así al conmemorarse hoy 228 años de su sentida partida, la ciudad de Mérida recuerda con afecto al destacado gobernante del siglo XVIII, en este Fragmento Meridano.