Un relato: Radio Universidad y Max Aub

domingo, 18 de octubre de 2020 · 09:04

Antes de comenzar, quisiera que todos nos preguntemos lo siguiente: ¿Qué es un relato? ¿Cuál es la finalidad de relatar un momento, un suceso de trascendencia o incluso la vida misma? Y finalmente, ¿de quién o de qué depende que ese relato genere una respuesta y que incluso, perdure hasta nuestros días?

Este en sí inicia en el año de 1937, siendo más específicos un lunes 14 de junio. El auditorio Simón Bolívar de la Escuela Nacional Preparatoria, fue testigo de un suceso que modificaría la dinámica de consumo de la cultura en nuestro país.

Foto: Internet

Nace Radio UNAM

La música de la Orquesta Sinfónica y el Trío Clásico de la Universidad Nacional Autónoma de México, así como la voz de la soprano Celia Teresa Pin, acompañada de la violinista Eloise Roessler, fueron los primeros sonidos que se transmitieron a través de la frecuencia 860 AM, la señal de Radio UNAM.

En este acto su primer director, Alejandro Gómez Arias, pronunció el discurso inaugural, y el entonces rector de la Máxima Casa de Estudios de nuestro país, Luis Chico Goerne, declaró formalmente inaugurada a la nueva emisora.

De este momento, desafortunadamente sólo se tiene registro en papel con el cartel de la inauguración y el discurso pronunciado por Gómez Arias, el cual se encuentra disponible a todo el público en la página web de Radio UNAM. De ahí rescato lo siguiente:

“Nuestras estaciones estarán al servicio del país para el intercambio de ideas políticas y sociales. Por ellas podrán transmitirse todas las tendencias, todas las ideologías pues nuestra labor es para servir desinteresadamente a las clases imposibilitadas de congregarse aquí. Estaremos pues, al servicio de la cultura y al servicio del arte”.

Foto: Internet

Esta última línea, vendrá más adelante a colación. Ténganla presente.

México en los “nuevos tiempos”

Todo esto que les relato, se desarrolló en un México efervescente, un México situado en el régimen social del presidente Lázaro Cárdenas del Río. Su gobierno pretendía implementar una norma de educación socialista y si algo ha caracterizado a la UNAM, es precisamente la tradición liberal y positivista. Todo lo contario a lo que exigían los “nuevos tiempos”.

De tal modo que el titular del Poder Ejecutivo a inicio de su administración en 1934, al no contar con el respaldo de la UNAM, proyecta la creación del Instituto Politécnico Nacional, con el que impulsó la formación de los técnicos que el país necesitaba para desarrollarse.

Foto: Internet

Una radio diferente

Al proyectarse la creación de Radio UNAM, la Universidad y el Gobierno no se encontraban en la mejor de las relaciones. Para que la emisora pudiera concretarse fue crucial la figura de Chico Goerne, quien asumió el rol de rector a la salida de Fernando Ocaranza Carmona en 1935; así llegó la reconciliación y mayor acercamiento, según lo señala Victoria Lerner en su libro “La educación socialista”.

Según el libro “Memorias de Radio UNAM 1937-2007”, de la periodista Josefina King Cobos (el cual se publicó en el marco del 70 aniversario de la radiodifusora), la XEXX Radio Universidad, cito, “sería diferente, cultural y muy apartada en su programación y en sus fines de las grandes difusoras comerciales, cuyo propósito era lucrar con las ondas hertzianas”.

Ahí tenemos el caso de la XEW, la cual acaparaba el espectro con sus 5 mil wats de potencia, y que no se comparaba con los 1,170 del transmisor de onda corta de Radio UNAM; el cual cabe señalar tuvo un costo de 12 mil dólares, algo prácticamente imposible de pagar de contado para la institución.

Foto: Internet

Esta diferencia abismal de intensidad de la transmisión, tanto el libro de la Dra. King Cobos, así como su texto titulado “Breve historia del 860 AM” publicado en el número 75 de la revista “Rúbrica”, derivó en una curiosa anécdota: ¿cuáles eran los alcances de Radio UNAM? La respuesta (con aires de orgullo) siempre fue que llegaban hasta Argentina y Brasil, pero refiriéndose a las calles que se encuentran a tan sólo veinte metros de la calle Justo Sierra.

Desde 1937, poco más de una decena de directores ha tenido Radio UNAM. En este grupo existen dos que son considerados por algunos como los responsables de que la emisora se “cubriera de gloria” durante la década de los cincuenta y sesenta; me refiero a Pedro Rojas y Max Aub.

El buen ojo de García Terrés

Radio Universidad en aquella época se encontraba bajo la dirección de Difusión Cultural, encabezada por el escritor Jaime García Terrés, quien es considerado como el responsable de reunir a intelectuales y artistas de diferentes disciplinas con el fin de difundir la cultura moderna, de vanguardia, crítica e incluyente.

En un primer momento (de 1954 a 1960), Pedro Rojas sentó las bases del proyecto que culminó Max Aub. Primero modernizó las instalaciones y el equipo, obteniendo una mayor cobertura con calidad en la señal (en este lapso inician las transmisiones en FM); posteriormente se encargó de aumentar los tiempos de transmisión y remover la programación para presentar al aire nuevas series.

Renovando el periodismo cultural

El escritor y dramaturgo español (de origen francés) Max Aub, arribó al país en 1942 en el barco portugués Nyassa con carácter de Asilado Político en calidad de inmigrante, luego de escapar de la Guerra Civil Española y permanecer en campos de concentración en Francia y el norte de África. 

Sus primeros años en México los dedicó al periodismo, cine y docencia. Fue precisamente en la UNAM donde fue contemplado por García Terrés para formar parte de los intelectuales que le darían un giro a la dirección de Difusión Cultural.

Existen algunas referencias, como la nota publicada por Manuel Ramos Negrete el 18 de mayo del 2012 en La Jornada Oriente, que nombran a Max Aub como el responsable de la creación de la serie radiofónica titulada “Voz viva de México”, la cual tenía como función principal “rescatar las voces fundamentales de la ciencia, política y cultura del país” (esto proviene de la nota titulada “En las entrañas de Radio UNAM”, publicada por El Universal el 21 de junio de 2012, bajo la firma de Abida Ventura),

Alfonso Reyes, Gabriel García Márquez, Rosario Castellanos, Octavio Paz, Juan José Arreola y el propio Max Aub, fueron algunos de los escritores y pensadores participantes en la serie.

Voz Viva de México

A continuación, quiero compartirles un pequeño fragmento del audio que Max Aub grabó para la serie “Voz viva de México” en 1971. Se trata del punto clímax del cuento “La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco, en el que el personaje principal, el mesero mexicano Ignacio Jurado Martínez, de forma ficticia (pero que bien podría pasar por real) asesina al dictador luego de una épica travesía.

“Ignacio tomó un taxi, hizo que lo dejara en la calle de Génova. Bajó hacia la Plaza de Colón, tranquilamente se dirigió hacia la tribuna de los agregados militares extranjeros. Hacía un tiempo espléndido, el desfile había comenzado; la gente se apretujaba por todas partes; aviones por el cielo; pasaba la tropa con pasos contados y recios por el centro del paseo. El cielo azul, los árboles verdes, los uniformes y las armas relucientes, los espectadores bobos. Todo como debía ser. Se acercó a la entrada de la tribuna: - ‘Traigo un recado urgente para el general Smith, agregado militar norteamericano’-. Se cuadró el centinela. Pidiendo perdón, Nacho se abrió paso hacia la esquina izquierda del tablado. Apoyó la pierna zoca contra el barandal. A diez metros, en el estrado central, Francisco Franco presidía, serio, vestido de capitán general. Jurado sacó la pistola, apoyó el cañón en el interior de su codo izquierdo doblado –exactamente como lo pensó– ¿quién podía ver el estrecho círculo de la boca?). Disparó al paso bajo de unos aviones de caza. El estruendo de los motores cubrió el de los tiros. El Generalísimo se tambaleó. Todos se abalanzaron. Nacho entre los primeros, la pistola ya en el bolsillo del pantalón. Poco después, se zafó de la confusión, subió por Ayala hasta la calle de Serrano; frente a la embajada de la República Dominicana alcanzó un taxi”.

De la serie “Voz viva de México”, se tiene el dato que en 2010 fueron editados 164 títulos en discos de vinilo y 170 en discos compacto. Su valor propició que en 2006 fuera añadida al Registro Memoria del Mundo de México, reconocido por la Unesco.

Dentro de las páginas de la revista “Rúbrica” de Radio UNAM, en su número 75, en el texto “Un relator del mundo: Max Aub”, firmado por Axel Nájera; su autor deja ver la vitalidad de este personaje en la historia de la emisora. “El relato, hace notar una especie de responsabilidad”, menciona en unos de sus párrafos al referirse no solo al trabajo literario sino a la personalidad y nuevo rumbo que tomó la difusora en la década de los sesenta.

Llega la modernización

Max Aub fue nombrado director de Radio UNAM el 6 de marzo de 1961, sin embargo, no tomó posesión inmediata de su cargo por encontrarse en Europa de viaje; situación que algunos aprovecharon para tildarlo de espía y comunista.   

Fue hasta junio de ese mismo año que formalmente toma posesión de la dirección y con ello emprende el asentamiento de tres departamentos que ya habían iniciado operaciones en la gestión de Pedro Rojas: la Fonoteca, la Discoteca y el área de Grabaciones.

¿Recuerdan que del evento inaugural no se tiene ningún registro sonoro? Bueno, esto se debió a que hasta ese entonces no se tenía presente el almacenar los archivos; incluso las cintas tenían que ser reutilizadas ante el bajo presupuesto.

Max Aub solicitó que, a excepción de los noticieros, todos los demás programas pasaran a formar parte del acervo de Radio UNAM. También ordenó la compra de nuevos discos y la catalogación para consolidar la oferta musical. En la parte técnica, se puso en marcha la planta de Ticomán, con lo cual el alcance de la estación abarcó los estados de Aguascalientes, Querétaro, Guerrero, entre otros.

El proyecto también contempló adherirse a la Unión Radiofónica Internacional, con sede en París, la cual tenía como integrantes a más de veinte países. Se creó una red de corresponsales en Europa y los programas de Radio UNAM eran intercambiados por series de otras latitudes.

Si bien es cierto que, a inicios de sus operaciones, Radio Universidad tenía prevista la creación y difusión de programas que sirvieran como capacitación para trabajadores y obreros, Max Aub retomó esta idea y diseñó la Universidad Abierta de México, cursos dirigidos a la clase trabajadora sobre diversos temas. Desafortunadamente este no se concretó debido a la salida de Aub de la radiodifusora.

Cambios en programación

En la década de los sesenta destacaron los espacios de música clásica y teatro. A través de los llamados “radioteatros” (que nada tenía que ver con las radionovelas), por primera vez en la historia de la radio mexicana se presentó una serie de piezas de autores clásicos. “Teatro de nuestro tiempo” y “Nuevo Teatro” fueron la punta de lanza de estas manifestaciones, sin embargo, a estas se sumó la serie “Teatro de la Universidad” a cargo de Óscar Zorrilla, y “Actualidades teatrales” de Francisco Monterde, en donde se ofreció información sobre las artes escénicas.

Esto propició la creación de la “Compañía Titular de Radio Universidad”, encargada de producir y montar las obras. El elenco estaba integrado por actores y actrices que iniciaban su carrera como Ignacio López Tarso, Héctor Bonilla y Juan Ferrara, destacando el caso de las exiliadas españolas Aurora Molina y Ofelia Guilmáin. “Nuevo teatro” tuvo la frescura de jóvenes autores y directores de escena, Nancy Cárdenas y Juan José Arreola sobresalieron dentro del grupo.

Otros de los momentos importantes son los programas “Panorama del jazz” y “Jazz en la cultura”. En el caso específico del primero, cabe resaltar cómo en Radio UNAM todos tenían cabida sin importar la edad o la experiencia.

Retomando de nueva cuenta al libro “Memorias de Radio UNAM 1937-2007” de la Dr. Josefina King Cobos, el entonces jefe de Grabaciones, Antonio Bermúdez, relata cómo un día alguien olvidó programar media hora. Juan López Moctezuma, responsable de la continuidad, quien además ese día estaba como locutor en turno en cabina, entregó un disco de Louis Amstrong al operador y salió al aire para hacer comentarios. Cubrió el espacio con tan buen resultado, que recibieron llamadas del público felicitándolos por el “programa nuevo”.

Y así el “Panorama del jazz” se inició a transmitir todos los jueves a las 19:30 horas, con López Moctezuma al frente, programa del cual también contó en la conducción con las voces de Kasuya Sakai, Alberto Zuckerman y Germán Palomares.

El cine y la crítica

Sin demeritar los programas anteriores, la serie que es recordada por fungir como un espacio de creatividad y crítica, fue sin duda “El cine y la crítica” de Carlos Monsiváis y Nancy Cárdenas. Aquí la comedia estuvo durante una década “al servicio de la crítica cultural y política”.

A partir de 1960, las voces de los locutores-actores Sergio de Alva, Raúl Cosío, Claudio Obregón, entre otros, durante aproximadamente 15 o 30 minutos vertían acidez, sátira y comedia de forma semi-improvisada. La caracterización de voces y el uso de música como elemento de contexto, destacó a “El cine y la crítica” del resto de las producciones.

La dinámica era muy sencilla, se analizaba un producto como una película, libro o espectáculo y a través de “un vocabulario esperpéntico de intelectualización pomposa” (como lo señala Daniel Escoto en su texto “La radio y la crítica”, publicado en el número 75 de la revista Rúbrica de Radio UNAM), se añadían expresiones del habla juvenil de la época haciendo señalamientos de burla y guasa.

El programa iniciaba con un tema musical variado, seguía la rúbrica, para posteriormente dar paso a un subtítulo “rebuscado y en verso” inventado para cada emisión. Incluían personajes como la Sufrida Mujer Mexicana o la Abnegada Cabecita Blanca; también comerciales musicalizados de productos salidos de su imaginación y sus cierres no tenían relación con lo que habían presentado instantes atrás.

Una de las emisiones que definió su rumbo fue la que se transmitió el 18 de agosto de 1968, después del conocido bazucazo de la Preparatoria 1 de San Ildefonso. Esta parodia, es sin duda el reflejo de la tensión que se vivía entre el Gobierno de la República y la UNAM.

La serie terminó en 1970 cuando Carlos Monsiváis emigra a Reino Unido para ser profesor de la Universidad de Essex.

El legado de Max Aub

Sobre lo que significó la figura de Max Aub para Radio Universidad, que mejor que el mismo Carlos Monsiváis nos describa con santo y seña,

“A Pedro Rojas lo sustituyeron el escritor Max Aub (director) y el filósofo y psicólogo Julio González Tejada (subdirector). Max escribía el día entero, y patrocinaba las transformaciones posibles; González Tejada llamaba a novelistas, poetas, críticos. Fue un periodo intenso y brillante, Carlos Fuentes y Fernando Solana se encargaron de la crítica política; Rosario Castellanos, José Emilio Pacheco y Sergio Pitol de lo comentarios bibliográficos (con intervenciones ocasionales de Gabriel García Márquez, Juan García Ponce y Emmanuel Carballo), Elena Poniatowska hacía entrevistas episódicas. Luis Cardoza y Aragón se encargó de la crítica de artes plásticas; Juan López Moctezuma de las series de jazz, y José Antonio Alcaraz de los comentarios musicales. De pronto, Radio Universidad se puso de moda, en plena integración con el ánimo febril y chispeante que hemos dado en llamar ‘los sesentas’”.

Esto es un fragmento del texto “Recuerdos selectivos y agradecidos” de Carlos Monsiváis, que se publicó el 11 de junio de 1987 en la Gaceta de la UNAM.

Tomando el ejemplo

Quisiera abrir un paréntesis para compartir, desde el punto de apreciación que como productor y conductor del programa de radio Arte Conexión, coproducción entre la Fundación Cultural Macay A.C. y Radio Universidad (de la UADY), que de forma aparentemente “inconsciente”, este relato que les acabo de compartir fue la base de lo que se transmitió todos los jueves a las 7 de la noche durante casi 20 años.

Desde su aparición como “Momento creativo” en el 2000, Arte Conexión se adecuó a las necesidades del público estudiantil, especializado y casual de la radiodifusora. Los temas que se abordaron y las voces que fueron registradas contaron con la libertad de expresión para cada invitado, con el cuidado de documentación y realización de los cuestionamientos que el radioescucha siempre se ha hecho ante una circunstancia determinada.

En las páginas web www.macay.org/radio y en las plataformas Itunes y Spotify, se pueden volver a revivir esos momentos, revisitar la historia, la evolución de un artista o proyecto, y así tener una fuente fidedigna del panorama artístico y cultural de nuestra región peninsular.

En lo personal, tuve la oportunidad de conversar con académicos, investigadores, artistas y difusores culturales de otras latitudes, y eso maximizó la riqueza de la producción.

Hay que revisitar la historia para entender dónde se encuentra la médula de esta profesión, que, si bien un día puede desempeñarse a través de la radiofrecuencia, otro día puede plasmarse libremente en papel. De eso se trata este espacio desde donde les comparto esta apreciación.

Conclusión

El periodo de Max Aub como director de Radio UNAM (el cual concluyó en el año de 1967), es sin duda el claro ejemplo de la integración de artistas, escritores, músicos y actores que buscaban encontrar nuevas sendas por donde fluir creativamente. Paralelamente formó a una generación de difusores del arte y la cultura, renovó la imagen y el contenido de la radio universitaria, mostrando el tramado de posibilidades de poner a la radio “al servicio de la cultura y al servicio del arte”.

Por Gibrán Román Canto