La historia 'oculta' de cómo Mérida se convirtió en la 'Ciudad Blanca'

Una versión dice que es porque los españoles decidieron construir edificios blancos encima de los templos mayas, pero otra versión señala que, tras el tíltulo, hay una historia de racismo.
martes, 22 de septiembre de 2020 · 13:03

Mérida, la capital yucateca, encanta a locales y turistas por su color blanco, el cual empapa cada rincón de la ciudad. No obstante, ¿cómo se ganó Mérida el título de la "Ciudad Blanca", quién se lo dio y por qué?

Respecto al nombre de Mérida, se cree que cuando los españoles arribaron a la ciudad maya que se asentaba en el sitio, de nombre T’ho, quedaron anonadaos por la belleza de los templos que ahí yacían, mismos que a la luz del sol se parecían a los edificios de cal de la Mérida de España, por lo cual, decidieron utilizar el mismo nombre para este lugar.

Más tarde empezó a conocerse con el sobrenombre de “Ciudad Blanca” o la “Blanca Mérida”, el cual, según cuentan las leyendas, fue un nombre que los conquistadores adoptaron luego de que decidieron levantar varias edificaciones de color blanco sobre los templos mayas, de modo que poco a poco todos comenzaron a llamar a la ciudad por dicho color.

La historia desconocida de la Blanca Mérida

Sin embargo, hay otra historia “oculta” respecto al origen del título de la capital de Yucatán. Según algunas versiones, durante la Colonia y el Porfiriato, en Mérida vivían los hacendados y la gente con mayor poder adquisitivo, quienes sólo eran personas de piel blanca y tenían permitido habitar la ciudad.

De tal forma, los indígenas eran discriminados por su color de piel y considerados como la gente pobre, por lo que no se les tenía autorizado vivir en la ciudad, relegándolos a las afueras de Mérida. La capital yucateca era, por tanto, sólo para la clase alta y de tez blanca, por lo que comenzaron a llamarla “Ciudad Blanca.”

A pesar de cual sea la versión verdadera por la que Mérida lleva este título, sin duda, se ha convertido en uno de los principales sitios turísticos de la península, donde vale la pena conocer sus edificios blancos, su cultura, tradiciones, su pasado y su presente, una capital que tiene mucho por ofrecer.

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